CAPITULO 19: ¿CÓMO SALVAR UNA VIDA?

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Anhelo que esto sea tan solo un sueño algo que nunca va a suceder, pero obviamente resulta no ser así. Tengo colocadas mis manos sobre el abdomen de Alexander para tratar de detener la sangre, pero no observo que sea de gran utilidad.

Los oídos comienzan a zumbarme, la vista se me nubla y me estoy comenzando a marear. Quiero gritar o hacer algo, aunque nada de eso servirá.

—Me encuentro bien —murmura Alexander sonriéndome, trata de mentir, pero su rostro lo delata.

Caitlyn sigue de pie sosteniendo la pistola, deseo atacarla, pero no deseo separarme de Alexander ni un instante.

—Lo siento —susurra Caitlyn—, Alexander no tendría que haber salir herido —dice para ella misma.

—¡Largo de aquí! —grito desesperado—, nos has vencido ¿feliz?

—¿No me vas a hacer nada? —espetó, no contesto ante eso— Me decepcionas, pensé que ibas hacer un hermano que se vengaría y no uno que se rindiera a la primera caída.

—¡Deja de llamarme hermano! —exclamo realmente molesto.

Nunca había deseado matar a una persona, pero en este instante deseo hacerlo. Tan solo me tomaría minutos y todavía tendría tiempo para salvarlo.

—No deseaba llegar esto —comienza a decir—, deseaba ser grandes amigos. Sabemos que resulto no ser así, te enamoraste de la persona que me gusta, me tratabas menos, deseabas mi muerte y nunca confiaste en mí. —Se limpia las lágrimas que comienza a rodear su rostro—. Por eso mismo los traicioné, yo tuve que ver con la muerte de Luisa porque sabía que de esa forma te podría ver destruido y lo logre, me llene de satisfacción cuando creíste que fue tu culpa —suelta una carcajada llena de felicidad.

Casi pude escuchar mi recrimínate mental diciéndome <<lo sabía>>, dejando esto como una razón mas para disfrutar su muerte.

Ella me hizo pensar que la muerte de Luisa había sido un suicidio para dejarla en paz y seguir con su vida, pero algo me decía que ella era culpable. Sonrió para mí porque sé que ahora con la verdad podre vengar a Luisa y no quedara impune su muerte.

—Sabes... Esto no debió de suceder... Ese no era maldito plan. Tu en este instante tendrías que estar rogando por vivir y yo estaría observando estupefacta de por fin ver que ya estabas recibiendo tu merecido, pero mira que bien te trata la jodida vida, hermano—dijo de forma seca, haciendo que comenzara a odiar los pocos momentos que viví con ella—. Tan bien que tu sigues con vida, mientras yo veo morir a Alexander —esto ultimo lo dice con un tono amargo casi como si lamentara los hechos.

—Caitlyn, vete —dice Alexander interviniendo en la conversación—, si me amaste por favor vete, no deseo pasar los últimos minutos de vida con la persona que me asesino.

Esas palabras rompen algo en ella, porque sabe que el al que quiere a su lado es a mí no a ella. Mientras ella esta distraída agarro la daga de Alexander la coloco debajo de mi pierna.

—Tienes razón —dice limpiándose las lágrimas—, me voy. Alejandro, mátame. Yo haría eso, esta es tu oportunidad y todo terminaría —señala la pierna en la cual tengo la daga.

Pienso la idea unos segundos y selecciono mi respuesta, me levanto lentamente y me dirijo hacia ella. Alexander dice algo, pero ignoró sus palabras.

—Aunque —comienza a decir Caitlyn y me paro en seco—¸ imagínate lo bien que me sentiría de arrebatarte los últimos minutos con Alexander por tu impulsividad, eres capaz de perseguirme y tal vez ganes, las posibilidades juegan a tu favor —escupió con despreció— pero mí satisfacción de victoria será bastante obvia.

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