8: Ricky y Pipa

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-Dale, Ricky, vamos -le dijo Benedetto a su amigo antes de entrar, cuando sus DTs los obligaron.

Ellos y el resto entraron, algunos todavía susurrando sobre el Schelardo.

Ambos se sentaron a una mesa, y empezaron a charlar. El Pipa le comentó un poco sobre cómo estaba Boca...

-Che, Darío... -empezó Ricky, con duda.

-No, Ricky: no hablemos de eso ahora -lo frenó su amigo, al darse cuenta de lo que le iba a preguntar. No quería hablar de eso.

-Bueno... -suspiró Centurión.

Ambos se quedaron en un silencio incómodo.

El Pipa empezó a mirar alrededor, chusmeando y buscando algo que decirle a su amigo. Lo sorprendió ver a Kichan hablando con el Pity. También vio que su DT hablaba con Gallardo; parecían re tranquilos, a diferencia de como estaban los melli en los entrenamientos o partidos. Nahuel Gallardo estaba hablando con Máximo Barros Schelotto, pero Darío vio que de repente Maxi se levantaba y se iba, ante la mirada impotente y culpable de Nahuel. Raro.

«Pero, bueno: los mellizos son raros, seguramente será cosa de los Barros Schelotto» pensó.

-Mirá a los hijos de Guille y Gallardo -le dijo a Centu.

-¿Por? -dijo Centu, sin ningún interés. Él quería hablar con su amigo, no estar chusmeando. Lo calentaba notar que Darío lo evitaba.

-Se fueron -dijo el Pipa.

-Ah -sólo musitó Centurión, y apoyó su cabeza en sus manos.

-¿Ricky? ¿Estás bien?

-¡Sí, perfectamente! -dijo con mucha ironía su amigo.

«¿Y a vos que te parece, pelotudo del orto?» pensó.

Centurión estaba pensando si había hecho bien en aceptar ir a la fiesta con Benedetto.

-Ricardo, ¿qué te pasa? -le preguntó Benedetto.

-Nada.

Ambos se quedaron en un silencio incómodo. Luego de un rato, en el que Centu comprobó que su amigo no escuchaba lo que él decía, le preguntó:

-Pipa, ¿en qué pensás tanto?

-Ah, nada, es que... Miralo a Pablo: se está riendo con Nacho. ¿Entendiste? ¡Riendo! -le contestó Darío, divertido y en modo shipper y chusma.

-Ajá....¿Y? -preguntó extrañado y aburrido Ricky.

-¡Ricardo! -protestó el Pipa, casi como reprochándole que no se diera cuenta de lo obvio.

-Pipa, decime algo: ¿vos me invitaste para estar un rato conmigo o para estar vos chusmeando sobre todo lo que ta' pasando, y yo hablando con vos sin que me escuches? -cuestionó Centu, casi herido.

¿Para que lo invitaba si no le iba a dar bola? ¿Para que se quede ahí como un pelotudo?

Benedetto se quedó callado, mirándolo, mientras se reprochaba mentalmente el haberlo abandonado y haberlo olvidado así como así. No sólo ese día, sino también muchos antes...

Fue por culpa suya que se separaron.

Desde ese momento no chusmeó casi nada, se quedó hablando y riendo con Ricardo Centurión. Cuando alguien puso música, lo invitó a bailar:

-¿Que... querés bailar conmigo, Ricky? -le preguntó, mientras, tímidamente, se levantaba.

-¡Obvio!

Centu aceptó, y le dió la mano al Pipa Benedetto. Ambos, junto a varios otros, estuvieron bailando un buen rato.

-Gracias, Dari -le susurró al oído Centurión, en cierto momento del baile. Se alejó de su oído y le dió un beso en la comisura de los labios.

Darío sonrió bobamente.

La fiestaWhere stories live. Discover now