Capítulo 11: Soy yo.

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Punto de Vista de Marie:

Cuando menos lo imaginaba, mis labios y los de aquel hermoso chico estaban unidos, sus labios sabían a miel pura, logró elevar mi pulso cardiaco en cuestión de segundos y mis manos empezaron a sudar. Por más que me gustara esta sensación, no podía permitirlo, pues sabía muy bien que cualquier cosa que hiciéramos sería solamente por agradecimiento, jamás podría haber algo de amor, por lo menos no tan pronto.

—Esto no puede ser así—le dije mientras me separaba de él.—Yo no soy así, nunca sería así

—¿Así cómo?—preguntó.

—Una zorra—expliqué.

—¿Por qué no? después de todo, el mundo está hecho mierda, ¿Por qué no darte la oportunidad de algo nuevo?

—Liam, el beso fue excelente—dije—pero ambos sabemos que me besaste por compromiso.

—¿Te bese?—interrogó confundido. —Tú me besaste.

—Por supuesto que no—me defendí a pesar de no estar muy segura de lo que paso.

—Tú me gustas—dijo él.—No te besé por compromiso, te besé porque quise hacerlo.

—¿Cómo puedo gustarte? Nos conocimos hace unas horas.

—Amor a primera vista, supongo—reí.

—No, Liam—dije poniéndome de pie —No me quieres, estás agradecido conmigo por salvarte la vida.

—¿Por qué no me dejas a mi decidir sobre mis sentimientos?

—Porque me lastimaras—confesé. —Romperás todo a mí alrededor, además es muy pronto, acabo de perder a mi novio.

—También perdí a mi novia, Sophia—confesó. —Escuche como los malditos zombies la masticaban.

—Lo lamento mucho.

—Yo también—murmuró.—Dejemos de hablar de cosas tristes, mejor cuéntame cómo te hiciste líder.

*Inicio de Flashback*

Habían pasado ocho meses desde de que todo esto empezó, afortunadamente la comida se raciono y duro, más aun así las cosas no andaban muy bien, mi hermano quería salir de la casa y cuando lo hizo un grupo de zombies los atacaron a él y a su esposa Cora, han pasado exactamente siete meses desde la muerte de mi hermano.

Y seis meses han transcurrido desde que pudimos salir de casa, ya que un tipo, un ex militar llamado Donovan Kendley llegó a salvarnos a todos, ya que había tapado la colonia, ningún zombie podía entrar, pero las personas podían salir, aunque admito que nunca me gustó como me miraba, fue un día en el que él decidió llevar las cosas más allá de una simple mirada.

—Marie, ¿Cierto?—preguntó dándole una larga calada a su cigarrillo. Asentí mirando el humo que salía de su boca. —Eres una chica linda—sonrió de manera asquerosa—Sé que tú y tus dulces hermanitas viven en la casa grande, ¿No es cierto?—asentí—Bien, yo no puedo seguir durmiendo en la pocilga donde estoy y tu casa es digna de un rey.

—¿Lo que quiere usted es un cuarto en mi casa?—me atreví a preguntar.

—Sí, pero no sólo quiero un cuarto, quiero el mejor cuarto y no sería el mejor si no estás tú en él.

—No soy una prostituta, señor

—Oh, no, no, yo no dije que lo fueras—añadió levantándose de su silla—Yo digo que lo vas a ser—añadió lanzándose sobre mí, comenzó a besar mi cuello de manera ruda y salvaje, tenía miedo, tenía terror de que fuera a violarme.

En un movimiento rápido de manos, el rasgo mi camiseta y estaba intentando quitarme los jeans, pero entonces recordé mis pocas clases de defensa personal y lo golpee, lo lastime demasiado, su rostro estaba irreconocible, pero eso no sería todo, con la poca fuerza que me tenía, lo llevé a rastras por el "pueblo" o mejor dicho campamento, toda la gente lo veía, algunas mujeres le escupían, otras lo pateaban e incluso lo maldecían, lo saque de ahí a él y a sus hombres y cuando me si la vuelta, ya tenía a decenas de personas dándome las gracias. Fue ahí donde me volví lo que ahora soy.

*Fin del Flashback*

En Medio Del Apocalipsis. |L.P| *En Edición*Where stories live. Discover now