Capítulo 13: Corazón cálido.

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Punto de Vista de Marie:

¿Como les digo que su amiga esta muerta? ¿Como hacerlo sin verme tan cruel? Supongo que dentro de ellos sabían que era una posibilidad latente, es decir, en medio de este caos nadie lograba sobrevivir por mucho tiempo, y menos estando sólo.

Regresé al comedor, dispuesta a decirles la noticia, pero me detuve cuando los vi alegres, llenos de vida y sonrientes, es verdad, soy estricta y dura en ocasiones, pero no soy de corazón frío, claro que le tengo consideracion a la gente, ¿Les voy a arrebatar un buen momento con una noticia que puede esperar un poco más?

Aunque si no se los digo pronto ellos comenzarán a albergar esperanzas, y la esperanza es lo que más lástima.

-¿Todo bien?-preguntó el moreno mirándome fijamente.

-Claro que si-respondi tratando de sonar segura.

-¿Te sientas con nosotros?-preguntó el rubiecillo comiendo por montones.

-No-dije amable-Debo irme, tengo asuntos pendientes, pero ustedes siéntate como en su casa.

Lo más importante para mi, eran ellos, las personas, que todos estuvieran bien, por eso, cuando hay alguna alerta, todos se refugian en la mansión Fosten, afortunadamente ya no habían dado tantas alertas.

Caminé bajo un sol saliente, un cálido sol de un otoño que apenas comenzaba; a mi paso por el campamento las personas me saludaban y me contaban de sus logros con las cosechas, lo cual era maravilloso, porque la mayoría de estas personas habían sido rescatados de lugares muy peligrosos y sembrar los hacia perder sus miedos, olvidar sus tragedias.

-¡Hola jefa!-grito Misha desde el jeep.

-¿Que tal va todo, chicos?

-No hay ningúno-informó Jared antes de morder la manzana roja que tenía en la mano.

-Es extraño-murmure para mi--algo anda mal.

-¿Mal?-interrogó Misha con el ceño fruncido.-¿En que sentido?

-Es raro-añadí-ayer había por lo menos 30 golpeando la entrada sur y había otros 100 en la carretera, ¿Ahora no hay ni uno?.

-Quizá murieron de hambre-comentó Jared.

-Te creería, si hubiera un solo cuerpo por ahí, pero no hay nada-Suspiré.

-Aun así haremos las ampliaciones, ¿verdad?.

-Sí, sólo revisen bien el perímetro, las casas, asegúrense de que estén vacías, luego muevan los camiones.

Aunque no había sido mi idea, la opción de poner los "muros" con cajas de trailers era excelente, ya que ese tipo de camiones son altísimos y muy pesados, ningún hijo de perra podría pasar por ahí, aunque me preocupaba el hecho de que los malditos hubieran desaparecido.

-Entonces nosotros nos encargamos de todo, mientras tu vuelve a la casa a coquetear con el British Boy-Se burló Jared. Misha soltó una risotada.

-¡Que maduros!-exclamé ocultando la sonrisa que había en mi rostro.

-¿A que crees que sepan sus besos, Jared?

-No lo se-se encogió de hombros.-Quizá sepa a Titánic, o a bolsas de té.-ambos rieron.

-Váyanse a la mierda-mascullé.

-Te hace falta un buen polvo, hermanita-continuó Misha.

-Hunter acaba de morir-recordé.

-Ese idiota no valía la pena.

El día transcurrió como los demás, demasiado trabajo y cosas en que pensar y para colmo de males, tenía en mi pecho esa horrenda sensación de que algo andaba mal.

Miré mi reloj 5:45, demasiado tarde para comer, demasiado temprano para cenar, me dije. solté un suspiro, cuando alguien llamó a la puerta de la oficina principal, ubicada cerca de la puerta en una de las cajas, más bien en las cajas empalmadas, cada entrada a la colonia tenía dos cajas de trailers, una encima de otra y mi oficina estaba donde podría ver todo.

-¡Adelante!-grité dejando lo que hacía.

En realidad me la pasaba haciendo diseños de moda.

-Hola-dijo su voz perfecta, siempre tan educado.

-¿Que pasa Liam? ¿Esta todo en orden?-asintió arrugando su frente, de hecho siempre hacía ese gesto, siempre lucía preocupado.

-Si-respondió-Creí que debía traer un poco de comida, es decir, no fuiste a la casa y escuché a la chicas comentar que no comías bien últimamente y pensé que podría cuidarte un poco, ya sabes regresarte un poco de lo que nos das, pero tu sabes, si lo consideras incorrecto yo me voy-dijo nervioso.

-Esta bien, esta bien-sonreí un poco mareada por lo rápido que hablaba.-Gracias-añadí destapando el refractario donde venía la comida.

-¿Y...que hacías?-preguntó inseguro.

-Ordenaba algunas cosas-mentí ocultando mi último dibujo.

-Debe ser un trabajo pesado, es decir tienes que salvarnos a todos.-añadió. Asentí probando lo que había traído.-¿Como lo haces?-preguntó con su hermosa mirada fija en la mía.

-¿Hacer que?-interrogué enrollando el tenedor en el espagueti.

-¿Como te levantas cada dia?-finalizó, se me hizo un nudo en el estómago, el tenía razón, ¿Como me despertaba en las mañanas? ¿Como le hacía para no darme por vencida y mandar todo esto al carajo? ¿Como soportaba esta tortura?

-Creo que...-comencé mientras rebuscaha en lo más profundo de mi ser, mientra buscaba una buenas respuestas, una solución que no me hiciera ver tan desesperada y cansada de la vida.-Me levanto pensando en los niños, en sus caritas alegres, en los ancianos y en toda la gente que hemos salvado, pensar en que toda la gente que esta haya afuera buscando un lugar donde sentirse a salvo, eso es un buen combustible.

En Medio Del Apocalipsis. |L.P| *En Edición*Where stories live. Discover now