treinta y cinco🍒

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Luke

Suelto un gruñido al sentir movimiento sobre mí, agarro la almohada que tengo a la par y me la coloco sobre el rostro, dispuesto a seguir durmiendo, pero unas garras se presionan en mi abdomen.

— ¿Cómo subiste? —murmuro, mi garganta arde y mi voz sale rasposa. Petunia me ve con sus ojitos de forma inocente y eso me saca una leve sonrisa. Aparto por completo la almohada y las sábanas y me reincorporo en la cama, con la espalda sobre la cabecera.

Restriego mis ojos para quitarme el sueño, pero vuelvo a bostezar. Parpadeo varias veces mirando el entorno de mi oscura habitación antes de agarrar mi teléfono sobre la mesa de noche.

Respiro hondo al ver mis notificaciones. La mayoría son de Ophelia.

Volteo a ver a Petunia, alcanzo mi mano para acariciarla sobre la cabeza y con la otra mano voy pasando todos sus mensajes. Casi todos son disculpas y promesas. No tengo el ánimo para seguir leyéndolos, así que bloqueo el celular. Todo el fin de semana se la pasó llamándome tanto que tuve que silenciar el aparato, una de esas veces estuve a punto de ceder y contestar. Sé que hago lo mejor ignorándola, quizá sea tarde para detener lo que teníamos, pero lo intento ahora, aunque duela más de lo que creí. Huh, quién creería que me terminaría involucrando más de lo que debí.

La habitación se alumbra por culpa de mi celular, pero no le presto atención, me quedo observando el techo mientras acaricio a Petunia, quien ha puesto su cabeza sobre mi estómago.

Nunca debí involucrarme, hubiese evitado por completo todo esto, la sensación de vacío en mi pecho y el remordimiento de si ella está pasándola igual de mal. Me molesta sabes que es así, que quizá Ophelia se sienta peor y que yo soy el culpable.

De nuevo mi teléfono se enciende en señal de una posible llamada, con el ceño fruncido dirijo la mirada hacia él y lo tomo. Ophelia. Estoy a punto de colgarle la llamada cuando a lo lejos escucho golpes en la puerta principal seguido del timbre repicando múltiples veces.

El momento ha llagado, me había estado preguntando cuánto tiempo iba a tardar Ophelia en venir hasta acá, me sorprendió el hecho de que no lo hiciera en todo el fin de semana.

Decido leer los nuevos mensajes.

"Tenemos que hablar, en serio, no puedo creer que me estés ignorando y evitando"

"Luke, solo ábreme, estoy a fuera."

"Aunque sea contéstame."

El sonido del timbre de nuevo.

Suelto un gruñido, me levanto de la cama, Petunia se sobresalta por el brusco movimiento, vuelvo a ver mi teléfono y por un una jodida vez deslizo el icono verde para luego llevarme el aparta a la oreja.

¡Luke! Ah, al fin, tenemos que hablar, estoy afuera...

Cierro los ojos mientras me recuesto sobre la pared de mi habitación, paso una mano sobre mi cabello para llevarlo hacia atrás, respiro hondo y trato de ignorar la opresión sobre mi pecho antes de hablar.

—Ophelia, vete.

Hay un largo silencio, puedo oír su respiración agitada.

Luke —dice mi nombre, anonadada. Muerdo mi labio inferior al percibir el quiebre en su voz.

—Solo vete, las cosas quedaron claras.

No para mí.

— ¿Quieres que vuelva a repetir todo lo que te dije en el carro?

No, se me hace tarde para ir a la escuela, adiós —espeta rápido para después colgar, retengo el aire al saber que Ophelia se estaba aguantando las ganas de llorar por la forma con la que hablaba. 

Respiro hondo.

Es lo mejor. 

delicate | lrh [CANCELADA]Where stories live. Discover now