71. Impasse

21.8K 4.5K 1.5K
                                    


Impasse

GAVREL

«También la he escuchado gritar», digo a mis adentros al escuchar a dos sirvientas comentar que la histeria de mi madre aumenta. Hoy obligó a un soldado de la Guardia a destripar a una rata frente a ella. ¿Cuánto miedo se puede llegar a tener antes de perder por completo la cabeza? Es todo ya, la noche dejó de ocultar secretos; no somos más que peones sobre un tablero.

—Y Helen otra vez vio salir a Lady Farrah de la alcoba del príncipe Sasha —murmura entre risitas una sirvienta a otra sin advertir que me encuentro al final del pasillo; pues, para su mala suerte, solo me podrán ver al terminar de doblar la esquina.

Dejo de apoyar mi cabeza en la pared cuando las sombras y el eco de las voces se acercan.

Las dos sirvientas saltan asustadas al verme.

—¡Alteza!

Se inclinan rápido.

La única que olvidaba hacer eso era Elena y en su momento eso también debió ser una señal.

—Quiero que recojan sus cosas y se marchen esta misma noche del castillo—ordeno; y aunque en el rostro de las dos muchachas hay miedo y arrepentimiento por chismorrear sobre lo que no deben, más adelante advertirán que tienen más oportunidad lejos.

No importa tanto el peso de un apellido como el de un ejército, pero si un solo nombre influye miedo igualmente hay que aprovecharlo.

...

La puerta de la biblioteca se abre sin que, quien se dispone a entrar, toque antes. Es alguien de mi familia o más sirvientas que buscan ser echadas del castillo.

—¿Este es un buen lugar para esconderse? —escucho que pregunta la voz de Baron y agito mi mano con desdén para indicarle que se largue—. Traje ron —procede a negociar y acepto que se acerque.

—No me estoy escondiendo —digo—. Pienso, planeo, medito.

Mi posición me pesa más de lo que estoy dispuesto a aceptar.

—¿Aquí? —inquiere Baron, curioso por hallarme sentado en el sofá de cara al vestido de novia de Farrah—. ¿Te... trae recuerdos?

Una pregunta osada.

—¿Qué quieres, Jacco? —pregunto de mala gana—. ¿Qué haces aquí tan tarde?

—Tu madre ordenó a todos estar mañana a primera hora en el Salón del té —Jacco me entrega la botella de ron, se hace de dos copas y toma asiento a mi costado—. Mi madre y yo no quisimos arriesgarnos a venir tarde y decidimos pasar la noche aquí.

—Por supuesto.

Me sirvo una copa y le dejo la otra. Nos comportamos como dos viejos amigos. Por los acontecimientos de las últimas semanas nos vimos obligados a bajar la guardia, corremos el mismo riesgo ahora.

—Yo lo veo como buena señal —continua Baron y sonrío para hacer notar mi escepticismo—. La reina...

—Empieza a tener miedo —resuelvo—. Hoy hubo otra revuelta en El Callado.

—No tuviste que ver entonces.

—Solo un poco. Ella no quiere escucharme. Desde lo sucedido en el último Reginam no confía en mí. No confía en nadie ya.

—No puedes culparla.

—Como si las Serpientes me quisieran en su, ¿cómo le llaman? —Me produce risa el nombre—. Partido —Baron levanta su copa en mi dirección para mostrarse de acuerdo —. Lo que necesito de ti, Jacco, es que durante la reunión de mañana me ayudes a presionar. Mi madre debe aceptar pactar con Viktor. Al único que no tendré de mi lado es a Jorge.

Crónicas del circo de la muerte: Vulgatiam ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora