Capítulo 5: Rumbo a lo desconocido.

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Punto de Vista de Liam:

No alcanzábamos a ver mucho desde donde estábamos, pero se oían los aullidos de las criaturas, estaba preocupado por mis amigos, bueno, solo por Niall, no sabía si había llegado a salvo al camión, no sabía si los demás estaban bien, pero lo esperaba.

— ¿Por qué no te fuiste?— le pregunto Lou a Harold.

— No iba a dejar sola aquí a Rose.

— ¿Y si vas a poner en peligro a Lux?— preguntó. El negó.

— ¡Marie!— gritó el chico que había llegado a rescatarnos.

Salió corriendo del hotel, no supimos si seguirlo o no, pero si nos quedábamos ahí y el moría, quizá nunca saldríamos de esta pesadilla en la que estábamos.

— ¡Corran!— grité. Todos corrimos menos Harold, quien estaba sentado con Rose, ella no quería irse, no podía dejar de llorar la muerte de su madre. — ¡Harry!— le grité— debemos irnos— le ayude a levantar a Rose, pero ella no corría, era como si quisiera quedarse a morir.

Cuando salimos del hotel nos topamos con una escena desalentadora, había un grupo de seis zombies alrededor del chico de cabello negro, en el suelo estaba una chica, la que había bajado con él.

— ¡Louis!— grité— ven— ambos corrimos a ayudar al pelinegro, mientras que Zayn se llevaba a Harold al autobús, entre Lou y yo empujábamos a los zombies para ayudar al chico, a levantarse del suelo, todo estaba bien hasta que vi algo a lo lejos, un zombie embistió a Rosie, literalmente la arrancó de las manos de Harry, ya no podíamos hacer nada por ella, pero él quería ayudarla, mas Zayn no lo permitió y lo subió por la fuerza al camión. Suspire aliviado, por ahora al menos estaban a salvo Lux, Zayn, Niall, y Harry.

— ¡Liam!— gritó Lou. Volví en mí para ver que un zombie se acercaba peligrosamente, pero por fortuna tuve reflejos más rápidos y le partí la cabeza en dos, estaba muerto, quiero decir, muerto de verdad.

La chica seguía en el suelo mientras gritaba y pateaba intentando quitarse de encima a uno de los zombies, por fortuna estaba cerca, y sin ningún impedimento clave el hacha en su espalda, ella se levantó, me miro con un par de perfectos ojos cafés y nos hizo correr al camión, el otro chico, se quedó, intentamos ayudarlo, pero fue imposible, los zombies lo habían rodeado, los gritos del chico aun retumbaban en mis oídos, pero él no pedía que le ayudaran, le suplicaba a Marie que se fuera, que se mantuviera a salvo, supongo que se debe amar mucho, el amor es ver por el bienestar del otro.

Llegamos al autobús, Lou fue el último en subir, por lo que uno de los zombies le atrapó la mochila con comida, la chica a cargo del camión cerró la puerta haciendo que no pudiera llevárselo al suelo, pero tampoco lo soltaba y la conductora no arrancaba.

— ¡Marie!— gritó la chica al volante— ¡Falta Hunter!— Marie, no respondió.

— ¿Lo esperamos?— preguntó una rubia— ¡¿Marie?!— la chica estaba en shock.

— ¡Marie!— gritó desesperada la chica de cabello rubio y rizado que estaba al volante.

— ¡Con una mierda! ¡Arranca Jo!— vociferó, una castaña de baja estatura, ojos cafés claros.  

Esa fue la única manera en que Louis se pudo salvar del zombie, claro se había hecho daño en uno de los brazos, pero parecía que no importaba que él estuviera sangrando. Mientras que Marie estaba en suelo, no decía nada, pero tampoco se movía, otra chica, una rubia se acercó a ella, le dio una palmadita en la espalda y se alejó, al principio no supe a donde fue, pero después note que se acercaba a Niall, quien lloraba en una esquina, la chica le dio un paquete de color plateado, galletas seguramente, al principio el pequeño Leprechaun no quería agarrarlas, pero cuando vio que la chica le sonría de forma sincera, el perdió y el miedo y se comió varias.

— Hola— saludó en voz alta la pequeña castaña. — Soy Jules, y ellas son Suss— señalo a la rubia de las galletas—Joanna—la que manejaba— Marie, John y Charlie.

—Necesito que le digan a Jules sus nombres— pidió la rubia de ojos cafés.

— Soy Niall— dijo cuándo la chica se acercó a él.

— Soy Liam de Wolverhampton, Inglaterra.

— ¿Alguien más es de Inglaterra?— preguntó la chica. Los demás levantaron la mano. Menos Niall.

— Louis Tomlinson, Doncaster, Inglaterra. —Dijo—él es Harold Styles, de Cheshire.

— ¿Qué tienes ahí?—preguntó Marie señalo el estómago de Harry, había olvidado que Lux estaba dormida ahí, seguramente estaba despertando.— Quítate el suéter— ordeno la rubia mayor.

Punto de Vista de Marie:

Aunque mi corazón estaba totalmente destrozado tenía que continuar con esto, tenía que fingir estar bien, pero quien puede estar bien  después de ver morir al amor de tu vida, a la persona a la que más has amado, ¿Cómo hacerlo? Unas lágrimas rodaron por mi mejilla, recordando aquellos ojos cafés que me habían visto por ultim… ¿ojos cafés? Hunter no tenía los ojos cafés. ¡Mierda! Lo último que había “visto” de Hunter, según yo eran sus ojos, azules como el mar, pero entonces porque tengo el recuerdo de un par de ojos cafés, tan perfectos, tan hermosos, tan preocupados, ¿de quién? ¿De quién?

— ¡Soy Liam!— gritó uno de los sobrevivientes. Giré a verlo, y entonces me di cuenta de que eran sus ojos, lo último que había visto antes de perder a mi novio, eran los ojos de aquel chico castaño, dedicándome una mirada que decía “todo va a estar bien” pero nada, nada podía estar bien, si lo único que podía recordar de mi novio, eran los ojos de ese chico desconocido. —De Wolverhampton, Inglaterra— ¿inglés? ¿Qué hace un chico ingles atrapado en un hotel en Nueva York? Creo que lo he visto antes en algún lugar.

— ¿Alguien más es de Inglaterra?

— Louis, Louis Tomlinson— dijo una voz rasposa— de Doncaster, Inglaterra. Él es Harold Styles, de Cheshire— gire para verlos a cada uno, después de todo, si iban a vivir con nosotros esta pesadilla, por lo menos tenía que ser amable. Pero hubo algo raro en él, yo sabía que no bajo ese suéter no escondía una barriga enorme, sus piernas eran demasiado delgadas como para ser gordo, pero cuando el bulto en su abdomen se movió, fue ahí dude.

— ¿Qué tienes ahí?— señale su estómago. — ¡Quítate el suéter!

— No hace falta que le grites— me encaró en otro chico.—Muéstrale— gire para ver como el ruloso se quitaba el suéter, entonces entendí porque su afán de protegerse, él llevaba en una cangurera a una preciosa niña rubia, de unos tres o cuatro años, era de verdad hermosa, la niña nos veía a todos, estaba asustada, pero pronto se le pasaría.

— ¿Cómo se llama?— le pregunté al ruloso acercándome.

— Luxury— añadió el pelinegro.

— ¿Eres su padre? es muy linda— dije sonriendo.

— Lo sé, es igual a su madre...

En Medio Del Apocalipsis. |L.P| *En Edición*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora