CAPÍTULO 5

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"El acosador"



MEGAN

¿Qué fue eso?

Me sobresalté al instante sin entender por qué me había paralizado así. Lo vi. Por fin había encontrado a la persona que me ayudó en la subasta, pero no lo conocía. Nunca en mi vida lo había visto antes.

― ¿Megan, estás bien?― preguntó Liana mientras tocaba mi mano.

― Yo... ― no sabía qué decir. Él me había dejado sin aliento. ¡Mierda! ¿Quién es él? Nunca lo había visto antes.

― No lo sé, cariño. Ni siquiera me había dado cuenta de que estaba aquí, detrás de nosotras.

― Liana, ¿estás segura de que fue él quien se hizo pasar por mi novio?

― Sí, Megan, pero lamentablemente no sabemos quién es.― dijo con decepción.

Fue entonces cuando recordé algo.

― La recepcionista.― dije.

Me levanté de un salto para dirigirme al ascensor.

― Megan, espera.

La camarera nos detuvo con una botella de champán en la mano. 

― Señorita, ¿qué hago con esto?― preguntó.

Me detuve y me acerqué a ella. Quizás podría saber quién era el hombre que acababa de dejar la zona VIP. 

― ¿Quién era él?― pregunté.

La camarera dio un paso hacia atrás. 

― Señorita Jones, no estoy autorizada para dar ese tipo de información.― respondió.

Recogí mi bolso y caminé hacia el ascensor, con Liana siguiéndome de cerca. Marqué la primera planta e inmediatamente me dirigí a la recepcionista.

― ¿Quién era el señor que estaba en la zona VIP?― pregunté fríamente.

La recepcionista parecía confundida. 

― ¿De qué está hablando, señorita?― preguntó.

― ¡El señor que se acaba de ir! ¿Quién es?― grité.

― Señorita, cálmese.― dijo nerviosa la recepcionista.― Lo siento, pero no puedo dar información sobre los clientes VIP, señorita.

― ¡¿Cómo que no?! ¡Exijo hablar con el gerente, el dueño o lo que sea que tenga este restaurante!― respondí, cada vez más desesperada por saber quién era ese hombre.

La recepcionista parecía cada vez más preocupada. 

― Señorita... el... el gerente no se encuentra por el momento y... y... el...

― ¡Carajo!― dije frustrada, y salí del lugar. 

Necesitaba saber quién era ese hombre, pero ¿por qué me importaba tanto? Ni siquiera sabía quién era.

― Megan, espera.― gritó Liana desesperadamente detrás de mí.

Seguí caminando sin mirar atrás, hasta que finalmente me senté en una banca cercana al edificio. Pasaron unos minutos y Liana se acercó a mi lado. Saqué mi celular para llamar a Néstor, quien respondió a los pocos segundos.

― Tienes 5 minutos para estar aquí.― dije bruscamente antes de colgar sin darle tiempo a responder.

― ¿Estás bien?― preguntó Liana con preocupación.

Contrato sin amorWhere stories live. Discover now