Capitulo 30: Con los Ojos Cerrados

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Niñas!! Os dejo otro capitulo  de esta historia que me encanta escribir para todas vosotas. Este es mas cortito pero es que queria sibri algo para no teneros mucho tiempo con la espera. Intentare subir pronto. Ya no me entrengo mas  os dejo que lo leais. Pero antes de irme os agredezco mucho los comentarios, los votos, y vuestro tiempo que encontrais siempre para leer mi historia.Muchosss besoossss!!-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


El domingo por la noche Raúl volvió a por Helena tal y como quedaron. La relación entre ellos fue bien igual que la noche anterior incluso se relajaron ya que no tenían tanto trabajo. Lo pasaron bien, bailaron, bebieron, rieron y el estuvo todo el rato pendiente de la chica. Al amanecer compraron algo para desayunar y fueron al lugar donde la llevo para presenciar de nuevo el despertar de la ciudad. El sol los bañaba. Helena fijo la mirada en Raúl, quien estaba muy pensativo igual que el día anterior, hoy vestía con vaqueros negros y camisa verde oscura. Estaba tumbado hacia atrás con una mano puesta en su nuca, se recostó sobre su pecho, el metía sus dedos entre su pelo con cuidado de no hacerla daño.

-¿Qué piensas? ¿Por qué estas tan pensativo?

El giro la cabeza. –Este sitio me trae bonitos recuerdos. Cuando era más pequeño mi padre me traía aquí. Todos los fines de semana nos escapábamos para… -Se callo.

-¿Para qué? –Ella vio la emoción en sus ojos.

-Mi madre era drogadicta Helena. Entre mi padre y yo le intentamos ayudar para que lo dejara pero…ella no luchaba. Nos insultaba, nos trataba mal, incluso nos llego a pegar. Nosotras sabíamos que sería difícil, que aunque estábamos a su lado de nada valía porque se rendía, nunca fue fuerte. –Una triste sonrisa se le dibujo en el rostro –cuando la discusión se ponía tensa mi padre me cogía y me traía aquí. Nos despejábamos, hablábamos e intentaba tranquilizarme. –Una lagrima rodo por su mejilla, ella se la limpio –Una noche, mi madre estaba fatal. Se había metido heroína junto con no se que más cosas, esas mezclas eran terribles…yo venía de casa de mi mejor amigo cuando –Hizo una pausa y miro de nuevo al cielo –Abrí la puerta y me encontré con mi padre. Lloraba. El cuerpo de mi madre tendido en el suelo sin vida.

-Lo siento Raúl, no tenía que haber preguntado

-No pasa nada Helena. Me viene bien hablar de ello. Pero no todo fue malo. –Le miro con una tierna sonrisa –También tuve mis días felices. Aunque ahora no sé donde están. –Dijo triste

-¿Y tu padre?

-El se alejo de mi cuando se entero a lo que me dedicaba. Me dijo que cuando estuviera dispuesto a dejarlo que le buscara. No quería volver a sufrir como hizo con mi madre, en parte le entendí. Pero no creo que dejar de hablarte con tu hijo sea una buena forma de cerrar tu pasado, porque eso es lo que él quería y cortando los lazos conmigo lo consiguió. Ha rehecho su vida, y es feliz con eso me conformo. De vez en cuando le visito para ver cómo le va pero no mantenemos la misma relación. Ya no es lo mismo.

-Ten entiendo Raúl. Los padres tienen que estar siempre, pero a veces les puede el miedo y se alejan. Son humanos como todos, se equivocan, tropiezan. Creo que a todos nos ha pasado alguna vez, piensas que vas a poder aguantar pero no puedes.

-Si helena. No le tengo rencor, ni tampoco siento odio, le quiero porque es mi padre, me ayudo a crecer, me dio amor e hizo el papel a la perfección. Me ayudo con mis estudios, intento darme todos los gustos que le pedía y lo consiguió. Me llevo por el buen camino pero fui yo el que me torcí, encontré una salida a toda la frustración que tenia y lo seguí sin darme cuenta de que le perdería. No puedo pedirle nada ni tampoco puedo exigirle que me acepte, me conformo con saber que es feliz junto a la mujer que ahora ocupa su vida. Tengo un hermano de 15 años, Unai, cuando voy de visita que me cuenta sus escarceos amorosos –Los dos rieron –Ya sabes cómo son a esas edades. Mi padre nunca me lo ha ocultado y se lo agradezco, le vigilo en la distancia porque no quiero que acabe como yo, para mi padre sería demasiado. Y no quiero que sufra mas, es un buen hombre. No se lo merece.

Un disparo a mi corazón. EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora