33. Perdida (Gabriel)

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No podía creer lo tanto que se podía extrañar a una persona. La extrañaba de una forma que dolía, lo cual era rídiculo considerando que había pasado literalmente años sin volver a verla. Extrañaba las cosas que sabía que no me pertenecían. Su risa, su voz, incluso la forma en que me miraba. Pensar en ella me hacía recordar en cada una de las cosas en las que me había equivocado. Y no podía dejar de preguntarme si haberla dejado ir por segunda vez, era otra cosa en la que me había equivocado, de una lista que de por si ya era muy larga.

Abigail era muy diferente a la Abby que había conocido hace años. Aún era hermosa, divertida y apasionada por todo, pero se podía notar facilmente la diferencia en lo brillante, asombrosa y madura que era ahora. Ella definitivamente había crecido en todas los aspectos en los que yo seguía estancado. Y por supuesto que tenía todo el derecho de exigirme lo que ella quería para esta relación. Pero yo no podía volver a ese lugar nuevamente.

Abby era increíble pero seguía sin ser para mi. Estuvo ahí frente mis ojos, y la tuve icontables veces entre mis brazos y a pesar de todo, aún seguía sin ser para mi. Y no estaba seguro de que algún día lo sería. Si pudiera tener un solo día, un día en que no tuviera que ver a Antonio a los ojos y no recordar la traición y el dolor en sus mirada. Los años que tomaron para que nuestra relación volviera a ser la misma de antes. A decir verdad, las cosas entre nosotros no se solucionaron hasta que Antonio se casó con Melody y tuvieron a Emma hace cinco años atrás.

Si solo fueramos Abby y yo, sin ningún pasado de por medio. Yo...yo le hubiera bajado la luna un millón de veces si así me lo hubiera pedido. Pero yo no tenía ese derecho. Abigail y yo éramos quien éramos. No teníamos otra oportunidad, no teníamos un minuto para pretender que éramos otras personas. No tenía el permiso para estar suspirando por alguien que había dejado atrás desde hace años. No importaba lo que yo quería que yo sintiera,  el milagro que estaba esperando que sucediera.

Pasé casi una década esperado que un milagro existiera. Pasé años mirando hacia chicas con cabello rubio esperando que fuera ella. Para cada vez recordar que no, no podía ser ella. Ella se había marchada sin decir una sola palabra. Había destruido mi relación con Antonio y simplemente se había marchado. Así sin más, sin tan siquiera decir ádios. Abigail nunca había dejado de ser mia porque nunca ha sido mia en primer lugar. Siempre fue de otros, incluso de ella misma. Y me alegraba ver lo éxitosa que era ahora.

Y no podía dejar de pensar en lo cruel que había sido el universo por juntarnos de nuevo y lo estúpido que había sido por no ser lo suficientemente fuerte de no dejarla ir después de esa primera vez que la volví a ver. Podía hacer hasta lo imposible por ignorar mi dolor, mi confusión, pero más que nada mi arrepentimiento. Y así una vez más hacer de cuenta que Abigail Melendez no había existido nunca en mi vida.

. . .

Era domingo por la tarde y me encontraba tomando el almuerzo con Antonio y su familia. Mi corazón latía fuertemente y mi pecho dolía por alguna extraña razón. No me sentia completamente en la escena en la que me encontraba. Estaba jugando con Emma y peleando amistosamente con Melody, pero simplemente no me sentía presente. Como si el suelo bajo mis pies se fuera a desplomar en cualquier momento. Estaba tan enfadado conmigo mismo y al mismo tiempo avergonzado, nervioso. Sabía que no podía mentirme más y mentirle a Antonio.

Hace unos años atras, traté de alejarme de todo y de enterrar todo. Traté de alejar a Abby y alejar a Antonio. Me refugié en lo que sea que me hiciera olvidarla, intenté ignorar lo que le pasaba, lo que sentía por ella. Y solo podía pensar a donde me había llevado. Pensé en las miles de cosas que podía decirle a Antonio, los puntos más importantes, como parecer más sincero, más elocuente. Pero no estaba seguro que nada de eso importara, después de confesarle esto. Era un hecho, Antonio me odiaría. Y no me volvería a perdonar, lo cuál era algo comprensible.

¿Puedes guardar un secreto? (Terminada)Där berättelser lever. Upptäck nu