XXVII: A través de mi

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30 de enero

Dia 46

El día había sido largo, o al menos así se habían sentido las ultimas horas, el viento helado de las salas del hospital me golpeaban a cada agotador paso que daba por el largo pasillo, el sonido abrumador de las maquinas atormentando mi cabeza y los pensamientos arribando en mi contra no ayudaban a la devastadora situación, al salir del hospital mis ojos se cruzaron con los del rubio quien me había recordado lo miserable que era una vez mas la mañana de ayer, aparte la vista y camine, ya no seria tan ingenua de nuevo; mi mirada recayó en aquellos ojos cafés que me decepcionaron una vez mas, ligeramente baje mi mirada esquivando la suya sabia que yo era alguien fácil de convencer, era muy vulnerable y lo amaba demasiado como para odiarlo así que decidí mantenerme tranquila. 

Tome una bocanada de aire cuando él salió del auto y me abrió la puerta, no lo mire en ningún momento, con la cabeza baja entre al auto dejando que el cerrada la puerta, cruce las manos sobre mis piernas rígidas, tragando en seco e intentando no verme tan incomoda, la otra puerta se abrió y él entro, de inmediato su olor inundo mi nariz en cuanto se acerco para besar mi mejilla.

Un nudo se hizo en mi garganta y quise mirarle a los ojos y decirle "Ganaste ¿Por que te empeñas en hacerme daño?" pero era tan cobarde que solo asentí y le di un intento de sonrisa.

—¿Qué tal el turno de esta vez? — pregunto. 

Levante la cabeza mirando por la ventana, — Estuvo bien... digo, interesante. 

—¿Viste algún cerebro o algo así? — ríe. 

Me encogí de hombros, — Vi como le sacaban sangre a un hombre con una jeringa del tamaño de mi brazo. 

—¿Y sigue viviendo? — se burla.

— Yo lo vi salir del hospital esta mañana así que... — levante las cejas desinteresada. 

Él detuvo el auto. 

Fruncí el entrecejo apartando la vista de la ventana, — ¿Por que te detienes?

— ¿Qué te sucede? ¿Johann volvió a decirte algo? 

Negue, — No fue Johann. 

—¿Quieres contarme?

—No. —apreté la mandíbula. 

— Preciosa...

Respira. 

Mordí mi labio inferior, —¿Va a avanzar o debo pedir otro auto para que me lleve?

Hundió sus cejas, — ¿Qué te sucede? 

Me quite el cinturón de seguridad y luego quite el seguro del auto.. 

— ¿Estas bien?

— Lo estoy. —conteste bajando del auto. 

Escuche su puerta abrirse de igual forma, salió del auto y camino hacia mi deteniéndose frente a mi evitando mi paso 

— ¿Segura? Me preocupa.

— ¿Por que te preocupa? Deberías estar tranquilo... no vas a perder tu casa de campo.

La culpa en sus ojos fue notoria, —¿Q-que?

— Ya no hace falta que finjas mas, yo... yo creo que ya sabia así que no... no me sorprende demasiado.

Intento tomar mi mano pero me negué, —Puedo explicarlo. 

— Y yo quisiera escucharte pero no esta vez, lo siento... —negué, —no se ni por que me disculpo para ser sincera, solo quiero que me dejes tranquila. 

100 Días Para Enamorarte. || Joel De Leōn Y Tú ||Where stories live. Discover now