Capítulo 95

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Era acción de gracias, razón por la que los adultos decidieron celebrarlo en el complejo sin previo aviso. Estaban los tres Stark, Rhodey, Bruce, Elizabeth y Cooper. El dúo caótico no se mantuvo en contacto desde la última vez que se vieron, ambos estaban esperando lo mismo, que el otro tomara la iniciativa en llamar pero no fue así, ninguno llamo. Todos notaban la tensión que había entre ambos, aunque no sabían el porque, cosa que les intrigaba aún más, solo sentían las miradas poco disimuladas que se daban. Los dos fueron los últimos en irse a dormir, se quedaron viendo varios segundos, no habían hablado toda la noche pero sus cuerpos les pedían a gritos un simple rose. Al mismo tiempo se abalanzaron sobre el otro, la habitación de Cooper era la más cercana por lo que entraron rápidamente para cerrar la puerta detrás de ellos tratando de ser lo más silenciosos posible. No sabían cuanto se necesitaban hasta esa noche, aunque ya no podían distinguir si hacían aquello para llenar su vació con simple placer o si estaban comenzando a sentir algo por el otro, aunque nunca lo admitirían.

 La mañana siguiente Bruce vio como Elizabeth salía de la habitación del castaño con la misma ropa de ayer, pero decidió no tomarle importancia, pues recordaba como ambos hacían pijamadas hasta tarde cuando eran niños. Si supiera que esta vez lo que paso no fue precisamente una pijamada. En el desayuno Cooper les aviso que se tenía que ir en un par de horas porque tenía que volver a su trabajo como guardia de seguridad en Chicago, todos pensaban que las palabras del chico eran ciertas excepto cierta castaña que sabía su verdadero trabajo, por lo que lo siguió cuando este se fue a empacar sus cosas.

-Cooper no puedes seguir con esto, se el trabajo que tienes- le dijo la castaña en el marco de la puerta. El chico estaba trabajando de justiciero cosa que le impactó a Elizabeth al enterarse, pues le parecía curioso como le exigían tanto en un trabajo como guardia de seguridad, además que le empezaron a llegar extraños reportes de un justiciero con el mismo estilo de pelea que el Barton- no está bien lo que haces, se que piensas que es lo correcto porque están pagando por sus crímenes pero...

-No sabes lo que yo pienso Elizabeth- le dijo con dureza Cooper pero luego se dio cuenta de su tono- agradezco que te preocupes pero no espero que aceptes lo que hago- tomo su mochila y salió al pasillo

-No es cosa de aceptar Cooper, no esta bien- le dijo Elizabeth tratando de hacerlo entrar en razón. La castaña lo paró del hombro pero este al sentir su tacto se dio la vuelta y la acorralo contra la pared

-Pues tu muy santa no eres- le espetó Cooper. Ambos estaban demasiado cerca del otro, tanto que podían sentir sus respiraciones chocar- también se de tu trabajito en el gimnasio, pero solo eres instructora como le dices a todos ¿o me equivoco?- se estaban viendo a los ojos con demasiada intensidad pero ninguno flanquearía ante la mirada del otro- así que no vengas de santa a decirme que mi trabajo no esta bien hacerlo, cuando el tuyo tampoco lo es Elizabeth

-Nunca dije que fuera una santa- le dijo Elizabeth- ninguno de los dos lo es

-Créeme que a estas alturas ambos lo sabemos- Cooper seguía sin soltar su agarre de la castaña, aunque no hacía presión alguna- y no te vengas a preocupar por mi después de meses que no lo hiciste

-Que no te buscara en estos meses no significaba que no me preocuparas, pero si con esas andamos tu tampoco lo hiciste

-¿Entonces que? ¿solo somos amigos que se buscan cada que tienen ganas?- le espetó Cooper molesto sin darse cuenta ambos estaban empezando a alzar la voz- oh cierto, ni siquiera somos amigos

-¿en serio?¿eso soy para ti?¿un simple acoston?- le preguntó molesta

-¿Yo no soy eso para ti? porque para ser sincero no he visto que te quejaras- Elizabeth supo que las palabras del chico llevaban doble sentido

Desde las cenizas/Los vengadores/Where stories live. Discover now