Capitulo 19: Tensión tentadora

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Desde muy temprano Quino rondaba por la casa. Recogia algunas cosas aunque para eso estaba su asistenta, le daba igual, no podía estar más tiempo acostado no paraba de darle vueltas a todo lo que le confesó a Helena, para su sorpresa lo entendió todo muy bien, sabía que lo haría pero una parte de él tenía miedo, nunca nadie había sido tan comprensible con él, y lo agradeció. Se obligo a recordar todo lo sucedido desde la muerte de su hermano, como ella se le entrego sin ningún pudor, recordó sus manos sobre su cuerpo, sus besos sabor fresa, su olor, ese perfume que le volvía loco, lo explosiva que estaba con esos short “Con ese culo perfecto” –se dijo riendo . También recordó la fuerte discusión después de traerla del médico…como le había dicho que para él solo era un juguete “Y es verdad…no, no lo es.  Siento algo mas pero tengo que tener cuidado no puede notarlo es demasiado astuta, no puedo permitirme que note nada. Aunque…si lo pienso bien, según Galván somos tal para cual, yo creo que me lo dijo por decir a veces no sé cuando me está vacilando. Me divertí atándole las manos, recorriendo su cuerpo con mis manos y como se estremecía bajo ellas, sí, me sorprendo del poder que tengo sobre ella. Y ella sobre mí, porque cuando me besa no me puedo negar a nada, y como me excita…eso nunca. Ninguna mujer lo ha conseguido de la forma en que lo hace ella. Hace que mi cuerpo pida más, que no quiera parar ¡Uf! Como me puse ayer, estaba juguetona la niña. Y cuando me pregunto que si me hubiera gustado verla desnuda… ¡Por supuesto que sí! Cualquier hombre querría ¡esta tremenda! Menudo cuerpo tiene, si es que de solo pensar en la rubia me caliento estoy tan excitado ahora mismo ¡que podía incendiar el piso! Y cuando me confesó que yo le atraía, eso lo sabía pero me gusto que saliera de su boca y que me lo dijera de esa forma que tiene, a veces puede ser tan tímida con cosas tan simples pero luego no se corta la chica, si es que mi rubita es un ¡torbellino! Espera… ¿La acabo de llamar mi rubita? Que no Quino. Pero tampoco suena tan mal…”

De pronto se dio cuenta que Helena le miraba desde el umbral de la puerta. Estaba apoyada con una tierna sonrisa en su boca, la camiseta del pijama azul claro con corazones le venía un poco justa y dejaba al descubierto su cintura, los pantalones atados con un lacito en blanco…estaba tan provocativa. Se fue acercando hasta ella con una sonrisa picara, apoyo su manos en su cadera. Ella le devolvía la mirada con seducción rozando lo erótico.

-Si me sigues mirando así acabaremos en la cama –dijo deshaciendo el lazo de su pantalón

-No me importa –Dijo tocándole el torso desnudo. Al notar el tacto, el chico se estremeció bajo las manos de la chica. Después para ponerle más caliente, bajo su boca, mordió y relamió sus pezones con sensualidad después siguió bajando recorriendo sus abdominales depositando besos mientras que jugueteaba con su lengua entre los recodos de estos. Lo hacía con sutileza pero con precisión, la respiración del chico era alterada y estaba muy tenso –Relájate –le dijo mientras seguía bajando hasta su ombligo. Una vez ahí le dio un pequeño mordisco, pero lo hizo a conciencia después succiono con fuerza esto provoco que el chico diera un suspiro de placer.

-Helena deja de hacer eso –Hablo entrecortado –Me estas poniendo muy cachondo -la chica al oír eso se rio pero continuo, pensaba torturarlo. De pronto el chico la levanto y la empotro contra la puerta. Empezó a besarla con fiereza mientras que movía sus manos por su cuerpo pero ella fue más rápida y se las aparto. Se miraron. El estaba confuso pero ella le miraba con esa sonrisa que le incitaba a besar, ella aparto la cara para evitar que le besara apoyo sus manos en su cuello y lo atrajo con violencia hasta que juntaron sus frentes después puso su boca a milésimas de la de él y empezó a relamer los labios carnosos del chico que estaba un poco sorprendido con todo pero sobre todo estaba muy caliente. Esa chica era igual de impredecible que él o incluso mucho más. En una de las veces que le relamía los labios con la lengua él se la cogió con sus dientes y se la mordió haciendo que las entrelazaran, el beso estaba cargado de pasión, sus respiraciones se juntaban mientras que sus cuerpos respondían a sus excitaciones. –Déjalo ya –Le dijo separándose un poco. La chica le volvía a mirar con seducción pero le hizo caso. –No sé qué te pasa esta mañana pero, sea lo que sea me gusta que lo hagas. –Le dijo riendo.

Un disparo a mi corazón. EDITANDOWhere stories live. Discover now