CAPÍTULO 1

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"¡Eres un hijo de puta!" 


MEGAN

No podía creer lo que veía. Tenía en mis manos una prueba de embarazo que marcaba positivo. ¿Qué iba a hacer ahora? ¿Cómo se lo diría a mis padres? ¿Acaso ya sospechaban algo? ¿Y si hay una cámara oculta que me está observando? ¿Y si ya se me nota la pancita? Pero no, tengo que ser racional y llamar a Luis para contarle lo que está sucediendo

―Cielo, ya llegué.― dijo mi padre mientras abría la puerta de entrada de la casa. Dejé lo que estaba haciendo y salí corriendo del baño para recibirlo.

―¡Hola papi! ¿Cómo te fue hoy?― le pregunté nerviosa.

―Bien. Me siento cansado, así que iré a ducharme. ¿Puedes ir a ayudar a tu mamá?― me respondió de mala gana.

―¡Claro que sí, papá!― le dije mientras él se dirigía hacia su habitación.

Caminé hacia la cocina donde encontré a mamá. Ella estaba allí, tan serena como siempre, preparando la cena.

―¿En qué puedo ayudarte, mamá?―  pregunté con una sonrisa mientras me acercaba a ella en la cocina.

―Necesito que piques esa cebolla― respondió con un suspiro.

―Claro, mamá, con gusto lo hago― dije mientras tomaba un cuchillo y la tabla de cortar.

―Por cierto, ¿Dónde está Luna?―  pregunté curiosamente, refiriéndome a mi hermana menor.

―Probablemente en su habitación viendo Netflix o durmiendo, como siempre― respondió mi madre con una risita.

―Ah, entiendo... ―dije asintiendo. Pero antes de poder terminar mi frase, mi padre irrumpió en la cocina.

―¿Me puedes explicar qué demonios es esto?― gritó mi padre, señalando un objeto en su mano.

Mi corazón se hundió al reconocer el objeto: ¡era la prueba de embarazo que había olvidado en el baño! "Oh no, no, no", pensé para mí misma. "¿Cómo pude ser tan tonta como para dejarla allí?"

Traté de mantener la calma. 

―¿Y qué haces con una prueba de embarazo?― preguntó mi madre confundida.

―Solo quería ducharme y lo primero que encontré en el baño fue una prueba de embarazo. ¿De quién es esto?― exclamó mi padre, ya bastante alterado. Yo estaba nerviosa y sentía que podía llorar en cualquier momento.

―Mamá, yo...― intenté explicarle.

―¡Lárgate de mi casa! No quiero saber nada de ti― gritó mi padre de repente.

¿Qué? ¿Me estaban echando de la casa?

―Lo único que pedía era que estudiaran y fueran alguien en la vida, pero ahora me sales con esto. ¿Crees que puedes criar a un bebé?― Gritaba mi padre con furia. 

Yo intentaba contener las lágrimas, pero no pude evitar que empezaran a caer. No tenía adónde ir.

―Papá, perdóname... ―balbuceé entre sollozos.

―Vete, lárgate con ese que te embarazó ― fue su cruel respuesta.

 Me sentí devastada ante su rechazo y, sin saber qué hacer, volví a suplicarle:

―Pero papá, no tengo a dónde ir...

―Eso es algo que deberías haber pensado antes de actuar como una cualquiera ―sentenció fríamente. 

Contrato sin amorTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon