Desde las cenizas/Los vengadores/

Capítulo 112

Después de salir del departamento de May, Elizabeth pasó a comprar una cajetilla de cigarrillos y dos botellas de tequila, pues solo quería olvidar todo y teniendo el suero del supersoldado en su sangre sabía que era difícil lograrlo con pocas copas. La castaña camino por las calles de Nueva York hasta llegar al edificio donde Peter la solía llevar para ver la ciudad  y hablar de todo y nada a la vez, pero en esta ocasión iba sola. Al llegar a la azotea de la construcción se dio cuenta que ya había anochecido, por lo que las pequeñas luces de la ciudad se veían tintinear, se sentó en el piso y se recargó en una de las paredes para darle el primer trago a la botella. Tan pronto sintió el sabor del tequila en sus labios se permitió llorar, lloró como quiso hacerlo desde el momento que se enteró de la muerte de Peter, solo podía pensar que la última vez que se permitió derrumbarse él está ahí a su lado diciéndole que estaría bien y que no la dejaría caer porque la tenía, pero ahora ella está sola y no puede hacerlo sin el, sin su Peter.

La mujer mientras más lloraba más tomaba, hasta que se terminó la primera botella, la cual aventó llena de frustración y enojo hacia la vida contra la pared provocando que se rompiera. Se puso de puso de pie y se acercó a la cornisa mientras apretaba los puños.

-Eres un completo idiota Peter Parker- le gritó Elizabeth a la nada- te odio por haber sido una maldita luz en mi vida y de la nada apagarte, porque ahora sin ti todo está completamente oscuro y no se que hacer, no se que hacer sin ti- la castaña lloraba como nunca lo había hecho en su vida, cualquiera que la viera diría que no era ella- tu no tenías que morirte hasta que tuviéramos 70 años y nos corrieran de todos los asilos ¿oíste? Tenías una vida por delante, tenías que estar ahí para ver la boda de May y Happy, tenías que reencontrarte con MJ y tener la vida que siempre han planeado, te hubieras convertido en el gran ingeniero que el mundo necesita, nunca acabaría si te dijera todas las razones porque las que deberías de vivir... solo se que el mundo te necesita, yo te necesito- la castaña se limpió las lágrimas con brusquedad para abrir la otra botella y darle un profundo trago- necesito que estés aquí para que me quites la puta botella y me digas que el alcohol no va a resolver nada y que me tires los cigarros a la basura porque decías que lo único que hacía era acortar mi vida, pero ¿Qué crees? No quiero vivir en un mundo en el que tú no estás, no quiero y no puedo Peter

Elizabeth caminaba de un lado a otro en aquella terraza hasta que se terminó la segunda botella, cuando lo hizo solo negó con la cabeza mientras apretaba los ojos pues seguía llorando. Tenía el impulso de dejar salir todo pero no podía simplemente liberar sus poderes pues causaría un caos, por lo que en la poca lucidez que le quedaba se acercó a la primera pared que encontró para empezarla a golpear, siempre tenía un saco de box para sacar sus emociones pero ahora no y uso lo primero que se le vino a la mente.

-Eres un tonto Peter Parker- le dio un golpe de lleno a los ladrillos- uno muy grande- otro más- dijiste que todo saldría bien pero solo mentiste- daba golpes seguidos- te quiero odiar pero nunca podré hacerlo porque te quiero como no lo imaginas- su nudillo de carne y hueso comenzaba a sangrar- ya no llores- Elizabeth seguía dándole golpes a la pared- ¡YA NO LLORES MALDITA SEA!

La mujer después de dar el último golpe, se recargó en esta para deslizarse hasta quedar sentada en el piso para abrazar sus rodillas y seguir llorando sin parar, lloró y lloró hasta que se quedó dormida.

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Elizabeth despertó a la mañana siguiente cuando sintió como un rayo de sol le daba directo en los ojos, supo que era hora de volver al complejo, por lo que primero recogió el desastre que causo para irse. Tan pronto y cruzó la puerta de las instalaciones sintió como alguien la envolvía en un fuerte abrazo, reconoció a esa persona al instante.