Capítulo 35: Incapacidad.

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Punto de Vista de Marie:

La gente comenzaba a marcharse y debía ayudar a los chicos a limpiar, así que me deshice de todo mi maldito sentimentalismo y me dispuse a ayudar.

—¡Marie!—los escuché llamarme. Un momento estaba de pie al final de la escalera y al otro ya estaba tendida en el suelo, con mucho dolor en mi pierna derecha, con dolor en la cara y con lágrimas recorriendo mi rostro.

—¡Liam!—gritó Zayn. Esté último apareció por la escalera, por lo menos ya llevaba ropa puesta.

—¿Qué pasó?—preguntó bajando rápidamente.

—Un mal paso—explicó Jo.

—Llevenla a su recámara—pidió Danielle.

Liam me levantó del suelo y me puso en sus brazos, subió conmigo por toda la escalera, pero llegando al último escalón, ya no pude más, la cabeza me daba vueltas y los ojos se me hicieron pesados, después me desmaye.

Punto de Vista de Liam:

Aún seguía pensándo en como fue esto posible, ¿Como fue que Angelique me engaño así? ¿Por qué me deje engañar? yo sabía que no era ella, sus besos sabían diferentes, no tenían ese delicioso sabor que tenían los labios de Marie, su cuerpo no era el mismo, no era tan perfecto como el suyo, fui un imbécil.

Me senté en la cama a esperar que ella regresara, no iba a dejar las cosas así, tenía que escucharme, tenía que perdonarme, debía hablar con ella. Escuché un ruido fuerte en el primer piso, pero no le di importancia.

—¡Liam!—escuché a Zayn gritar. Bajé corriendo las escaleras del tercer piso y cuando llegue al segundo piso pude ver a Marie en el suelo, aunque aún estaba despierta se veía un poco ida.

—Un mal paso.

La levante entre mis brazos y la llevé a nuestra recámara, antes de entrar vi que cerraba los ojos.

—Dejemosla descansar—dijo Danielle una vez que terminó de ponerle el yeso en la pierna, no teníamos una máquina para rayos x, pero Dani tenía un excelente tacto y pudo deducir que la pierna de Marie estaba rota.—Despertará dentro de un rato, por fortuna el golpe que se dio no fue lo suficientemente duro—me sonrio al mismo tiempo que acariciaba mi hombro en señal de amistad.

Todos ellos se fueron y entré de nuevo a darme un baño, esta vez un baño de verdad, el agua estaba caliente y corría por mi espalda. No sabía que decirle, ¿Como iba a arreglar las cosas?¿Como la iba a convencer de que Angelique me engaño? Tenía que mostrarle que de verdad la amaba, que la amo, que nunca me fijaría en alguien que no sea ella.

—¿Suss? ¿Jo?—preguntó aún con la voz adormilada.

Me apresure a enjuagarme el cuerpo y a envolverme con una toalla, cuando salí del baño ella estaba tratando de levantarse.

—No intentes moverte—dije, ella volteo su rostro.

—Te dije que te fueras—murmuró cruzando sus brazos.

—No puedo irme, le dieron mi habitación a Misha.—Además no puedes caminar—le solté.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Porque te di tan duro mientras estabas desmayada que ahora estas muy adolorida y Danielle dijo que es mejor que no camines.

—Eres un imbécil.

—¿Ahora soy un imbécil?—le pregunté haciéndome el ofendido.

—Siempre lo has sido—escupió.—¿Por qué sigues aquí? ¿Por qué no te has ido con tu "Amiguita?

—No me iré de aquí hasta que me dejes explicarte lo que pasó, ¿Por qué no quieres creerme?

En Medio Del Apocalipsis. |L.P| *En Edición*Where stories live. Discover now