Damon Salvatore dejó de preocuparse. Su hermano menor estaba en una cruzada de venganza y la mujer que amaba lo acusó de preocuparse demasiado. Su noche no pudo ser mucho peor. Claramente, ser bueno estaba sobrevalorado y tenía la intención de comet...
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"Me perdonarás por sacarte de tu casa esta noche. Esa es la carga de ser un doble, me temo. Tu sangre es un potente agente aglutinante para el hechizo de una bruja." Esther tiene la osadía de disculparse.
"Por favor, no lastimes a Alaric". Elena suplica, siguiendo a Esther mientras atraviesan las lápidas del cementerio de Mystic Falls.
"Ella no me está lastimando." Alaric sale de la cripta de Salvatore.
"¡Ric!" Elena exclama. "¿Qué está pasando? ¿Qué estás haciendo con él?" Elena pregunta, sintiendo algo diferente sobre Alaric.
"Voy a rehacerlo". Esther explica.
"¿Rehacerlo?"
"Hacerlo fuerte, rápido, como mis hijos, indestructible. Por última vez voy a aprovechar la magia oscura que usé hace mil años. Como mi esposo Mikael, convertiré a Alaric en un verdadero cazador, un vampiro para acabar con todos los vampiros ". Esther responde.
"No puedes crear otro Original. ¿Y si resulta ser un monstruo aún más grande que tus hijos?"
"No lo hará, ahora que ha abrazado su aspecto más oscuro, su odio por ellos se volverá más puro e intransigente. En la muerte, ese odio se magnificará". Esther niega, ignorando por completo el hecho de que estaba siendo hipócrita ya que odiaba a la raza de vampiros, a sus propios hijos, pero estaba dispuesta a crear otro para sus propios fines y uso, blandiéndolos como una herramienta.
"No lo sabes, no sabes nada de él".
"Ahí es donde te equivocas. Cada vez que él moría con ese anillo, durante su breve viaje hacia la muerte, yo estaba allí en el Otro Lado. Hablé con él, lo nutrí, sabiendo que cada muerte lo acercaba más a su verdadero yo. Los vampiros se lo quitaron todo, ahora se está vengando". Esther siente una satisfacción enfermiza por conseguirle la redención que buscaba, sin importar el costo. Eso era lo que pasaba con la magia oscura, torcía el alma de uno, los pervertía, hasta que no eran reconocibles y sus metas, mente y corazón eran tan oscuros como la magia que practicaban.
"Ric, esto no es lo que quieres. No es quién eres". Elena intenta suplicar en su lugar, con la esperanza de sacar a Alaric del trance en el que estaba.
"No sabes quién soy, Elena. Solo conoces las partes más débiles de mí, el hombre que perdió su camino al hacerse amigo de los vampiros en lugar de matarlos". Alaric no siente simpatía por lo que iba a hacer, los ganchos de la magia oscura que Esther tenía en él eran demasiado profundos.
"No quieres esto."
"Todos son monstruos, la sangre de sus víctimas está en mis manos. La sangre de Jenna está en mis manos".
"Cuando estés listo." Esther llama.
"No Ric, por favor no lo hagas. No te ayudaré, no te daré mi sangre, ¡tendrás que matarme!" Elena exclama algo dramáticamente, sacudiendo la cabeza.
