Capitulo 21: Noche de Cena y Fiesta (1º Parte)

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El chico aparco el coche en su plaza de garaje y se bajaron. La chica cojeaba y se intentaba mantenerse en pie ya que la rodilla le dolía mucho. En el ascensor evitaron mirarse y una vez dentro del piso ella se dirigió a su habitación pero él la sujeto.

-Vamos a comer –dijo con enfado. Arrastras la sentó en una de las sillas, mientras que preparaba todo. Comieron en completo silencio, ella hacía esfuerzos por contener las lágrimas mientras que el se arrepentía por lo que le había echo. –Vete si quieres –le dijo ya que la chica termino antes de comer.

Se tumbo en la cama sujetándose la rodilla, era un dolor profundo que se introducía por toda la pierna y le llegaba a la cadera, lloraba en silencio ya que no quería que él se enfadara con ella. Al rato oyó que el chico recogía las cosas de la mesa, intento tranquilizarse y dormir un poco pero la puerta se abrió, espero a que le gritaba o le maltratara o le insultara por suerte no lo hizo, se sentó en la cama a su lado.

-Helena –le obligo a darse la vuelta. Tenía el rostro contenido debido al dolor. –Quítate los pantalones –dijo. Ella le miro con miedo –Es para ponerte esto –y le mostro una bolsita con cubitos de hielo. Ella negó. –Joder Helena ¿Quieres que me vaya? Como si no te hubiera visto antes –Le dijo molesto, pero se fue.

Ella se quito los pantalones y se puso unos cortos. En seguida entro el chico que se sentó en la cama, le puso la bolsa en la rodilla. Ella no podía parar de llorar, el fue a secarle las lágrimas pero giro la cabeza.

-No me rechaces

-Déjame en paz –le contesto e hizo como que se volvía a tumbar pero él la sujeto contra su cuerpo y la abrazo. Ahí sobre él se descargo. – ¡Porque! ¡Porque! –Le decía pegándole puñetazos –Yo solo te estaba siguiendo el juego –lloro con más fuerza –No quería hacerte daño ¿Por qué sigues sin confiar en mí? Nunca te he dado motivos. Jamás he intentado escaparme, excepto una y fue porque me asuste ¿Por qué? Yo…-se atraganto con sus propias palabras –Yo nunca haría una cosa así ¡Joder Quino! –Y le pego un puñetazo más fuerte en su hombro -Parece que no me conoces. –se volvió a refugiar en los brazos del chico.

-Per…dona –susurro –Helena no me gusta que me sueltes esas cosas, sabes que me enfado –ella seguía escondida en sus brazos –He llamado al doctor y me ha dicho que te pusiera hielo para que no te subiera la inflamación –le decía mientras le tocaba la cabeza, la separo y le volvió a poner el hielo en la rodilla –Si que confió en ti, lo que pasa que…

-Que aparte de posesivo eres celoso –Le dijo con un puchero. El chico le miro serio pero al final termino por reír. Ella se contagio pero aun así estaba triste.

-Ves, tú eres la única que puede conseguir esto –le levanto el mentón de forma que se miraron a los ojos –Nunca lo he sido, de hecho siempre me ha dado igual que me mis chicas se tiraran a otros pero contigo es diferente quizás me haya pasado y se que solo estabas jugando pero no vuelvas a decirme un comentario como ese, porque no me…-No quería ni imaginársela con otro hombre que no fuera el –gusta. Y claro que confió en ti lo que pasa que me lo has dicho con tan…convicción que me has enfurecido. Eres a veces demasiado segura, más que yo y…jamás me había encontrado con una persona así y me desquicia.

-Obseso del control –él le miro –Se llama obseso del control cuando una persona tiene que tenerlo todo controlado.

-No me considero así. Al contrario, Galván siempre tiene que estar encima de mí para que me organice pero…puede que contigo lo sea –le dijo riendo –Y la verdad es que no me importa. No quería hacerte daño.

-Querías marcar tu territorio –le dijo con una triste sonrisa ella. El chico rio, le cogió la carita con las manos y le beso después limpio las lágrimas que rondaban por sus mejillas.

Un disparo a mi corazón. EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora