delicate | lrh [CANCELADA]

doce🍒

¿Irle a pedir azúcar? Ja, eso solamente pasa en las películas, yo hago eso y es probable que Luke sepa en seguida mis intenciones, las cuales son querer verle y estar cerca a él. Sí, yo, Ophelia Davis, no sé cuando parar. Sé que debería dejarlo estar, entender que él no puede estar conmigo, que tal vez lo nuestro estaría un poquito mal, pero en serio me gusta mucho. Y desde que soy pequeña, cuando algo me gustaba, lo obtenía.

¿Rogarle a Luke para que me dé una oportunidad? No lo creo, tampoco puedo forzar que tenga sentimientos hacia mí.

¿Seguir ignorándole y viceversa? Ya no lo resisto, extraño cuando salía de casa para ir a la escuela y él me daba los buenos días o simplemente me sonreía. Últimamente Luke hace como si no existiera, supongo que volví todo raro entre ambos al confesarle lo que sentía. He estado replanteándome sobre contestarle aquel mensaje que puso hace días, pero creo que ya es muy tarde para eso, sin mencionar que él debe de saber que le dejé en visto.

Estoy triste, por eso no he hecho mis tareas y estoy acostada en cama, envuelta en mis cobijas. Cuando la maestra me pregunte por qué no hice mis obligaciones, le responderé que mi vecino mayor que me gusta me ignora y que debido a eso no puedo ni respirar.

Quizá estoy siendo un tanto dramática, pero sin dudas prefiero estar de dramática que estar llorando porque perdí algo que nunca tuve.

Perder algo que estuviste a punto de tener duele más que perder algo que ya tuviste. Confirmo.

Tomo mi celular sobre la mesa de noche y sonrío levemente al ver un mensaje de Karla diciendo algo sobre no poder creer que alguien como Timothée Chalamet exista, seguido de una foto de ella viendo una película donde sale el actor y muchos emojis de corazones. Estoy de acuerdo con ella.

Hay una notificación de Messenger de último y mi corazón da un vuelco, pero en seguida la decepción me golpea cuando reviso que no es un mensaje de Luke, sino de otro chico (probablemente de mi escuela) diciendo hola.

Me quito las sábanas y salgo de cama para caminar hacia mi ventana, la abro haciendo que una ola de viento choque contra mi rostro. Está anocheciendo, mamá aún no ha venido del trabajo y estoy sola en casa, como siempre.

Estoy apunto de cerrar la ventana cuando mi mirada percibe a dos figuras caminando abajo, por el césped. Reconozco una al instante, la otra no tanto, pero estoy 100 % segura que es una chica. Ouch.