Panic attack (32)🏎

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Capítulo doble el día de hoy por agradecimiento a +150k lecturas. Gracias por todo, disfruten :)

(El capítulo 33 ya está disponible para leer).


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Jamás había sentido tanta impotencia en mi vida como al ver la carrera desde la oficina, sin tener acceso a las estadísticas, los controles o contacto con Charles.

Técnicamente soy ingeniera de Ferrari, de Charles en específico, pero mi contrato inicia hasta el próximo año con el inicio de temporada... tengo estrictamente prohibido tocar cualquiera de sus monoplazas... y está matándome.

Max había conseguido que Horner me liberara del contrato un poco antes para poder disfrutar de la última carrera con Ferrari.

Charles tiene buenos puntos y pelea esta carrera para conseguir más, pero ambos autos parecen ir particularmente lentos el día de hoy.

Max ganó el campeonato, creo que todos lo veíamos venir... y Charles quedó en segundo lugar. Ser el subcampeón con esas estrategias y con Xavi como ingeniero es un gran logro. Y se lo merece, se merece todo lo bueno del mundo.

Carlos salió del vehículo con una sonrisa, pero lo conozco lo suficiente como para saber que está fingiendo. Las estrategias que habían diseñado para esta carrera son horribles, y eso es decir poco. No están tomando en cuenta los verdaderos intereses de los pilotos, genuinamente no sé qué quieren lograr, porque ganar está más que claro que no. Me siento impotente desde el paddock, viendo y escuchando todo, pero sin poder hacer nada.

Pero me relaja mucho saber que las cosas van a cambiar la próxima temporada, las cosas de las que podré tener control.

Caminó entre las palmadas de aliento y los fotógrafos que se arremolinaban a su alrededor, pero no vi a Charles por ningún lado.

Recorrí la pista con la mirada, hasta que lo encontré. Había estacionado su auto en el medio de la nada. Se bajó tambaleante de él, y luchaba desesperadamente por quitarse el casco. Finalmente, se arrancó con desesperación la balaclava de su rostro, dejó caer ambos al piso y caminó desorientado hacia los boxes.

No está bien.

Dejé el head set en el escritorio y bajé corriendo las escaleras para alcanzarlo.

-¿Vieron a Leclerc?- pregunté a uno de los técnicos.

Negó con la cabeza.

Puta madre.

Revisé cada oficina y cuarto que encontré en mi camino, hasta que finalmente llegué al pasillo más retirado de todo esto.

Está muy bien iluminado, y es completamente blanco, adornado con tubos y piezas de refacción del mismo color que están aferradas al techo. Nunca nadie pasa por ahí, creo que conduce a una de las salidas de emergencia, pero al ser la más alejada, podrías pasar aquí días sin que nadie te encuentre.

Un recuerdo me asaltó, uno de cuando éramos pequeños y estábamos jugando a las escondidas.

Charles me había seguido hasta aquí para escondernos de Carlos, quien era el encargado de contar. Pasamos media hora en este pasillo, en la espera de ser encontrados, pero eso nunca pasó. Resulta que Carlos se aburrió al no encontrarnos rápidamente, y jamás se le ocurrió buscar aquí.

Está hecho un ovillo, su espalda recargada contra la pared, sus manos atrapando su rostro, pero soy capaz de distinguir que el color de su cara hace juego con el de su traje. Todo él es una mancha pintoresca en un lugar enteramente monocromático.

FORMULA HEART || Charles LeclercWhere stories live. Discover now