cuarenta🍒

1.9K 227 79
                                    

Lo único que esperaba de él era honestidad, que me dijera que también me extrañaba demasiado, que me confesara que no podía dejar de pensar de mí, que correspondiera mis sentimientos, pero no, Luke ha estado bien. No quiero aceptar que quizá sí haya sido honesto, que la verdad es que él ni siquiera me echa de menos. ¿Duele? Sí, entonces ¿Por qué de todas maneras acepté a acompañarle a ir a recoger a Petunia?

Su repuesta me hirió, pero aun así no dudé en montarme en su auto. Me digo que todo esto es por Petunia y no por él, pero sé que es mentira, me da pena admitir que cada segundo que paso a su lado es grato y bienvenido, le extrañaba. Karla me dijo que lo superara, que Luke no me convenía, me dijo que solo era un capricho mío, yo no lo creo.

—Me esperas acá, ¿Sí? —su voz llama mi atención haciendo que le vea directo a los ojos, asiento dócilmente y me recuesto más en el respaldar del asiento. Observo en silencio cómo baja del auto para ir con prisa al interior de la perrera.

Bufo incrédula al ver que mi celular aún no se ha apagado, decido enviarle un mensaje a mamá explicándole dónde estoy y qué pasó, pero no contesta así que me entretengo viendo por la ventana, observando a los carros que estacionan cerca y a las personas que se dirigen al establecimiento. Si me quedo lo suficientemente en silencio puedo oír los ladridos de los perros provenientes del lugar. La noche ha caído, los faroles alumbran apenas.

¿Qué pasará después de esto? ¿Es esto algo? Me digo tonta internamente de solo suponer o tener esperanzas. Quizá y sí deba pasar de página, justo como lo hizo él. Luke está bien.

Cierro los ojos al sentirlos arder, no puedo llorar en el interior de su auto sabiendo que él puede venir en cualquier momento y atraparme. No debí de haberle dicho que estaba triste, debí mentirle.

No pasa mucho tiempo cuando un golpeteo en la ventana me sobresalta, haciéndome abrir los ojos de golpe, asustada. Es Luke, con una sonrisa aliviada en el rostro y una Petunia quieta siendo cargada entre sus brazos, la pobre perra parece estar incómoda ante la posición en la que está.

— ¿Estabas durmiendo? —cuestiona él, niego y me acomodo en mi lugar. Luke abre la puerta de atrás para dejar a Petunia sobre el largo asiento, volteo a verle y sonrío al notarle con la lengua de fuera, totalmente tranquila, como si desconociera todo lo que ha pasado—. Tuve que firmar un papel y llenar un formulario con mis datos, qué nefasto.

—Lo bueno es que la recuperaste.

Luke se coloca el cinturón de seguridad para luego verme directo a la cara, tiene las cejas fruncidas y su boca está en una larga línea apretada.

—Gracias por ayudarme, no hubiese tenido la calma para terminar esto rápido, ni si quiera sé si hubiese sido capaz de hallarla hoy.

Asiento, trato de sonreírle, pero sé que el gesto sale más como una mueca a medias. Estoy actuando como una tonta. Dios.

—Lo siento —vuelve a hablar. Frunzo el ceño al no entender a qué viene eso, suelta un largo suspiro cansado y deja caer su cabeza en la cabecera. No hemos salido del estacionamiento, tampoco ha encendido el auto y no creo que lo vaya a hacer por el momento por cómo sostiene con fuerza el volante—. Me prometo no hacerte daño, pero lo hago.

—Luke, no, no importa…

—Ophelia, sí importa, son tus sentimientos, noté tu mirada dolida cuando te dije que había estado bien, fuiste honesta conmigo y yo te mentí descaradamente.

— ¿Me mentiste?

—También he estado triste —confiesa en un susurro, el espacio en el auto se ha vuelto cargado, de repente me siento mareada—. Te echo de menos, más de lo que debería.

—También te extraño, Luke.

—Pero no podemos estar juntos, Ophelia —su voz sale tan baja que se entrecorta, aparta su mirada hacia la ventana y me temo que sus ojos estén llorosos, no quiero verle así, no sabría cómo actuar—. 16 meses.

— ¿Huh?

—Eso es lo que falta para que cumplas 18.

—Por Dios, Luke, ¿Qué? ¿Realmente crees que vamos a esperar esa cantidad de tiempo para poder estar juntos?

Pongo los ojos en blanco, comenzando a cansarme, Luke y yo hacemos contacto visual, su mirada no se despega por nada, haciéndome sentir nerviosa.

—Tienes razón —suelta decidido, tomándome por sorpresa—. No podemos esperar, Ophelia, creo que te amo.

delicate | lrh [CANCELADA]Where stories live. Discover now