tres🍒

3.1K 270 68
                                    

—No sé qué hacer —escucho una voz a lo lejos combinado con un zumbido en mis oídos—. No, Calum, no suelo encontrar niñas tiradas en el suelo cerca de mi casa, deja de decir estupideces, maldición, estoy preocupado.

Me obligo a abrir mis ojos y para mi sorpresa no me encuentro con el resplandor del cielo sino con un techo color hueso. Parpadeo y por una extraña razón se me hace difícil reincorporarme. Me apoyo sobre mis codos y observo con claridad mi entorno. No es mi casa, eso sin dudas.

—Te hablo luego, adiós —La voz es familiar, pero no logro recordar por culpa del mareo que siento. Escucho pasos y giro mi rostro, encontrándome con esos ojos azules. Oh— ¡Ah, Ophelia! —Exclama, caminando con prisa hacia mí, le veo sentarse en el sofá que está al lado—, ¿Estás bien? Santa mierda, te juro que me asusté cuando te vi tirada en la entrada de tu casa. Jesús. No podía dejarte ahí, así que te traje a mi casa, llevas así unos quince minutos o menos, no lo sé.

Frunzo el ceño al montón de palabras que suelta de manera rápida, dirijo mi mirada hacia el otro sofá y me percato que mi mochila y mi saco están ahí, regreso a ver a Luke y sigo sin entender mucho.

— ¿Tirada? —cuestiono y siento mi garganta doler, a lo que trago duro.

Me reincorporo y maldigo porque lo he hecho rápido, ocasionando que el mareo incrementara, apoyo mi espalda en el respaldar del sillón y entonces recuerdo algo, el venir caminando tranquilamente e irme hacia atrás. Ah, me he desmayado.

—Sí, tirada —afirma, entrelaza sus manos y sus ojos me inspeccionan con detenimiento—, ¿Estás enferma o algo?

Su pregunta me hace fruncir el ceño, niego y bajo la mirada al dobladillo de la falda del uniforme y llevo mis manos a este para jalarlo lo más posible, cubriéndome. Me percato que la mirada de Luke sigue el movimiento de mis manos y eso me hace sonrojar.

— ¿Entonces? Nadie se desmaya porque sí —alega, me encojo de hombros y algo en esa mirada de preocupación que me da, hace que decida confesar.

—No desayuné bien —alza sus cejas ante mis palabras y asiente lentamente.

— ¿Por qué?

Me encojo de hombros otra vez.

— ¿Pasa a menudo? —lanza otra pregunta y me hace soltar un suspiro.

—No —digo y cuando esos ojos azules me ven directo a los ojos, aparto la mirada lejos de él—. No me sentía bien para comer algo.

—Uhm, entiendo —dice y pasa una de sus manos por el rastro de barba de días, entrecierra los ojos y se inclina hacia mí—, Ophelia, en la próxima procura comer bien para evitar algo como esto otra vez, ¿sí?

—Sí —asiento y me cruzo de brazos, frotando mis manos sobre la piel expuesta de mis extremidades.

— ¿Debería avisarle sobre esto a tu mamá? —cuestiona con el ceño fruncido e inmediatamente niego.

—No, yo lo haré —digo. Luke asiente y se levanta del sofá, por instinto hago lo mismo y al hacerlo, me mareo, tambaleándome un poco. Mis mejillas arden cuando siento la mano de Luke sostenerme del brazo.

—Eh, cuidado —su respiración me acaricia el rostro, alzo la mirada y asiento, a la vez que me quedo embelesada con tremenda belleza. Luke es más de una cabeza más alto que yo, no soy una adolescente baja, lo reconozco, pero él sí que es muy alto.

—Estoy bien, gracias —murmuro, él suelta su agarre y retrocede unos pasos—, En general, gracias por levantarme y traerme a tu hogar.

—Oh, está bien, no hay nada que agradecer, Ophelia, te ayudé con gusto.

Sonrío. Luke es un caballero, creo que eso es una de las tantas razones por la cual me siento atraída hacia él.

delicate | lrh [CANCELADA]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora