Capitulo 29: Déjame Guiarte

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¡¡Chicas!! Aquí os dejo otro capítulo, una vez más os pido perdón por la tardanza pero es que estoy muy liada y no tengo casi tiempo para escribir y menos para publicar. Os agradezco la paciencia…Espero que os siga gustando la historia tanto como a mi escribirla. Mil besitos!!!

Helena

“Han pasado tres días desde nuestra discusión…ayer trajeron a la niña esa. La verdad no sé porque me dio la vena esa valiente. No tenía ni idea de que la tuviera. ¿Cómo se me pudo ocurrir dar la cara por una chica que no conozco de nada? supongo que la situación, los nervios, las lagrimas. Todo me afecto y por eso reaccione así. Pero por más que intente convencerme que estoy bien…es mentira. Me duele lo que le dije porque no fue verdad, me quema el alma. Las cicatrices que me está dejando este chico tardaran en curarse, pero ¿a quién quiero engañar? Jamás sanaran. El es mi todo pero también mi muerte. Si, se que lo he perdido pero eso es lo que quería. No puedo aferrarme a algo que nunca será, el tiempo me dará la razón. Ya ves…un desgarro de mi corazón…eso fue lo que sentí el otro día cuando me dijo todas esas cosas…esa niña ocupara su cama todas las noches…le complacedera…le hare sentirse hombre…conmigo no podría nunca sentirse así, yo no puedo competir. Estoy cansada, estos días han sido sin dudas los más duros…pensar que voy a estar sin tocarle, sin besarle, sin mirarle, sin sentirle cerca de mi… ¡maldito mes y medio! Ya estamos en septiembre…cuando volvamos a retomar la “relación” será en octubre. Quizás todo esto que ha pasado es porque era necesario para darnos cuenta de que no estamos hechos el uno para el otro…el tiempo…si, tiempo es lo que necesito y espero que pueda aclarar algo mis pensamientos y sentimientos. Sé que mi corazón está dolido, tocado y hundido pero no le daré el gusto de verme así, seré fuerte. Solo cuando este sola me desahogare. No me hará daño. Me gustaría correr, olvidar todo, borrar los momentos vividos con él, romper los lazos que nos unen, separar mis sentimientos, odiarle mucho más de lo que ya le odio, dejar de quererle, de amarle, seguir con mi vida y hacer como si nunca nos hubiésemos conocido. Es una locura…sí una locura de amor. Pero no puedo dejar de pensar en el…el…todo me recuerda a ese niño de ojos castaños que me trae loca. Que me desarma pero que me hace daño, me hiere y yo como una tonta sigo queriéndole. Desgarros de mi alma…de mi corazón…miento cuando me digo a mi misma que no me importa, que quiero separarme…vivir así no puedo. Alejarme. Alzar de nuevo las barreras, esas que rompió una vez. El caso es ¿Cuanto tardaran en caer de nuevo?”

Raúl entro en la habitación sin armar ruido. Helena estaba en el escritorio, apoyaba su cabeza en el portátil. Si le había oído entrar no hizo ningún gesto, solo toqueteaba el logo de HP distraída. Se notaban sus profundas ojeras que no estaba bien, que sus lágrimas bañaban sus ojos constantemente pero intentaba ocultarlo con algo de maquillaje. Se acerco con pasos lentos, cuando estuvo a su altura ni se molesto en mirarle. Le dieron ganas de tocarle el pelo, consolarla, cuidarla, de decirle que todo iría bien, que no llorara porque le dolía verla así, desde ese día en el hospital algo en su interior se había despertado con respecto a esa chica, algo lejano olvidado en algún punto oculto de su corazón.

-Helena –Le llamo para que le presentara atención, una leve mirada le valió para darse cuenta que sus ojos estaban tristes, con un profundo dolor que le traspaso su coraza de chico malo. –Tengo que llevarte a verle. –En ese momento maldijo a su mejor amigo por tenerla así, de ese modo tan inhumano. Tan poco solidario. La chica se levanto sin decir nada, con la cabeza cabizbaja espero a que el saliera. –Vamos a su habitación –Le dijo una vez en el pasillo. Raúl iba delante mientras que ella iba detrás pensando en sus cosas –Helena ¿Dónde vas?

La chica se dio cuenta que tenía los pies en la escalera, inmediatamente fue hacia Raúl –L o siento, iba distraída. No me iba a escapar –Se disculpo, no quería broncas.

Un disparo a mi corazón. EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora