Capitulo 22: Días de Reflexión (2º Parte)

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El chico se acerco a sus labios y empezaron a besarse de nuevo. Juntaron sus lenguas como antes pero esta vez era mucho más rápido, con prisa y decisión. Las caricias del chico se hicieron más rápidas, recorrió su estomago con sus manos expertas mientras le cogía la espalda para balancearla entre él, la chica respondió enredando una de sus piernas en su cadera y cuando se dio cuenta de lo que acababa de hacer ya era demasiado tarde. El chico puso una de sus manos en sus braguitas. Ella le miro dolida.

-Me has pedido una oportunidad y te la he dado, dos no princesa –ella cerró los ojos pero los volvió a abrir de golpe cuando noto el fuerte tirón del pañuelo de alrededor de su cuello –No cierres lo ojos –La chica contenía el aire como podía a partir de ahí ya no podía hacer nada –Te has portado bien y has cumplido con tu palabra de no resistirte aunque la verdad tampoco te lo he puesto nada difícil, así que te las voy a quitar pero no mirare ni tampoco te tocare pero me voy a excitar contigo, quiero que hagas lo que sea para que llegue al orgasmo o de lo contrario –Se acerco a sus labios –No te libraras de que te lo haga con fuerza –Ella le miro con miedo -¿Has entendido? –Ella asintió. -Si me apartas la mirada, mirare. –le advirtió. Ella volvió a asentir.

Con lentitud se las fue bajando, noto que su respiración se alteraba y que su corazón bombeaba a una velocidad descontrolada pero también noto el cuerpo caliente del chico. Sin darse cuenta había terminado de quitárselas lo supo porque se las enredo en su muñeca derecha.

-Aquí están para cuando termines –dijo riendo –Si lo haces bien te las daré al finalizar nuestro encuentro para que te las pongas si lo haces mal…directamente te quedaras así.

-¿Qué quieres que te haga? –le pregunto con un hilo de voz

-Lo que tú quieras pero no puedes tocarme la parte bajera –dijo riendo –De eso ya me encargo yo. Los brazos puedes moverlos pero ten cuidado porque –Y se lo desabrocho –Mira como esta. No me mires así los brazos los has movido antes.

-¿Puedo quitarte la camisa? –El chico asintió. Metió las manos entre los hombros y los masajeo, pudo notar los perfectos y grandes que eran, después se la quito de un solo tirón eso desconcertó al chico. Con sus manos fue recorriendo el torso desnudo después con su boca beso sus labios pero no como antes sino más lento saboreando de verdad cada gesto de ternura y pasión contenida en esos labios carnosos. Bajo por el cuello depositando besos y  chupándole con la lengua de forma sensual, con las manos le masajeaba el pelo mientras que su boca bajaba hasta sus pechos, los succiono con fuerza y esto hizo que el chico jadeara después los mordió seguía bajando por su torso recorriéndolo con manos y boca, con un cambio volvió a besarle con insistencia mientras que le rodeaba con sus piernas la cadera, el chico gimió de placer al notar el sexo de la chica sin ninguna prenda, empezaron a moverse los dos frotándose con rapidez mientras que ella no paraba de besarle y el de corresponderla, le toco los pechos y entonces el chico llego al orgasmo, le presiono la lengua con la suya y se la mordió con fuerza, la chica se quejo un poco pero no tenía fuerzas para más. Estaba agotada, mojada y no sabía si era de ella o de él o de los dos. El chico apoyo su frente en la de ella, ella tenía puestas sus manos alrededor de su cuello, se miraron.

-Ten –dijo quitándose las braguitas de la chica de la muñeca –Lo has hecho bien –dijo con la boca seca. –Pero no me apartes la mirada o mirare –dijo con burla.

Con poca precisión y torpeza se las puso al levantar la cadera para subírselas él la atrapo con sus manos y se la beso después la volvió a besar. Le toco la carita y después sus labios que mordió con fuerza.

-¡Ah! –grito la chica

-Te lo mereces por buena chica –le dijo riendo –Y ahora vamos a dormir que ya es muy tarde princesa. –Ella asintió y se dio la vuelta.

Un disparo a mi corazón. EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora