Capitulo 27: Tortúrame a mí no a mi corazón (2º Parte )

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La chica le miro sorprendida, las palabras del chico le insinuaban un mensaje oculto lleno de promesas que pensaba cumplir solo por verla un poco más feliz, sin lágrimas en esos brillantes ojos que le miraban con un profundo temor de perderla.

-Gracias –Ella por suerte estaba tranquila y hablaba bien –Por todo de verdad. Sé que no te ha sido fácil verme…como me viste y que tampoco te gusto pero…

-No importa nena, pero prométeme que no volverás a hacerlo –La chica le miro mientras asentía –Quiero que cumplas tu palabra pequeña, no podría permitirme verte de nuevo así, me moriría en el acto –Dijo con afligido pesar en la voz –Además todavía te queda mucho por vivir, esto no se acaba aquí Helena, y lo sabes. –Ella volvía asentir

-¿Cómo estoy? ¿Cuándo me van a dar el alta?

-Pues…el doctor ha venido hace un rato pero seguías dormida. Me ha dicho esta mañana que todo está bien y que pronto te dará el alta, lo que me preocupa es tu fiebre. –Le toco la frente volvía a estar ardiendo

-Sí, pero ya sabes que son efectos secundarios. Siempre me da, con cualquier tipo de medicación.

El chico asintió –Voy a llamar a la enfermera, el chico salió al pasillo y busco a Dana.

-Hola Helena soy Dana, la enfermera ayudante del doctor Sánchez  –Le dijo la chica presentándose -¿Cómo te encuentras? –Le pregunto tomándole la tensión y después le puso el termómetro –La tienes un poco alterada pero es por la fiebre –Le cogió el termómetro –Tienes 39, es normal pero no te preocupes ahora te pondré algo para bajártela. También te voy a quitar las correas de las muñecas para que tengas más movilidad. El doctor no va a poder pasarse hasta mañana por la mañana le ha surgido una operación pero si necesitáis algo búscame –Le dijo al chico.

Durante el resto del la noche Quino estuvo a su lado todo el rato, pendiente de las necesidades de la chica, también recibió algunas llamadas que tuvo que contestar pero en cuanto colgaba volvía a acurrucarse a su lado.

-Gracias de verdad –Le dijo la chica con cariño –Por todo. Supongo que Galván se ha enfadado por la situación ¿no?

-No te preocupes ahora por eso –El chico quería animarla -¿De cuánto está tu hermana? ¿Sabe ya lo que trae?

Ella le miro con una sonrisa –De tres meses. Trae una niña que pondrá Carla, me dio un sobre con la ecografía –Frunció el ceño – ¡Mierda! Me lo deje en la mesa

-No, yo lo cogí –Le dijo. De la mesita de noche lo saco y se lo puso en las manos -¿Me lo enseñas? –Le pregunto curioso

Ella asintió, saco la ecografía con manos temblorosas después entre los dos la sujetaron, instintivamente se miraron y sonrieron, el chico miraba con concentración la imagen tratando de descifrarla.

-Mira esa es la cabecita, las manitas, los piececitos, la naricita –Dijo sonriendo ya que el parecía que ahora si lo veía todo más claro –Va a ser la niña más guapa del mundo –Afirmo con cariño.

-Estoy seguro de que así será. Por lo menos su madre y su tía si lo son –Dijo el riendo –Por cierto, tu hermana no me quitaba ojo de encima

-Oh…no le dije nada –Dijo nerviosa –Solo que eras mi guardaespaldas lo que pasa que es demasiado cotilla

-Ya sé que no le dijiste nada Helena, sino posiblemente… -Se callo

-Ya. Me dijo que tenias un cartel en la frente que decía: Helena, eres mía –Dijo la chica riendo pero sobre todo para intentar quitarse los miedos.

-¿De verdad te dijo eso? No conozco a tu hermana pero nos llevaríamos muy bien –Dijo el sonriendo de medio lado –Pero sabes que es cierto –Se acerco a ella hasta rozar sus labios –Eres mía de nadie más, mi rubita, mi todo, mi droga favorita. –Rozo con la punta de sus dedos la mejilla de la chica y se estremeció al notar la piel morena del chico –No quiero compartirte con nadie, es más siempre me negare, porque aunque no sea celoso contigo no puedo evitar sentirlos. Helena. –Y con su nombre por última palabra le beso con posesividad separando los labios de la chica con insistencia para introducir su lengua. –Prométeme que no volverás a intentar hacerlo –Le suplico con la mirada.

Un disparo a mi corazón. EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora