Capítulo 14

6.2K 661 91
                                    

Cuando regreso al salón, Valentin y Nicolle están discutiendo y mis amigas observan atentas la escena desde la mesa.

—Tú. —Nicolle me señala al verme—. Todo esto es por tu culpa.

—¿Perdona? —Levanto una ceja.

—No es por su culpa, sino por la tuya —Valentin le grita—. No tenías derecho a borrar mis mensajes.

—¿Y qué querías que hiciera? Esa buscona quería verte. —Me señala y siento unas terribles ganas de golpearla.

—¡No vuelvas a llamarla así! —me defiende.

—Pienso llamarla como me dé la gana. ¿Quién coño se cree para pedirle al novio de otra que vaya a verla?

—¿Cómo? ¡Yo nunca le pedí eso! —Intervengo—. Solo quise saber cuándo venía porque necesitaba hablar con él. —Mis amigas me miran y tengo que contenerme. Les gritaría ahora mismo la razón, pero eso solo provocaría un problema mayor—. Nunca le pediría algo así a un hombre cuando desde el principio me dejó claro que tenía novia. ¿O ahora vas a negar que leíste la conversación completa? —Abre la boca para decir algo y al momento la cierra—. Este hombre al que crees de tu posesión —le señalo—, se portó como un auténtico caballero. No creo que te haya dado ni una sola razón para que desconfíes de él, y menos, conmigo. Deberías dejar de inventar cosas para esconder tus inseguridades.

—¿Inseguridades yo? No pienso seguir escuchando más tonterías. —Su rostro cada vez se torna más rojo—. Valentin, vámonos de aquí. Que me insulten así es intolerable.

—Valeria solo ha dicho la verdad. —Al escucharle, Nicolle le mira con tanto odio que hasta se dilatan sus fosas nasales.

—¿Qué acabas de decir? —le pregunta en tono amenazante.

—Tus celos son enfermizos. Me asfixias, Nicolle. Siempre estás viendo fantasmas sin sentido y estoy cansado de que me controles. No puedo seguir compartiendo mi vida con alguien así.

—¿Qué? ¿Me estás dejando?

—No lo sé. —Peina nervioso su cabello—. Vete a casa. Deja que me relaje y piense esto bien. Estoy muy alterado ahora mismo y no quiero tomar una decisión precipitada.

—Esto es inaudito. —Agarra su bolso con movimientos violentos—. ¿Así me agradeces todo lo que he hecho por tu familia?

—Esto.... esto no tiene nada que ver con mi familia. —Debe ser algo importante para que cambie así su tono. Le miro esperando a que continúe, pero no lo hace.

—Ahí te quedas con tus amiguitas. —Se marcha dando un portazo y lo único que se escucha es a Nerea comiendo pan.

—Guau —dice al sentirse observada—. Esto es mejor que las series que veo.

—No te agobies, colega —Marcus le habla—. Esa tía es un veneno.

—No sé qué coño le pasa. Antes no era así.

—Siempre lo ha sido —continúa—, pero hoy se le terminó de caer la máscara delante de ti.

—Perdonad que me meta —ahora es Julia quien habla—, pero si yo fuese tú, huiría de ella. No puede ser más tóxica. Si se comporta así ahora que estáis empezando, ¿qué será dentro de unos años?

Baja la mirada como si lo estuviese imaginando y niega con la cabeza.

—¿Sabes qué? —Marcus pone la mano sobre su hombro—. Esto lo arreglo yo en un momento. —Nos mira— ¿Quién se viene de fiesta?

—¡Yo! —Nerea responde con la boca llena.

—¡Y yo! —Julia se une y no puedo evitar pensar en lo que ocurrió la última vez que asistimos a una.

Cupido, tenemos que hablarWhere stories live. Discover now