Reprobación

CAPITULO 2: LA SELECCION.

UN MES DESPUES.

Después de un mes de entrenamiento, hoy es el día en el cual sabremos los nombres de las personas que van a ir a luchar por su vida. No logre dormir nada, debido a los nerviosos y lo mismo veo en la cara de Alejandro, tiene ojeras demasiado pronunciadas.

—Pásame el cereal —le pido, pero no me logra escuchar. —¡pásame el cereal! —le grito porque es la única forma que despierte de su transe.

—Ay, no ves que no pude dormir y todavía gritas— Me fulmina con la mirada y de mala gana me pasa el cereal.

Él se va enojado de la mesa directamente al cuarto, cierra la puerta con demasiadas fuerzas. En este momento no deseo discutir con él, sé que está nervioso, pero no por eso tiene que actuar como un idiota.

Decido dejar de desayunar porque no tengo hambre y me comienza a doler el estómago, como Alejandro está en el cuarto decido irme al coche a esperarlo.

Espero que el día de hoy todo salga a nuestro favor y no a nuestra contra, sea cual sea el resultado yo voy a apoyar a Alejandro en caso de que él vaya, pero realmente no se cuál sea su plan u objetivo ¿realmente luchara para sobrevivir o se rendirá para que lo maten? Tan solo espero que haga su mayor esfuerzo.

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Hemos llegado a la escuela, Alejandro no me hablo en todo el transcurso solamente escucho música, son las 7 a.m. y a las 8 a.m. van a decir los participantes de este año.

—Hijos entren, los veo en un rato más —nos dice papa mientras nos da un abrazo corto.

Todos los padres tienen que estar presentes en el momento que digan a los participantes para que se puedan despedir si es que su hijo es seleccionado, todos los trabajos están obligados a dar el día a los padres que tienen hijos de nivel superior.

Está bien papá, te vemos más al rato—. Me despido de él dándole un beso en el cachete.

—Como sea, yo ya no los voy a ver —murmura Alejandro entre dientes desviando la mirada hacia otro lado.

—Ya me tienes arto, todavía no sabemos los resultados y tú ya crees que vas a ir, mi papa y yo estamos preocupados, tanto por mi como por ti. Todos estamos en peligro, te quiero, pero llegas a ser desesperante.

No me espero que diga algo, directamente me voy al salón y lo dejo ahí solo con su prepotencia, él está siendo demasiado egoísta.

Llego al salón hecho una furia, me voy directamente a mi asiento y en el camino empujo a mucha gente, pero no me dicen nada porque están preocupados.

—¿Hoy amaneciste de mal humor? —me pregunta Caitlyn mientras se sienta en mi banca.

Hoy tiene el cabello lizo le queda muy bien también porque su color de cabello es castaño, hace contraste con su tono de piel blanca y sus ojos de tono azul clara, mide 1.63 cm, no es muy alta pero así me gusta. El sentimiento de amor es mutuo, pero quedamos que podíamos ser novios hasta que pasara todo esto para así no tener una distracción y estar concentrados en nuestros objetivos.

—No, yo amanecí de buenas, pero Alejandro no se ha portado muy mal con papá y conmigo —le digo mientras ella juega con mi cabello.

—Entiéndelo está nervioso.

Decido no contestar nada porque realmente no quiero discutir, ella solamente da su punto que es válido, pero no sabe lo que realmente pasa entre Alejandro y yo.

En ese momento suena una alarma, lo que significa que todos tenemos que ir al patio de la escuela para escuchar a los seleccionados.

Llegamos al patio y la mayoría se encuentran temblando y otros están llorando, somos muchos y eso que solamente nos encontramos los del último año porque los demás grados no se los permiten la entrada a la ceremonia hasta que sea su año.