La única salida es amar al villano

Capítulo 1 ¿Por qué otra vez ...?

Era, indudablemente, Raven Green, el mismo que la había apuñalado hace unos minutos. Sin embargo, había algo muy extraño. Su cuerpo se había encogido mucho. Charlotte estiró su mano para mover uno de los mechones del rostro del niño frente a ella mientras susurraba su nombre.

Definitivamente, era él.

Al ver su mano tocando el cabello del chico, tuvo que suprimir un grito. Su extremidad parecía haberse encogido tanto como él.

Comenzó a tocar su cuerpo y su rostro con desesperación hasta que un dolor punzante en su cabeza hizo que se detuviera. Cerró los ojos con fuerza durante un momento y luego dirigió su mirada al niño que dormía incómodo a su lado.

Recordaba esas mejillas redondas y mullidas perfectamente. Realmente le quedó mejor esa apariencia que la que tuvo de adulto. El niño lucio tan dulce mientras dormía que no podía creer que la hubiera matado hace solo unos minutos.

— Quizás, solamente fue un sueño...

Lottie volvió a acostarse sobre su cama. Respiró hondo e intentó apaciguar su mente.

—... o quizás, los dioses me dieron otra oportunidad.

Murmuró esas palabras mientras en su mente comenzaba a enlistar todo lo que podía recordar. Si Raven estaba de esta manera junto a su cama y los dioses le habían dado otra oportunidad, significaba que había retrocedido al día cuando el niño la había empujado en el estanque. Después de todo, esa fue la última vez que recordaba haber visto a Raven.

Cerró los ojos y pensó en todo lo que había ocurrido después. Los recuerdos pasaron como imágenes rápidamente. Las cartas incesantes de Raven, los regalos sin abrir. Las invitaciones a su cumpleaños que llegaron todos los años sin excepción y que ella rechazó sin siquiera mirar. El despertar del mana de Raven y la fiesta que se hizo para celebrar su contrato con el mejor espíritu de la casa Green, a la que se negó a ir. 

Recordó lo mucho que envidiaba al niño que había sido bendecido con la compañía del Cuervo mientras ella trataba de invocar incontables veces un espíritu básico sin ninguna respuesta. Maldijo a Raven por lograrlo tan fácilmente. Entonces sus padres perecieron en un accidente del que no pudo recordar nada.

No podía entender por qué odiaba y envidiaba tanto a Raven o desde cuando tenía esos sentimientos oscuros hacia él. Pudo notar  que fue ella quien comenzó a tratarlo mal, sus padres pensaron que solo era cosa de niños, pero no fue así. Charlotte odiaba con todo su corazón que su padre considerara a Raven parte de la familia Raphelle y su interior ardía cada vez que los adultos bromeaban con comprometerlos.

Raven siempre fue dulce con ella, incluso cuando cortó sus hermosos rizos por completo a la edad de seis años, escudándose en que de esta manera se debía jugar. Raven lloró cuando vio su reflejo con su pelo arruinado por completo mientras contemplaba la sonrisa triunfante en el rostro de Charlotte.

Después de eso, el niño se vengó cortando únicamente un pequeño mechón, no más grande que el dedo meñique de un niño de 7 años. Cuando notó al pequeño admirando el cabello en sus manos con ojos soñadores, un grito horroroso se escapó de su garganta y corrió a su habitación. Una vez ahí, la ira se había apoderado de ella. Lanzó sus cosas por el aire mientras lloraba y se retorcía hasta que uno de sus zapatos, chocó con el marco de su espejo en su tocador que estaba hecho de corales y se trizó.

Incluso recordó el mismo día del accidente, cuando luego de molestarlo persistentemente diciéndole cosas como que sus ojos eran diabólicos y que sus cabellos parecían algas; el pequeño niño le dio un pequeño empujón tan débil que no sería capaz de derribar ni a un conejo. Si no hubiera tropezado con su propio vestido y resbalado con el barro alrededor, jamás habría caído al lago.

Todos y cada uno de sus recuerdos llegaron a ella y mientras una lágrima rodaba por su mejilla. Sus memorias inundaban su mente dolorosamente, comenzaba a preguntarse por qué parecía que ella era la villana cuando fue aquel muchacho quien la asesinó.

Poco a poco, se perdió entre las imágenes y cayó en un sueño profundo.

Tuvo un sueño extraño, donde la figura de un hombre rodeado de mana negro devoraba el alma de las personas a su alrededor. El hombre contaba ya con un ejército de cuerpos vacíos que parecían ser controlados por su propio mana. Un nigromante. La forma más corrupta de lo que un mago puede llegar a ser.

Vio como el hombre tosía sangre a la vez que reía a carcajadas. Su rostro pareció reflejar la locura de su alma.

Un grito terrorífico se escuchó de pronto llamando la atención del individuo. Una mujer de cabello rojo vestida con un camisón yacía arrodillada en el suelo. Acomodado sobre sus piernas, se vio la cabeza cenicienta del príncipe heredero. El mana oscuro del hombre lo había alcanzado y su cuerpo se retorcía mientras su alma abandonaba su cuerpo. La mujer fue atacada por la cáscara vacía de Caster y pronto encontró el mismo fin.

El hombre cubierto de mana, que parecía disfrutar la escena, cayó de pronto a la tierra fría mientras se abrazaba a sí mismo, como si estuviera sintiendo mucho dolor.

Ella sintió pena por aquel ser, debía estar siendo devorado desde adentro por la magia descontrolada. Quiso mirar su rostro y camino hacia él. De cierta forma su cara se parecía a la de Raven, pero estaba totalmente arruinada.

Su piel estaba tan blanca que parecía transparente. Oscuras marcas como raíces cubrían toda su tez. Sus ojos... sus ojos se volvieron negros por completo.

— Uf... Un poco más...

El chico estaba agonizando, pero había comenzado a dibujar algo en el suelo con su propia sangre. 

Unos segundos después, líquido negro comenzó a salir de sus orificios. Su boca, los agujeros de su nariz, sus ojos y sus oídos; derramaban un espeso líquido oscuro.

—...Otti... tti...

Con manos temblorosas vio como terminó el dibujo de un círculo mágico y casi inmediatamente, su cuerpo se desmayó cayendo pesadamente en el suelo oscuro.

—Lo... lo... ie

Un montón de sonidos  se comenzaron a mezclar.

{Busca al Cuervo. Ustedes están destinados a... es el único... protegerte.}

— ¡Lottie!

El grito gangoso de un niño pequeño la sacó del sueño.