delicate | lrh [CANCELADA]

veinticuatro🍒

Luke está chequeando unos correos en su computadora, que está sobre sus piernas cruzadas sobre la mesa del centro, tiene una postura relajada, pero un ceño fruncido a medida que va haciendo click tras click. Me muerdo el labio inferior, tratando de apegarme a la promesa que le hice sobre dejarle trabajar, sin embargo, el beso que nos dimos en su cocina tan solo hace unos treinta minutos me ha dejado con ganas de más, una desgracia que él haya detenido todo para excusarse con obligaciones.

Existe esa necesidad de chocar mis labios con los suyos y que nuestros cuerpos se amolden, quizá y solo soy una adolescente calenturienta, pero ¿Qué puedo hacer yo? ¿Contenerme? Tal vez, pero tener a Luke a escasos metros y luciendo tan divino y caliente lo hace todo tan difícil.

— ¿Es mucho? —cuestiono, Luke aparta la mirada de la pantalla, parpadea unas cuentas veces y pone sus ojos en mí, me sonríe y niega lento.

—Solo envío unos archivos a Eli, respondo unas solicitudes y listo.

—Aburrido —me quejo, ignoro el hecho de que haya mencionada a aquella chica y me dejo caer más en el sofá, él me ve divertido, pero vuelve a lo que hacía antes: hacer cualquier cosa menos besarme—. Esa chica, Eli, es muy bonita ¿No? —no puedo callarme y Luke no puede ocultar la diversión en su rostro.

—Sí, lo es.

No quiero decir que su respuesta no me la esperaba, pero es que fui yo quien pregunté así que ahora me lo trago.

—Calum también lo es —anexo y Luke ha dejado de teclear algo para centrar por completo su atención en mí—. ¿Qué?

—Nada, ah, y para que lo sepas de una vez y no te hagas ideas erróneas porque sé que esa cabeza loca tuya ya lo hace —comienza, ha reposado un brazo sobre la cabecera del sillón y ahora me observa con una ceja alzada—. Eli es lesbiana.

—Oh —suelto, sorprendida.

—Así que el que tiene que andar con cuidado soy yo, no tú.

Mis mejillas se sonrojan y para que no se note hago lo más inteligente y me las cubro con mis manos. Muy bien, Ophelia.

—Ay, Ophelia.

—Ya, ahora lo sé.

Paso mis manos por mi cabello para llevarlo hacia atrás e inflo mis mejillas al notar que Luke no despega su vista de mí. Así que él cree que puede derretirme con esa mirada azul llena de coquetería, pues está en lo correcto, puede hacerlo.

Pero quizás, él aún no es consciente de que yo no me contengo y que si quiero algo lo obtengo. Pues le enseñaré otra vez.

Me levanto con cuidado, como si lo hiciera para sacudir mis piernas de un calambre, acomodo la falda de mi uniforme y veo de reojo al rubio, quien parece que ha regresado a su labor de teclear en la computadora. Me dejo caer a su lado, él ni se inmuta tanto. Me acerco inocente, pretendiendo observar lo que está haciendo, le escucho soltar un suspiro cuando mi cercanía es demasiado como para seguir continuando con lo suyo. Oops.

Mis ojos mieles le ven con confusión, mi ceño arrugado y bajo y un cierto puchero en mi boca, este gesto llama su atención porque sus ojos van directo a mis labios.

—Para —susurra.

— ¿El qué?
—Lo que estás haciendo.

De nuevo pongo ese gesto inocente y de extrañeza. Luke niega entretenido. Sabe mis intenciones y me alegra que sea así.

Coloco mi barbilla sobre mi puño y centro mi atención en el montón de letras que se reflejan en la computadora. Cuenta hasta 3 para hacer mi siguiente movimiento. La cierro rápido, aparto el aparato de sus piernas, dejándola a un lado del mueble y antes de que Luke tenga la oportunidad de protestar, paso una de mis piernas encima de él para colocarme a ahorcajadas.

Está anonadado.

—Ophelia —musita en un suspiro, me acomodo sobre su cuerpo sentado, mis rodillas a cada lado de suyo, mis brazos están sobre sus hombros, de forma perezosa.

—Luke —le copio. Noto que tiene un problema con no saber dónde colocar sus manos así que llevo las mías hacia las suyas para dirigirlas hacia mis caderas. Le oigo tragar duro.

—Contigo es todo o nada, ¿Eh? —se las arregla para decir, le veo directo a los ojos y me encojo de hombros al mismo tiempo que me encargo de que hagamos fricción “accidentalmente”.

Luke cierra sus ojos por un instante, su agarre en mis caderas lo ha hecho más fuerte, sé a la perfección que se está conteniendo.

Y quiero que entienda que esto es lo que yo quiero, que no debe contenerse, y se lo hago saber cuando paso mi lengua de forma juguetona por su mandíbula seguido de llevar mi boca a su oreja que está caliente para susurrar lo siguiente.

—Todo o nada.