Epílogo

8.5K 628 174
                                    

VALERIA

Día de San Valentín:

Busco entre las maletas de nuevo y comienzo a ponerme cada vez más nerviosa. El vuelo sale dentro de un par de horas y todavía estamos preparándonos. Valentin se ha empeñado en que celebremos el día de los enamorados en París y, aunque la verdad es que siempre tuve ganas de ir, es la primera vez que me separaré de mi bebé y no me convence la idea.

—Mamá, ¿recuerdas dónde están los biberones de Julián?

—Julien —me corrige Valentin y como siempre, le ignoro.

Desde que nuestro bebé nació, hemos peleado por la pronunciación de su nombre. A mí me gusta más cómo suena en español y a su padre, en francés. Al final conseguiremos que nuestro pequeño se vuelva loco.

—En el armario de la derecha... —Escucho resoplar a mi madre.

Mis padres van a cuidarle mientras estamos fuera y llevo toda la mañana preguntándole cosas así. Necesito asegurarme de que tiene todo bajo control. Solo serán tres días, pero se me van a hacer eternos.

—¿Y los pañales?

—Hija, por Dios, ¡qué ganas tengo de que te vayas! —protesta enfadada y no le falta razón. Si yo fuese ella, estaría igual o peor. Reconozco que últimamente no me aguanto ni yo. Me he convertido en toda una maniática obsesiva. Justo lo que siempre juré que nunca sería, sobre todo porque mi madre es igual.

—Debemos salir ya o perderemos el avión. Valentin vuelve a repetirme lo que ya sé y volteando los ojos, asiento.

Me acerco a mi madre y beso repetidas veces a mi pequeño. Lo abrazo y cuando me aparto de él, comienza a llorar. Sabe que me marcho y verle así me parte en dos. Valentin hace lo mismo y con su manita le agarra del pelo.

Lo pasarás genial con los abuelos —Sonríe tan apenado como yo—. Sé bueno. —Acaricia sus mejillas y pasando su brazo por encima de mi hombro, nos marchamos sin mirar atrás.

Cuando llegamos al aeropuerto, nuestro vuelo sufre un pequeño retraso y no nos queda más remedio que sentarnos a esperar. Reviso mi teléfono por última vez y los únicos mensajes que encuentro son los de Julia y Nerea en el grupo en común que tenemos. Nerea pasará el día junto a Marcus y Julia decidió tomarse unos días para visitar a su familia. Desde que las conozco, siempre habíamos planeado viajar a París juntas, pero Valentin insistió tanto en que lo hiciese con él, que no pude decirle que no. Llevamos semanas sin dedicarnos tiempo a nosotros y la verdad es que ya nos lo pide el cuerpo, sobre todo porque los dos últimos meses apenas hemos podido estar juntos. Su empresa está creciendo muy rápido y ha tenido que viajar más de lo esperado.

Una vez dentro del avión, abrocho mi cinturón y cuando levanto la mirada, Valentin me está observando.

—He visto una casa preciosa que...

—No. Olvídalo. Ya te dije que me encanta la nuestra. —Lleva semanas insistiendo en que nos mudemos a una casa más grande y yo llevo el mismo tiempo negándome. Me encanta la casa en la que vivimos ahora y no tengo ninguna intención de marcharme. Tiene un gran valor sentimental para mí y cabemos todos perfectamente—. Soy muy feliz ahí.

—¿De verdad lo eres? —Sonríe a la vez que me habla.

—Sí, mucho —Le devuelvo la sonrisa—. ¿Acaso no me crees?

—Sí, pero me gusta escuchártelo decir. —Besa mi frente, acomodo mi cabeza en su hombro y lo último que recuerdo es haber cerrado mis ojos hasta el momento en que tocamos tierra. Llevaba demasiado tiempo sin descansar y me ha sabido a poco.

Cupido, tenemos que hablarWhere stories live. Discover now