100 Días Para Enamorarte. || Joel De Leōn Y Tú ||

XXXIX: en otro lugar | 2/3

— No puedes seguir actuando de esa forma. — lo escuche decir.

Se que no debía escuchar pero se trataba de mi así que recosté mi espalda en la pared de la cocina y me deslicé hasta caer sentada en el suelo abrazando mis rodillas.

Escuche solamente el ruido que hacia la cuchara al chocar con el recipiente del chocolate, Mamá se tardo un buen rato en responder.

— He visto a mi única hija tener sexo con un hombre en un hotel a la vista de cualquier persona ¿Te parece eso poco?

Mi corazón se hundió en mi pecho.

— Ha hecho tantas cosas bien y vas a tirar todo eso al diablo solo por que se equivocó una vez, mamá elle falló... todos fallan. — sonreí un poco por que su tono de voz se cortó.

— También me duele.

— Si, bueno, te duele a ti que solo viste ¿Puedes pensar un poco en cómo se siente ella? Se siente abandonada, insegura en su propia casa mamá... yo, cometí errores también, la juzgué y la lastimé pero me arrepiento por que se que todos merecemos una oportunidad y se que es su vida y no me tengo que meter en ella.

Su risa fue irónica, — Pues pensaste demasiado tarde. Ella y Joel no van a estar juntos y creo que eso en parte es culpa tuya.

— No tienes que recordarme lo egoísta que fui.

— Solo lo digo para que comprendas el por que me siento como me siento, la amo por que es mi hija pero no puedo olvidar lo que vi y eso también es culpa tuya.

No escuche mas nada, pero era verdad, después de todo fue Johann quien le mostró ese video a mamá sin mi consentimiento solo para asegurarse de tener la razón.

— ¿Que haces ahí?

Me sobresalte al ver a Maggie parada frente a mi con un sobre en la mano.

Me puse de pie, — ¡Un día vas a matarme de un susto!

Ella rió, — ¿A quien espiamos?

— Johann me defiende de mamá. — ironicé.

— Ha estado muy de tu parte últimamente. — dijo sentándose en el sofá. — Hay algui

Hice lo mismo interrumpiendo a la rubia , — Has hablado con él y lo agradezco pero me hubiera gustado que pensara así por que me quiere y no por que te quiere a ti...

— Ay, nena... yo no tengo el poder de hacer cambiar de cabeza a alguien, nadie lo tiene, si él te defiende es por que se dio cuenta de que estaba haciendo algo mal ¿No crees?

— Tal vez... ¿Que tienes ahí? — husmee cambiando de tema.

Ella se puso de pie y su gesto de complicidad apareció, — Tengo 2 noticias.

— ¿Ahora traes buenas nuevas? — me burlé.

— ¿Cual quieres primero?

— La más importante, Magg.

Asiente, — Salí esta mañana por que recibí un mensaje de... Joel.