VII: Negarlo | Parte II

201 21 7
                                    

Dedicada a la preciosa luzenmivida muchas gracias 💕

El auto se detuvo e intente abrir la puerta pero tenia seguro, hundí mis cejas molesta para ver su semblante serio que de pronto se convirtió en uno burlón, el conductor nos miro pero fue una mirada en la que la risa le bailaba en los ojos a lo que forcejee la manija de la puerta.

— ¡Abra la puerta!

— Tú si que eres terca ¿no? Edgar no abre la puerta hasta que yo diga.

Sonreí de forma cínica, — Pues más vale que abre la puerta o parto la ventana.

Ríe,— ¿De verdad te quieres bajar o es uno de tus berrinches?

— Me quiero bajar. — dije en tono firme, — ahora.

Su semblante se volvió serio, — Jiménez, abra la puerta y acompañe a la señorita hasta la puerta de su habitación en casa.

¿Que?

— Si, señor. — responde bajando del auto. 

Lo veo marcar un número en su teléfono y llevarlo a su oído, la puerta se abrió pero no salí, me quedé sentada tratando de escuchar lo que hablaba.

Su mirada se posa en mi, — Wiswell, lo quiero en casa, pendiente de lo que la Señorita Vera necesite.

— No necesito a nadie que me cuide, ya no soy una niña. — refute.

Esa tonta sonrisa suya aparece en la comisura de sus labios, — Eres una niña a la que hay que cuidar, para mi siempre lo seras.

Me aleje del auto y cerré la puerta de golpe recibiendo una mirada de enojo por parte del ruloso cuando bajo del auto para conducir él mismo, me di la vuelta y empecé a caminar con el hombre a mis espaldas, trate de caminar lo más rápido posible ignorando al hombre ahí casi pateandome los talones.

Me gire, — Señor, no es necesario que me acompañe.

— Solo estoy siguiendo ordenes mi señora.

Volqué los ojos, — Solo ______, soy solo ______.

— Me temo que no puedo ir respetar de esa manera, mi señora.

Me rendí en ese segundo intento, ya no dije ni una sola palabra durante los once minutos de camino que recorrimos hasta llegar a casa y luego hasta la puerta de mi habitación en dónde note al hombre parado ahí, traía unas gafas negras sobre las cuales no supe distingir si me miraba a mi o al otro chico a mis espaldas.

— Cualquier cosa que necesite puede pedirla y él va a encargarse señora. — avisa el chico retirandose del lugar.

Volque los ojos, — Pues lo que necesito ahora es un tequila.

— Por supuesto ¿De que tipo le gusta? ¿Blanco, reposado, añe

Interrumpí, — Solo, solo fue un decir no quiero nada... ¿sabe que? Estare en mi habitación y no lo molestare.

— Estaré aquí por si me necesita.

Tome una gran bocanada de aire y me limite a entrar a la habitación sin siquiera decir una palabra, hablar con estos hombres era como hablar conmigo misma, jamás van a escucharme; me lancé sobre la cama observando el techo sobre mi cabeza, estaba hecho de cielo falso con un acabado muy bonito, en realidad todo aquí era precioso pero esperaba a que llegara la próxima semana para poder empezar a trabajar y hacer lo que me gusta.

Tome el teléfono a penas pudiendo marcar el número de Maggie por la rota pantalla, unos cuantos tonos se escucharon hasta que logre oir su voz.

— ¿Has probado la pizza de Nueva York? ¿No? Bueno, nunca lo hagas.

100 Días Para Enamorarte. || Joel De Leōn Y Tú ||Where stories live. Discover now