The story (49.5)🏎

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-¿Vamos por un helado? ¿O al cine?

Me miró de soslayo con una sonrisa incipiente en su cara mientras conduce por la ciudad.

-Bonita, puedes retrasarlo todo lo que quieras, pero perdiste. Una apuesta es una apuesta, y mi chica siempre cumple con su palabra.

-¿Sí? Porque salí contigo aun cuando le prometí a mi papá que no lo haría.

-Okay, casi siempre.

Hice un puchero, dejándome caer contra el respaldo de su Pista, pero Charles Leclerc no es de los que ceden, y sé que no va a dejarlo pasar.

-Ya, no seas dramática, estoy seguro de que mucha gente no va a darse cuenta.

Y yo lo sé. Sé que para muchos solo será una foto de Alice Agnelli, heredera de Ferrari, usando una playera más de su propia compañía. Pero conozco a los fans de Charles, nunca se les escapa nada, y pensar que esto va a pasar inadvertido no solo es inocente de mi parte, es estúpido.

Pero de hecho me gusta dejar este tipo de pistas, crear expectativa, y tal vez Charles tenga razón, tal vez sea lo mejor para todos si la gente comienza a acostumbrarse, entonces me relajo y me resigno... hasta que el mismo pensamiento que he tenido desde que comenzamos a salir me invade, y no quiero tener que decirlo en voz alta frente a él porque no quiero que piense que soy débil o que tiene que cuidarme, porque no es la imagen que quiero dar.

-Oye, entonces...- carraspeó. Siempre hace eso cuando va a hablar de algo "poco convencional".- ¿De qué color tengo que comprar mi corbata?- me miró, y a pesar de que entendí a qué se refería, no dije nada, entonces prosiguió.- Para la boda.

-¿Vas a usar corbata en nuestra boda?

-No, pero me gusta escucharte hablar de nuestros planes, deberías hacerlo más seguido.- soltó otra de sus características risas.- No, no, hablo de la boda de Blanca. Si ya vamos a ir juntos, estaría bien que vayamos combinados, ¿no?

-Eres un romántico de lo peor.- lo molesté- Pero yo te aviso cuando tenga mi vestido.

Tomó mi mano para acercarla a sus labios y besarla, para después regresarla a mi asiento.

Paramos por un helado y aprovechamos para caminar por la plaza un rato, viendo las nubes y riéndonos de cualquier cosa. Me gusta hacer reír a Charles, y me gusta la forma en la que recarga su frente contra mi hombro cuando le da un ataque tan incontrolable que busca cualquier tipo de estabilidad para no partirse de la risa.

Finalmente llegamos a su departamento después de un par de horas. Su casa me parece muy pacífica. Aquí y en Mónaco, absolutamente todo grita su nombre; la decoración, los libros, las fotos. Sé que su mamá lo ayudó a decorar todo cuando firmó para Ferrari hace un par de años, y no le gusta mover sus cosas de lugar por lo mismo. Pero de todas formas, ya había puesto varias fotos de los dos en distintas partes de su departamento; en el refrigerador, en su mesita de noche y la sala.       

-¿Qué tanto ves?

-Tus fotos. Me gusta dónde las has puesto.

-Sí, a mí igual. Quiero poner algunas en Mónaco, mandar imprimir algunas de las que me tomas tú y enmarcarlas para ponerlas en mi pasillo, pero ya lo haré cuando regrese, por lo pronto...-Me tomó de los hombros y no tuve que preguntarle a dónde me llevaría porque era demasiado obvio para ambos.

-Elige la que tú quieras, preciosa. Son todas tuyas.

Rodé los ojos al entrar a su armario y dirigirme al área de esas playeras. Los jerseys ganadores de Charles Leclerc.

FORMULA HEART || Charles LeclercWhere stories live. Discover now