106. Mucho para explicar

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Mucho para explicar

ALAN

—Tenemos que ayudarlo —dice Viktor, después de mucho pensarlo. Nadie vino por Gavrel y él, cansado, finalmente se rindió ante el sueño. ¿Cuánto tiempo llevaba despierto y por qué motivo no quería cerrar los ojos?

—¿Tenemos? —repito, molesto. No puedo creer que nos pongamos en riesgo por un culo real—. ¿Dónde están sus aliados? —Miro mi izquierda, mi derecha—. Lo deben tener vigilado los bárbaros que nos atacaron allá abajo.

A Viktor no le importa.

—¿Qué otro plan hay en marcha? Hace una hora ni siquiera sabíamos qué hacer.

—Puede ser una trampa —insisto, tratando de hacerle entrar en razón.

—De querer atraparnos ya lo hubieran hecho.

—¿Dónde está Jakob? —inquiero seguro de que Gavrel no andaría por ahí sin él. Viktor no los conoce como yo—. ¿Dónde están Honorato, Baron, el rey Jorge o Sasha?

El príncipe heredero no es el único prófugo y de ser capturados todos, ¿por qué dejarlo a él a la vista? Parece ser un señuelo, tal vez esperan a que alguien más lo encuentre y lo mate. ¿Quién en cualquier caso? Podríamos estar en medio de un intercambio.

—Sasha, según recuerdo, no sabe disparar flechas —dice Viktor impaciente, quiere actuar ya, pero yo todavía dudo—. Y en caso Gavrel con los bárbaros de allá abajo, nos ayudó, ¿no? No estamos muertos. No nos quiere muertos.

—Aún.

—Aún —repite Viktor, de acuerdo—. Como sea, no tenemos caballos, no tenemos armas, no tenemos comida; lo único es un mapa que, aparentemente, nos trae a él, a Gavrel —lo señala—. No hay más aliados, Alan.

»¿Quiere hablar? ¿Quiere negociar? ¿De alguna manera utilizarme? Lo que sea es mejor comparado a nuestra situación actual. Es un plan.

»No me hace sentir orgulloso ayudar a Gavrel, si bien no vamos a descartar que realmente se encuentre en peligro, pero no hay otro plan... y Teruel está cerca... y sabe de Elena —agrega por último Viktor, dejando en claro que ese el verdadero motivo que lo pone a andaer.

¿Sospecha que Gavrel se alió con la familia Balzola? Se encontrarían ellos aquí, ¿no? Por lo menos parte de su ejército. Eso no lo hemos platicado. No es improbable ahora que lo pienso. Le dio la espalda la Gran Mancomunidad, ¿qué mejor aliado que el enemigo de todos ellos? Y tiene de su lado al Príncipe Negro. Miro a Viktor, su atención continua en Gavrel pero la mía ahora se halla en él. Me siento como si una piedra hubiera abierto mi cabeza, y es que hasta ahora no había analizado esa posibilidad: Gavrel aliado de los Balzola, Gavrel en contra de la Gran Mancomunidad, Gavrel un rebelde.

Viktor no puede no haberlo considerado. Es más versado que yo. ¿Oculta información? ¿Qué no me ha dicho?

En el ancho del bosque, adicional al gorjeo de pájaros, no se escucha otra cosa que nuestras voces tras el matorral que nos separa del árbol en el que se encuentra atado el príncipe. No parece haber nada más allá. El conflicto es en mi cabeza.

Pero al igual que Viktor quiero saber de Elena.

—Yo te cubro —digo a Viktor con resignación, a fin de cuentas tiene más experiencia en esto. Si no se tratara de Gavrel ni siquiera lo hubiera pensado, estoy seguro; es lo que él representa como príncipe, como esperanza, como hombre en la vida de Elena lo que en particular me molesta. La posibilidad de que tenga otra carta por jugar, que nunca terminen sus privilegios.

Crónicas del circo de la muerte: Vulgatiam ©Where stories live. Discover now