VII: Negarlo | parte I

203 23 8
                                    

Narra _____.

— Muchas gracias, Martha. — sonreí tomando del chocolate. — ¿Dónde va?

La mujer me sonríe de forma dulce, — A comer, al igual que usted.

— ¿Y vas a dejarme aquí comiendo sola? No, no, de ninguna manera, ven y desayuna conmigo.

— ¡No! Digo, me encantaría señorita pero el Señor no me lo permite así que como del otro lado, en el comedor para empleados.

Que hijo de puta.

Fruncí el entrecejo, — "El señor" no esta, así que come conmigo.

Ella deja el otro plato en la mesa y señala las escaleras, volqué los ojos al verlo bajar las escaleras con uno de sus típicos trajes negros, eran pasadas las 9:00 a.m y tenia entendido que era una persona muy madrugadora cuando se trataba de trabajar, así que el que este aquí tan tarde solo me hace sospechar que ni siquiera esta trabajando.

— Buenos días. — dice sentándose en la silla junto a mi lado.

Termine de masticar antes de apartar la mirada, — ¿Qué haces aquí?

Una risa ronca se escapa de sus labios, — ¿Desayuno en mi casa?

— ¿Pasada las 9:00 a.m? A mi me dijeron que eras alguien madrugador, no quiero creer que las personas dicen mentiras de ti.

— No me importa lo que creas de mi o no, Alaska. — habla metiendo un pedazo de pan a su boca.

Sonreí de forma burlona tomando una gran bocanada de aire ignorando el hecho de que estaba frente a mi y el fuerte olor de su perfume atacaba mis fosas nasales con mas fuerza que lo que el olor de la comida lo hacía y era indiscutible la forma en la que me gustaba por que no era un olor fuerte como los muchos olores de perfumes en hombres, este era dulce y agradable al olfato, simplemente era él.

Aclara su garganta, — ¿Desayunas solamente chocolate caliente?

— Si.

— Deberías darle una oportunidad a los desayunos que prepara Martha.

Reí, — Tú deberías ser más agradecido con sus desayunos y también con ella.

— Lo soy ¿Tienes idea de cuanto gana por barrer?

Me puse de pie con gesto de desagrado, — Que tengas un gran día, nos vemos.

— De hecho... — me detengo al escucharlo, — estaba pensando en que fuéramos a conocer la ciudad.

Debo admitir que una parte de mi quiso carcajearse en ese preciso momento pero me contuve girándome de forma lenta hacia donde él estaba "Conocer la ciudad" por favor, ni que fuera tan ridículo como para llevarme a un paseo por la ciudad.

— Hace 3 °C afuera. — expliqué, — y además no quiero salir contigo, que tengas un feliz día, California.

Sus ojos recorren lento mi cuerpo haciendo que me tensara de inmediato, — Pues ponte un abrigo.

— No tengo un abrigo, hasta luego.

— Pues iremos a comprar uno

Interrumpí apretando los puños a mis costados, — Basta de decir cosas como esas, no quiero que me des nada más, no lo necesito y si, prefiero morir de frío a dejar que vuelvas a comprarme algo.

— ¿Por que eres tan terca, eh? trato de ser amable contigo pero si quieres que sea un completo

— ¿Una persona que me hace sentir mal con cada palabra que dice esperando a que con eso yo me haga una persona mucho mas fuerte de carácter y emociones? -me burle, -pues si, sigue siendo ese por que no voy a creer que las personas como tú cambian alguna vez, hasta luego.

100 Días Para Enamorarte. || Joel De Leōn Y Tú ||Where stories live. Discover now