IX: La verdad

223 20 14
                                    

20 de diciembre.

Día 4

- Quiero pagar un préstamo universitario.

- Número de cuenta.

- 1723421073

La mujer me mira, - Esa cuenta ya fue cancelada por completo, señorita.

Fruncí el entrecejo, - ¿Que? No, seguramente es un error, pruebe de nuevo mi nombre es ______ Vera y el número de cuenta es 1723421073.

La veo teclear algo en su computadora antes de verme, - No, no fue un error, esa cuenta fue cancelada.

- ¿Por quien? Disculpe...

- Mmmh Joel de León me parece, señorita. - sonríe.

Asentí agradecida y tome una bocanada de aire intentando tranquilizarme, no podía dejar que él hiciera conmigo lo que se le diera la gana, no podía dejar que hiciera con mi vida lo que el quisiera además ¿Cómo se había enterado de mi número de cuenta? La única que sabía sobre eso era Maggie pero Maggie no sería capaz de compartirla con nadie y mucho menos con Joel; salí del banco presionando ni bolso con tanta fuerza que fue un milagro que no se reventara, Wiswell me esperaba afuera en el auto observándome como lo ha hecho desde hace ya tres días.

- ¿Termino de hacer sus diligencias señorita? - cuestiona de forma agradable.

- A la oficina de Joel, por favor.

- Me temo que no tengo permitido llevarla a ese lugar, señorita.

Volqué los ojos, - Solo llévame dónde él o tomare un Taxi.

El ojiazul me da una mirada rindiéndose al fin, abre la puerta y entro al auto, cerro la puerta y luego rodeo el mismo subiendo también, no tardo demasiado en poner el auto en marcha, realmente no sabia que era lo que haría en ese preciso momento, ni siquiera podia pensar con suficiente claridad como para decir que iría y lo enfrentaría cara a cara por que no soy el tipo de persona que dice las cosas directo a la cara, si, prefiero ser tolerante y aguantar un poco más a que no se derramé el agua en el vaso pero no sabia si podía contenerme un poco más.

Después de media hora estuvimos frente a una empresa, me baje del auto sin esperar que Wiswell viniera e intentara asesorarme psicológicamente o algo parecido como ese embustero enviado por otro igual solía hacer, esas tácticas ya no me entran; me detuve frente a la recepción en dónde una bonita chica con el rostro apático me observo de pies a cabeza indiscutiblemente no con buena intención.

- ¿Puedo ayudarla en algo? - dice ella de forma vacilante.

- Quiero hablar con Joel De León.

Sonríe cínica, - ¿Tiene cita?

- N-no pero es urgente. - trate de explicar.

- Si, bueno, él atiende por cita no por urgencia corazón y esta en una reunión importante. - aclara, - además, en ese estado no creo que puedas correr hasta el sexto piso.

Fruncí el entrecejo, - Así que esta en el sexto piso.

- Aja, y no la podrá ayudar.

- Genial, muchas gracias. - sonreí despidiéndome amablemente.

Pero claro que no iba a detenerme a ver como una secretaria de carita bonita me juzgaba la vestimenta y encaraba a humillarme, camine hacía el ascensor en cuanto sus bonitos ojos se desviaron hacia la pantalla del celular entre sus manos, entre en este y me apresuré a que cerrara del todo justo segundos después de que esta me viese.

100 Días Para Enamorarte. || Joel De Leōn Y Tú ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora