Especial Xicheng

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Jiang Cheng se encontraba acostado mirando discretamente como su alfa leía de forma pacifica, la expresión de Lan Huan era tan tranquila y relajada que automáticamente el omega sentía calma.

La túnica blanca que portaba el Lan le encajaba tan perfecto que Jiang Cheng aún se debatía mentalmente si era correcto que empezara a vestir las prendas moradas de su secta.

—Si me sigues mirando de esa forma no podré contenerme—dijo XiChen sin despegar la vista de su libro.

Las mejillas de Jiang Cheng se tiñeron de rosa al ser pillado.

—Estaba pensado en que ahora en el banquete de esta noche empezarás a usar las ropas de mi clan...—dijo el omega a manera de excusa, aunque no era mentira.

XiChen por fin dejó su lectura y miró a su pareja.

—Y eso... ¿Te emociona?—preguntó con una sonrisa.

Jiang Cheng desvío la mirada—Por una parte si, pero...

—¿Pero?—cuestionó algo inquieto el alfa.

—Te quedan tan bien las ropas de tu clan, te ves tan cómodo y no quiero obligarte a usar algo—dijo en voz baja sin mirarle.

XiChen se sorprendió un poco por la respuesta del omega, pero después se vió tan conmovido que le fue inevitable no sonreír. Con calma se levantó de su lugar y fue en dirección del menor para envolverlo en un abrazo.

—No me estás obligando a nada, si lo hago es porque yo también quiero. ¿Recuerdas cuando llegaste a GusuLan?—Jiang Cheng asintió—¿Te sentiste incómodo usando ropa que no era de tu clan?—el omega lo pensó, quizás fue raro, pero no incomodó. Por lo que negó ante la pregunta—¿Ves? Es sólo ropa WanYin, mientras esté contigo no me importa que es lo que debo de vestir.

El omega restregó su rostro contra el pecho del Lan y aspiró el aroma complacido. Poco a poco las manos de XiChen bajaron al vientre algo abultado de Jiang Cheng.

—¿Cómo se ha portado?—preguntó en voz baja el alfa.

—Bien... pero como cada vez se mueve más, es difícil dormir—dijo cansado Jiang Cheng.

El alfa sonrió y dijo susurrándole en el oído—Sabes el truco para que no se mueva tanto.

Jiang Cheng sintió sus mejillas arder. Desde la semana pasada su cachorro se volvía más inquieto y al ser una nueva sensación a veces se le complicaba el sueño. Pero justo hace unas cuatro noches descubrió que si tenía sexo aparentemente su cachorro se quedaba quieto por un largo rato.

El omega regresó en si cuando sintió la lengua del alfa pasarse por su cuello. De un empujón alejó a XiChen.

—¡Alto ahí Lan! ¡Sabes que siempre termino exhausto y hoy necesito energía para el banquete!—dijo en voz alta pero con notorio nerviosismo. Sus mejillas seguían rojas y su respiración se había agitado un poco.

—Bueno, después del banquete—dijo divertido XiChen.

WanYin no lo miró pero susurró de forma apenas audible—Después del banquete...

De forma más amena pasaron la tarde, de vez en cuando Jiang Cheng iba a revisar cómo estaban los preparativos, la gente iba de un lado a otro de forma tan animada. Después de todo el caos y la guerra con los Wen necesitaban felicidad y que mejor que con un banquete que mostraba oficialmente a los nuevos líderes.

Aunque no pareciera el omega estaba muy emocionado, en realidad jamás presenció un banquete de estos, pero sus padres le educaron a él y sus hermanos cómo hacerlo. Y si de festividades se trataba, Yunmeng siempre tenían el premio número uno, por lo que en este caso Lan XiChen se mantuvo aparte, pero aún así le seguía como su sombra, así podía estar al pendiente de que el menor descansara de vez en cuando.

Noche de CaceríaWhere stories live. Discover now