delicate | lrh [CANCELADA]

diez🍒

Luke

—No sabes lo que acaba de pasar —suelto algo confundido cuando llego donde está mi mejor amigo sentado, esperando por mí a las afueras de mi casa. Calum frunce el ceño y se levanta al mismo tiempo que alza mis llaves de repuesto.

— ¿Me dirás o qué? —pregunta luego de unos segundos al ver que yo no digo nada más, le veo mal y me limito a abrir la puerta para luego entrar.

— ¿Te acuerdas de mi vecina? —comienzo diciendo tranquilo. Calum asiente y se deja caer en el sofá de forma desganada. Le veo con las manos en mi cintura y suelto un suspiro.

—Sí, sí, la chica de al lado, estabas ahí.

—Sí, me invitó a pasar porque me vio esperando por mis llaves...

—Y yo que pensaba que esperabas por mí porque me querías.

Pongo los ojos en blanco y luego de tomar una gran bocanada de aire, me siento en el sillón de al frente. Apoyo mis brazos en mis piernas, inclinándome hacia adelante.

—Me confesó que le gustaba.

—Oh —murmura sorprendido, pero su sorpresa se transforma en confusión—. ¿No tiene como 14?

—No, pronto tendrá los 17.

— ¿Por qué no dices que tiene 16 y ya? Es tonto que trates de sumarle el otro año que aún no cumple.

Me tapo el rostro en frustración, sin dudas Calum siempre busca la forma de hacer todo más nefasto.

—Ese no es el punto, Calum.

—Sí, ya sé, ella te confesó su amor por ti, ¿Qué hiciste?

— ¿Qué rayos iba a hacer? Nada, le dije que no podía ser correspondido, me dio mucho pesar ver su expresión llena de tristeza —cuento y no puedo evitar volver a sentir esa ola de lástima—. Sabes que no puedo meterme con alguien menor, son 7 años.

—Mis padres se llevan 8 años de diferencia —alega él, encogiéndose de hombros.

—Calum, qué diablos, en mi caso es ilegal que me meta con ella, lo sabes a la perfeccion, señor abogado —exclamo sorprendido por la posición que está tomando, él solamente suelta una risa, alzando sus manos en rendición—. Quiero decir, si ella ya fuese mayor de edad no me molestaría, es linda y dulce.

No soy estúpido para no darme cuenta de la belleza de Ophelia, la forma en la que su corto cabello negro llega por encima en sus hombros y sus largas pestañas sobre esos ojos color miel, sí, es una preciosidad, pero hasta hoy no la miraba de otra manera que como mi pequeña vecina. Pero tampoco soy imbécil como para ignorar la diferencia de edades.

—No quiero que se sienta mal porque la rechacé, pero sé que hice lo correcto.

—Moral y legalmente hablando, sí —me muestra una sonrisa ladeada a lo que yo pongo los ojos en blanco—. Igual, si su madre decide meterte preso por salir con su hijita, ya me tienes a mí, te haré un descuesto.

—Eres increíble —Niego lento, tratando de no unirme a su humor—. No será necesario porque no pienso tener algo con Ophelia.

—Está bien, si tú dices —habla Calum haciendo una mueca de aceptación fingida, a lo que le aviento uno de mis cojines, atinándole justo en la cara.