31: ¿les tenemos que decir?

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Los jugadores se estaban por ir. Esa noche, esas horas, bastaron para que hubiera nuevas parejas y para que otras se reconciliaran. Pablo Pérez y Nacho Scocco no se separaban, al igual que Ricky y Pipa. Pavón miraba a Centurión con ganas de matarlo, y el Pity lo miraba extrañado.

Antes de que todos se vayan, aunque ya se habían ido la mayoría, Guille le preguntó a Marce:

—¿Dónde están Maxi y Nahu?

—¿Crees que tengamos que decirles? —preguntó Marcelo, asustado.

—Sí —respondió Guille.

—Pero... ¿Y si ellos no nos aceptan? Son nenes, Guille.

—Mar, Nahu y Maxi ya no son nenes: Nahuel es mayor de edad, y a Maxi le falta poco. Y nos van a aceptar ellos dos, sos el padrino de Maxi y Nahu me adora —le recordó Guillermo.

—Bueno, ponele que ellos acepten, pero ¿y Mati, Nico, Santi, Lucas y Santiago? ¿Y si ellos no aceptan?

—Marcelo, ellos van a aceptar, vas a ver —trató de tranquilizarlo su pareja—. Crecieron juntos, se quieren como hermanos, acordate de cuándo me contaste que les preguntaste a tus hijos si no estaban con alguno de los míos, ¿qué dijeron ellos?

—"No, pa, los Barros Schelotto son como hermanos para nosotros, crecimos juntos, nunca estaríamos con ellos como pareja"; dijo Santi. Mati y Nahu dijeron lo mismo —dijo Marcelo.

—Lo mismo que con los Riquelme Aimar —se metió Javi.

—¿Eh?

—Román me dijo una vez que su ex les preguntó a Flor, Agus y Lola adelante suyo si no estaban con alguno de los hijos de Pablo —explicó Javier—, y ellos le respondieron que los Aimar eran sus hermanos técnicamente, era imposible que tuvieran sentimientos hacia ellos, y menos que fueran pareja. Y tenían razón, son hermanos.

—¿Eso era cuando Pablo y Román estaban juntos? —le preguntó Ariel.

—Burrito, están juntos desde Malasia 97 —le dijo Javier.

Guille y Marce se alejaron mientras sus amigos empezaban a charlar.

—Guillermo, no les quiero decir —repitió Gallardo.

—Marcelo, si no se los decimos igualmente van a sospechar cuando nos re juntemos o cuando vivamos juntos, ¿no? Ellos no son boludos —le recordó Barros Schelotto.

—Ay, está bien —se resignó Marce—. ¿Dónde están?

—¿Qué te apuesto a que están afuera? —dijo Guille.

—1000 —se rió Marcelo.

—Trato hecho.

Los fueron a buscar afuera, y, claramente, Marcelo Daniel Gallardo perdió los mil pesos: sus hijos estaban afuera.

—¿Qué hacen? —susurró.

Ambos se acercaron, y escucharon que Maxi le decía a Nahu:

—Por ahora no les vamos a decir.

—Ni en pedo —coincidió Nahuel.

—Pero ¿les preguntamos por lo del cachorro?

Los adultos recién ahí se dieron cuenta de que había un perro al lado de ellos.

—Chicos —dijo Guille.

Sus hijos los miraron algo asustados. Maxi le preguntó:

—Pa, mirá el cachorro. ¿Nos lo podemos quedar?

—No —se negó Guillermo.

—Tío, por favor —le rogó Nahuel—. Pa, decí que sí, porfi.

Marce ya estaba jugueteando con el perro, y cuando se dio cuenta de lo que le preguntó Nahuel, asintió. Alzó al perro, y éste le lamió la cara a Guillermo.

—Traidor —murmuró Marce.

Nahuel y Máximo rieron y se acercaron a acariciar al perro.

—Pa, ¿cómo le vamos a poner? —preguntó Nahuel.

—¿Toby? —sugirió Maxi—. O Rocky.

—Rocky —decidieron su padre y su "tío". Ah, y su novio.

—Chicos, les tenemos que decir algo —suspiró Marce.

Los menores le prestaron atención.

—¿Qué pasa, tío? —le preguntó Maxi, con Rocky entre sus brazos.

Los adultos se miraron y Guille dijo...

La fiestaWhere stories live. Discover now