Ferrari princess🏎 (2)

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Sentí que habían pasado escasos 5 minutos desde que me fui a dormir hasta que mi papá me despertó en la mañana.

-Despierta, tenemos cosas que hacer.

Me desperté desorientada, sin reconocer el techo de la habitación. Sentí una cubetada de agua helada en mi torrente sanguíneo cuando recordé los acontecimientos de las últimas 48 horas.

Me tallé los ojos mientras tanteaba mi celular en la mesita de noche.

-¿5 am? Papá, esto ya es tortura.

-Disculpa, ¿creías que por ser mi hija ibas a tener trato preferencial?

-Sí.

Se apretó el puente de la nariz.

-Vístete, tenemos que estar ahí en media hora. Te organicé un desayuno de bienvenida.

Media hora dura solamente mi rutina de skin care.

-Bien, ese brunch funcionará de despedida también.- me crucé de brazos.

-Sé lo que planeas, Alice. No va a funcionar. Es más probable que te enamores de este trabajo antes de que siquiera piense en enviarte de regreso a Nueva York.

Bufé.

-Cámbiate.- revisó su reloj.- Te quedan 28 minutos.

Agh.

Encima de todo el plot twist que había tenido mi vida, mi papá me dijo también que tendría que usar uniforme. UNIFORME. Yo. Es el puto colmo.

En uno de los sillones de mi habitación hay una caja con las palabras "Paquete de bienvenida" rotulada en el frente. Adentro hay dos playeras tipo polo con el lago de Ferrari en el pecho, una gorra, una taza y mi gafete. Reconocí la foto como la misma que tengo en mi permiso de conducir. También hay una camisa de licra de manga larga roja, como la que Charles llevaba puesta ayer.

Charles.

Sonreí involuntariamente al caer en cuenta de que volvería a verlo hoy.

(...)

El complejo sigue igual que siempre. Le habían hecho algunas modificaciones más sofisticadas y modernas, pero puedo reconocerlo de igual forma.

Todos estaban en el comedor. Ambas cabeceras de las mesas estaban libres para ser ocupadas por mi padre y por mí.

Sonrieron educadamente al escuchar mi nombre, pero Charles y Carlos se pusieron de pie  con una sonrisa, con sus manos detrás de su espalda, haciendo una reverencia.

No puedo creer que se hayan acordado.

Cuando éramos chicos, ellos solían llamarme Ferrari Princess, y me trataban como tal, haciendo reverencias y escoltándome a todos lados como si fueran mis guardaespaldas. Solía fingir molestia, pero solo para que siguieran haciéndolo.

Vi en mi padre una sonrisa incipiente. Sé lo que está planeando, que acercarme a ellos y retomar mi amistad con Charlie y Chilli me va a hacer quedarme por voluntad propia, o hacer que me guste aquí, pero eso no va a pasar.

-Alicia.- Carlos me cargó y dio vueltas por el aire.- ¿Cuánto ha pasado? ¿10 años?

-Casi 13.- respondí.

-Toma asiento.- me invitaron.

Papá sabía que el punto era convivir con todos, pero creo que me vio tan animada hablando con Charles y Carlos que no dijo nada.

-¿No vas a saludar a Charles?

-Nos vimos ayer.- respondí abrazando al monegasco.

Su perfume me envolvió. No sé si es el mismo que usaba cuando éramos más jóvenes, pero lo reconocí y asocié al instante. Pero nuevamente, me transportó a ese día que tanto me esfuerzo por olvidar.

FORMULA HEART || Charles LeclercWhere stories live. Discover now