22. Rompimiento.

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Me quedé sentada en el sofá, pensando en todas las formas que podía comenzar esta conversación con Antonio, aunque ninguna parecía suficiente. ¿Sería bueno ser completamente honesta con él? ¿Sería mejor mentirle y dejar a Gabriel fuera de todo eso? No quería que ellos tuvieran problemas, no quería que su relación se arruinara por mi culpa y aún así seguirle mintiendo era algo que él no merecía.

Mi corazón dio un vuelco cuando escuché la puerta abrirse nuevamente. Una parte de mi deseó que fuera Gabriel, aunque tener una interacción con él solo terminaría de arruinar todo. Otra parte de mi, estuvo aliviada cuando Antonio entró al departamento. Mi corazón seguía latiendo como loco y ver la expresión preocupada que tenía en su rostro me hacía preguntarme si acaso él ya sabía algo. 

—Abby, no me dijiste que vendrías —comentó dejando las llaves en el mostrador. Se me hizo un poco extraño que no se acercara directamente a darme un beso. 

Debería sentirme aliviada, pero verle actuar diferente solo hacía que mi ansiedad aumentara.

—Quería verte y hablar contigo —confesé y sonó a un "tenemos que hablar". 

Antonio encaró una ceja pero no dijo nada, simplemente se acercó un poco a mi sin dejar de mirarme fijamente. Estaba segura que la culpabilidad estaba escrito en mi rostro y no podía hacer nada al respecto.

—Es gracioso —comentó con una risa seca —Acabo de tener una conversación muy interesante con alguien hace unos momentos —comentó y aunque su tono trataba de ser ligero, había cierta tensión en rostro, en sus hombros y en su cuerpo en general.

¿Sería posible que se hubiera encontrado con Gabriel en el camino? ¿Qué él le hubiera dicho algo? Era imposible y al mismo tiempo nada más pasaba por mi cabeza. 

—¿En serio? ¿Con quien? —forcé mis labios a hacer la pregunta. 

Ya no quería seguir con esta conversación, los nervios me estaban comiendo viva pero al mismo tiempo sabía que ya no había escapatoria. Yo me había ganado esto y me merecía el absoluto desprecio de Antonio.

—Con tu amiga Teresa —dijo después de unos momentos. 

La respuesta me había tomado tan de sorpresa que me le quedé mirando unos momentos sin comprender. De pronto la razón por la que había decidido terminar con Antonio volvió a mi con fuerza. Teresa, por supuesto. Para ser sincera, era un poco gracioso. Ella siempre sabía cuando era el momento perfecto para hacer su aparición. Al menos tenía que reconocerle, no hubiera podido escoger un mejor momento aún si se lo hubiese propuesto.

—¿Teresa? ¿Que te dijo? —cuestioné porque, fingir demencia era mi pasión. Así que, a la mierda todo.

—Me dijo que solo te hiciste mi novia para poder ridiculizarla públicamente —comentó Antonio después de un tiempo. En su rostro no había indicios de nada, pero tras su fachada podía ver un poco de preocupación, de nerviosismo  —Le dije que eso era ridículo, que tú jamás harías algo así —sus palabras me dejaron atónita. ¿Acaso Antonio me había defendido? Había decidido creer en mi? Su total confianza en mi me hizo sentir sumamente peor —Tu jamás harías algo así. ¿Cierto Abby? —preguntó y finalmente pude escuchar la desesperación en su voz. 

Era obvio que buscaba una respuesta de mi parte. Sin embargo, el solo hecho de pensar en decirle la verdad me superaba completamente. Mentirle era una mejor opción y menos dolorosa para todos los involucrados, pero una que ya no me podía dar el lujo de utilizar. Si quería comenzar a arreglar todo el desastre que había ocasionado, o al menos ser honesta por primera vez en mi vida, tenía que ver a Antonio a los ojos y decirle la verdad. Cualquier consecuencia que todo esto pudiera ocasionar me lo merecía completamente.

¿Puedes guardar un secreto? (Terminada)Where stories live. Discover now