Génesis

𝐂𝐚í𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐠𝐫𝐚𝐜𝐢𝐚

"Bueno, esto es todo." Damon habla en voz alta, más para su beneficio que para el de ella, para llenar el silencio antinatural, no acostumbrado a él, al menos cuando había algo más que sus pensamientos habituales en los que meditar. "¿Ningún gritos? ¿Ninguna pregunta? ¿Nada?" Damon pregunta, mirando a la chica, no, mujer, en sus brazos, claramente cuestionando su cordura, o tal vez solo la de él.

"Eres rara." La falta de filtro de Damon le hace decir.

Génesis le da una mirada, una mezcla entre molestia, condescendencia y pasividad, como si dijera que no era gran cosa.

"Está bien..." Damon simplemente se encoge de hombros. "Esta es mi habitación. Así que puedes... ducharte... si quieres. Umm... no tienes ropa, ¿verdad? Bueno, la mía no te queda. Pero, debería funcionar por ahora... Creo." Ofrece Damon, sacando una camiseta vieja y una sudadera que tenía en los cajones.

"Solo voy a... Bajar las escaleras... darte privacidad". Damon señala la puerta, mirando torpemente el marco de la puerta y la pared, dejando claro que no debe mirar a la mujer que había rescatado, la chaqueta de su traje hizo lo mínimo para cubrir su cuerpo desnudo.

Un ligero toque en su hombro logró hacerlo saltar, Damon no la había escuchado acercarse a él, una sensación a la que no estaba acostumbrado. Tal vez necesitaba sangre más de lo que pensaba, porque sus sentidos no deberían estar tan embotados.

"¿Sí?" Damon pregunta cortésmente.

Génesis hace un gesto, lenguaje de señas americano. Inicialmente, Damon solo la mira un poco tontamente.

"¿Umm que?" Damon pregunta, estúpidamente. "¿Oh gracias?" Se las arregla para captar la acción de nuevo, no era tan tonto, está bien, no tanto como creen, aunque tendría que hacer una lectura rápida para aprender el idioma, no era como si lo hablara con fluidez.

Estaba aliviado de que ella hablara en algún tipo de lenguaje, eso haría la comunicación mucho más fácil de aquí en adelante, particularmente si ella se quedaba. ¿Cuándo diablos decidió que ella se quedaría? Probablemente incluso tenga familia buscándola.

"Bien, bueno. Te dejo aquí, entonces." Damon solo asiente brevemente, no acostumbrado a que la gente le agradezca y realmente lo sienta.

Genesis le da una pequeña sonrisa, una sonrisa que ciertamente no le hizo nada a Damon, como darle mariposas como una colegiala enamorada, antes de volverse para caminar hacia su baño. Dios mío, ahora necesitaba sangre, se estaba poniendo sentimental.

Damon escuchó la ducha encenderse un momento después mientras bajaba las escaleras, silbando levemente para sí mismo, la corbata arrojada descuidadamente sobre el sofá mientras se dirigía a la nevera en busca de sangre.

"¿Qué diablos fue eso, Damon?" Stefan irrumpe en la pensión Salvatore unos momentos después.

"Bueno, hola a ti también, hermano." Damon gruñe, sorbiendo una bolsa de sangre ligeramente calentada, porque la sangre fría era repugnante.

"Hablo en serio, Damon."

"Como sea." Damon pone los ojos en blanco. "¿Y a qué te refieres?"

"Esta noche. En el baile. Con Kol."

"Wow. Usando tus grandes palabras." Damon gruñe de nuevo. "Bueno, si vas a emprender un plan de venganza contra Klaus, ¿no puedo perder los estribos? Ese idiota estaba lastimando a Matt. Perdón por preocuparte hermanito." Damon lo fulmina con la mirada.

"Perdiste los estribos-" Stefan hace una pausa por un minuto, finalmente notando el sonido del agua corriendo. "¿Has traído a una chica, Damon?"

"¿Qué te importa?" Damon gruñe, sintiendo un estallido feroz de emociones protectoras estallar sobre él. "Déjalo, Stefan." Con eso, Damon pasa junto a su hermano.

El agua tibia se precipita sobre Génesis, lavando la suciedad y la tristeza que se había apoderado de ella con su desafortunada escapada en el bosque del pequeño pueblo en el que se había encontrado. Sí, definitivamente iba a tener unas palabras con su hermano mayor.

"Pensé que te encontraría aquí." Michael habla y encuentra a Génesis en el jardín sentada tranquilamente bajo un gran roble. Era el lugar favorito de Génesis en el cielo.

"¿Necesitas algo, Michael?" Génesis levanta la vista de su pergamino, se toma un momento para leer, lejos de los preparativos y el constante entrenamiento de batalla.

"El beneficio de la empresa". Michael responde, luciendo contemplativo.

"¿Qué ocurre?" Génesis responde, deslizándose al paso de su hermano mientras recorren los extensos jardines.

"Todavía no creo que debas permanecer aquí en el cielo, Gen." Michael finalmente responde.

"Y te lo dije. No voy a huir. No me escondo". Génesis responde con fiereza. "No soy una cobarde. No soy débil".

"Gen... sé que no lo eres." Michael suspira. "Eres la más fuerte de todos nosotros. Tu lealtad nunca ha sido cuestionada."

"¿¡Entonces por qué lo estás cuestionando !?" Génesis casi grita.

"¡No lo hago!" Michael responde, igualmente molesto. "¡Estoy tratando de protegerte!"

"Mi deber es estar en el cielo. Y a tu lado. Siempre lucharemos juntos. Somos hermanos, Michael".

"Entonces, espero, que en algún momento, me perdones, Gen." Michael se disculpa.

"¿Espera, qué?" Génesis se aleja de Michael para mirarlo confundida, Raphael aparece repentinamente de la nada.

"Lo siento, Génesis. Pero Raphael y yo estamos de acuerdo. Es lo mejor". Michael responde, su gracia ardiendo, más ardiente que nunca, Raphael de pie junto a su hermano, ambos extendiendo sus manos juntas, gracias combinadas.

"¡No! ¡ RAPHAEL! ¡ MICHAEL! ", Grita Génesis, pero ellos la empujan con fuerza hacia atrás, y en un momento se encuentra cayendo .

Génesis sobresalta de la memoria con una repentina claridad de lo que sucedió, sus alas logrando retorcerse y derribar la mitad de las botellas de champú en el estante de la ducha. Había caído del cielo por la fuerza de sus hermanos.

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