Capítulo 40: Lágrimas de demonio

1.4K 161 5
                                    


Un año y cuatro meses después


Vacío, soledad y tristeza es lo que todos sentimos desde aquella batalla. Desde la última vez que la vimos.

No había día en el que no llorara, en el que me sintiera sola... no soy la única, mi hermana llora, muchas veces sola otra simplemente no puede detener sus lágrimas y lo hace frente a todos. Mi padre se encierra en su habitación y no sale para nada, haber perdido a mamá no lo dejo bien.

A veces yo voy a su cuarto, me acurruco en su pecho y lloro hasta que mi cuerpo no puede más, en otras ocaciones lo hago con mi hermana y Erick.

Tal vez deba agradecer a la diosa luna por darme un mate en estos momentos, si no fuera por él, probablemente me habría perdido...y se que mi hermana igual.

Es algo que papá no supera y por eso nosotras tratamos de ayudarlo, al menos yo no podía perderlo a él también.

Mi hermosa familia está rota y me duele mucho... en verdad duele.

La casa no volvió a ser la misma, toda mi familia llora y aún no se recuperan del shock, mis abuelos, mis tías deambulan como zombies. La manada también sufrió las consecuencias al igual que el reino de los vampiros; ambos perdieron a su reina. A su luna.

Mis tíos Javier y Victoria se han estado haciendo cargo lo mejor que pueden ya que Elise se negó a tomar la corona. Para lo poco que entiendo ella se la dejo a mi hermana mayor para que gobernara a los vampiros y en cuanto a mi, al ser loba. Recibiría el cargo de Alpha que obviamente no quiero.

Fernán, el beta de mi padre ha hecho de todo para levantar a la manada y a mi padre, mi tío Sam y Jack lloran pero tratan de ayudar lo más que pueden.

Mis abuelos maternos quedaron destrozados y creo que al que más le afectó es a mi abuelo Aron, le destrozó saber que hizo ella con el cuerpo de mamá.

Pensarlo me dan ganas de llorar.

Aún tengo pesadillas con ese demonio de ojos azules.

Extraño a mi mamá.

La señora Helena ha sido un gran apoyo para nosotros, nos ha ayudado a mi hermana y a mi. En ocaciones habla con mi padre y yo se lo agradezco demasiado.

Voy caminando sin rumbo cuando veo a mi hermana con una bandeja de comida, después de hablar un poco la acompaño hasta la habitación de nuestros padres.

Como en las mayorías de veces estaba sentado en el suelo aún lado de la cama, Elise puso la charola frente a él y se sentó a su lado derecho mientras yo lo hacía a su izquierda.

Después de unos minutos sin que se moviera tome un poco de la comida y se la acerque, para mi sorpresa la tomo y se la comió toda.

Mientras comía yo me acerqué aún más y le dije lo mucho que lo amo.

De la nada se escuchó un ruido espantoso, como si un rayo cayera de la nada e hiciera retumbar la tierra. Me asomé a la ventana y vi un portal a pocos metros de la casa.

--Es un portal-- dije con miedo y salimos de la casa muy rápido, todos hicieron lo mismo, incluso gente de la manada se acercó a ver que había causado ese ruido.

Varios guardias se pusieron alerta y todo mi cuerpo tembló, ¿si nos atacan? ¿Si vuelven a iniciar una guerra contra nosotros? ¿Qué vemos hacer?

Papá nos tomó de las manos y nos pegó a él protegiéndonos. De la nada empezaron a salir varios demonios y el terror se apoderó de mi.

Espere un ataque pero no sucedió, cada demonio que salía por ese portal se formaba uno al lado de otro haciendo dos líneas rectas al lado del portal, parecía como si fuera un escuadrón de protección y luego supe porque.

Entre las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora