Un disparo a mi corazón. EDITANDO

Capitulo 28: Reino Andalusí (1º Parte)

Habían pasado dos semanas desde que regresaron del hospital, la chica se recupero rápido de las heridas aunque su autoestima al volver a la casa bajo bastante, lo único que le animaba era que el chico se comportaba con ella de manera cariñosa y tierna, cada vez parecían más una pareja de verdad intentando formalizar la relación. Galván le echo una buena bronca a los dos en cuanto pusieron un pie dentro pero luego se preocupo por el estado de ella y a él le pidió que la cuidara y atendiera en lo que pidiera, y así hacia. Por las noches cuando dormía, se metía en la cama con ella y cuando despertaba miles de besos la recibían. Durante el resto del día se dedicaba a su trabajo e intentaba mantener la cabeza ocupada ya que últimamente le daba mucho por pensar en su familia y se echaba a llorar, para aplacar un poco la tristeza sacaba la ecografía de su sobrinita y la miraba durante horas, sacándole mil y un parecidos entre sus padres. Más de dos veces se había dormido con esta en las manos. Era miércoles por la noche, ella estaba liada sacando información sobre un tipo del norte de Grecia, le estaba costando dar con el banco ya que estaban todas las comunicaciones demasiado cifradas cuando el chico apareció por la puerta, al instante se sonrieron. Se acerco a la silla giratoria y la cogió en brazos, ella dio un gritito de sorpresa. La deposito en la cama y se empezaron a besar lento, delicioso.

-¿Qué tal el día rubita? –Pregunto acariciándole la mejilla con ternura

-No ha ido mal, pero ahora que estas aquí mucho mejor –Le cogió de la nuca con una mano mientras que con la otra lo atraía hacia su cuerpo agarrando el cuello de la camisa blanca de lino y le beso con rapidez deleitándose del sabor dulce.

El chico tuvo que apoyar las manos en el colchón porque se caía encima de ella –No seas ansiosa, rubita –Le dijo riendo -¿Has cenado? –Ella negó –Voy a llamar a Ressa.  –Saco el móvil del bolsillo trasero de su vaquero y marco el número de la cocina. Mientras tanto la chica le miraba con ojos dulces llenos de cariño y de algo mas… -Ya está. Subirá en seguida con tu cena y con la mía –Dijo acercándose a ella después deposito un beso caliente, jadeante lleno de ganas de mas. –Rubita… -Tenía que darle la noticia del viaje que harían pero…no sabía cómo hacerlo ya que tenía miedo de la reacción de la chica. No pudo continuar porque por la puerta entro la Ressa con la cena de ambos, la puso en las mesas y se fue.

-Dime Quino –Le dijo la chica echándose un poco de ensalada en el plato -¿Qué me tienes que decir? –Se miraron, el estaba un poco nervioso –Oye seguro que no es tan malo como para que te pongas tan tenso –Dijo para animarle mientras le cogía la mano.

-No, no es malo. Pero… -Ella se puso a horcajadas encima de él, estaban sentados en la cama con lo cual estaban aun más cerca –Si te me pones así de esta forma –Le dio un beso profundo en la boca –No podre decirte nada –Dijo sonriendo

-Quiero que confíes en mí. Cuéntame lo que sea -Acaricio el borde de los labios del chico con su dedos – ¿Sabes? Eres muy guapo –El le dedico media sonrisa y ella se la devolvió –Así que mis celos son merecidos. Te mueves con muchas chicas…

-Mi rubita celosa –Le cogió de la barbilla para que le mirara –Muchas chicas pero ninguna como tú, de eso nunca dudes. –Se besaron con ternura al separarse el cogió un poco de aire pero estaba mucho más relajado. –Galván me ha pedido que vayamos a una fiesta. –Ella asintió –Estaremos viernes, sábado, domingo y lunes. –Mientras hablaba le acariciaba la carita –No es en la ciudad.

-¿No? ¿Entonces en donde es?

-Pues…el viernes y el sábado estaremos en Sevilla y el domingo y el lunes en Cádiz. –Ella volvió a asentir –Mañana jueves por la noche vendré a por ti para ir a mi piso. Allí dormiremos y saldremos hacia allí después de desayunar. –Ella le miraba con preocupación –No recuerdes no lo último que paso –Le cogió de la cintura mientras atraía su cuerpo al de el –Este viaje será diferente, te lo prometo.