cuarenta y uno🍒

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Sus palabras resuenan y golpean las paredes de mi cabeza, mis manos se han tornado heladas así como mis mejillas comienzan a calentarse. Quiero pensar que no le he escuchado bien, que fue una alucinación, pero fue real, Luke acaba de confesar que me ama.

Es ahí cuando la realidad me golpea tan fuerte que me deja aturdida. Esto es serio. Lo nuestro es serio. Que yo lo amase con intensidad estaba bien porque nunca iba a ser correspondido en verdad, era algo inalcanzable, pero saber que él me ama a mí hace las cosas muy distintas. Me ama.

Ni siquiera puedo verle a los ojos sin echarme a llorar, me siento agobiada.

—No debí decirlo —escucho hablar a Luke, parpadeo para salir de mi desconcierto y niego rápidamente.

— ¿Hablabas en serio? ¿Me amas? —murmuro.

—Sí, lo hago.

— ¿Desde cuándo?

—Me di cuenta cuando comencé a extrañarte demasiado, sentía esta opresión en el pecho que no se iba nunca, me encontré pensando en ti todos los días hasta caer dormido, no hubiese estado así si no te amara, Ophelia.

Me ama.

Respiro hondo y me armo de valor para verle directo a los ojos, tiene una mirada esperanzada sobre mí.

—Fui un imbécil al apartarte, entiendo si estás dolida, lamento eso, lamento haberme portado como un cretino.

—Está bien, yo siento haber sido necia al mandarte un montón de mensajes y llamadas —suelto a medias y soy honesta al decirlo—. Luke…

—Ophelia, 16 meses no son nada, cuando mires ya podremos estar sin ningún problema, estaremos bien. Tú y yo.

Cierro los ojos por unos segundos, el tacto de sus manos sobre las mías me hace concentrarme en él de nuevo. Esta vez me las ingenio para sonreírle.

—Ophelia —murmura mi nombre, una de sus manos viaja hacia mi rostro para sostener mi mejilla con delicadeza. Su pulgar deja caricias sobre mi piel caliente—. Estaremos bien, te lo prometo.

Asiento lento y cuando él me suelta para prender el auto de una vez por todas, decido ver hacia atrás, Petunia se ha dormido, ajena a nosotros, no sabiendo el lío de sentimientos que soy.

Me acurruco en el asiento, con mi rostro sobre mi brazo apoyado en la ventada helada. La carretera está llena de luces de los demás autos, en todo el camino me enfoco en contar los foros de luz, pero pierdo la cuenta cuando entramos a la calle que da hacia nuestras casas.

Me hace gracia el hecho de que esta vez Luke si pueda estacionar justo en frente de donde vivo, no como las otras veces donde me tenía que dejar a cuadras para no levantar sospechas.

—Ophelia, ¿Me amas, no?

Estamos todavía en el interior del carro, tengo mi mano lista para abrir la puerta, pero me obligo a girarme hacia él. Su semblante luce preocupado.

—Espera… ¿No lo haces?

— ¿Qué? Sí te amo —contratacó deprisa, niego lento y coloco una de mis manos sobre la suya—. Luke, te amo, es que solo estoy agobiada, ¿Sí?

—Bueno.

No dice nada más, yo tampoco sé qué decir, el ambiente se ha vuelto raro. No quiero arruinar más esto así que abro la puerta para salir. Al cerrarla detrás de mí me inclino para verle a través de la ventana.

—Lo hago —espeto no tan alto, su mirada recorre todo mi cuerpo hasta llegar a mi rostro para luego asentir con una sonrisa ladeada y desganada.

Al caminar hacia mi casa trato de no volver a verle, voy directo al interior. Es una suerte que mamá no esté cerca porque no tengo ánimos para hablar, solo deseo acostarme en la cama y cubrirme con mis cobijas por completo. Y eso es lo que hago hasta quedarme dormida, con un nudo en la garganta y sintiendo mi corazón latir lento y con dolor. Ay, Ophelia.

delicate | lrh [CANCELADA]Where stories live. Discover now