❝ Todos tenemos miedo a reencontrarnos con los miedos que tuvimos de pequeños❞.
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—¡Chat! —Unos golpecitos en mi mejilla —¡Chat! Abre los ojos, gato bobo.
Despegué los párpados con pesadez y un fuerte gusto metálico me invadió la boca.
—¿Qué...? —Tiraron de mi mano, obligándome a sentarme en mi lugar.
—¿Estas bien? —Mi corazón se congeló, frente a mi estaba Marinette... Mejor dicho Ladybug —¿Puedes ponerte de pie?
Estaba tan sorprendido que siquiera noté que estábamos debajo de la torre Eiffel.
—¿Cómo... Cómo? —Extendí mi mano y le toque la mejilla.
Rápidamente note el tamaño de mi propia mano. Me observe notando lo flacucho y pequeño que me encontraba... Se sentía terrible.
—Creo que el golpe fue fuerte... —Ladybug ladeo sus labios con preocupación —Vete a casa, yo acabaré con Fénixo.
Me pare en seco, de pronto me di cuenta que estaba por ocurrir... Recordé el deseo.
—Es seis de mayo —Dije aterrado, ella simplemente me miro con aun mayor preocupación.
—Ve a casa, Chat —Me apretó suavemente el brazo —Yo me hago cargo.
Que diablos estaba sucediendo. Esto no era lo que habíamos acordado, se suponía que ella no debía morir esta noche, no que todo volviera a ocurrir.
—Malditos... —Susurre con los puños apretados.
Aun tenia tiempo, podía salvarla. La miré y la abrace fuertemente.
—¡Chat! —Peleó contra mi abrazo —¡No hay tiempo, va tras el Alcalde!
Tenia tan fresco este recuerdo gracias a que me obligaron a verlo momentos atrás, si bien sufrí ahora estaba tan agradecido.
Él nos había tendido aquella trampa para desviarnos de su verdadero paradero, la escuela.
—No, no estará allí —La tome de la mano y comencé a correr en dirección de la primaria que atacaría —Es una trampa, nos quiere hacer perder tiempo.
El sol apenas comenzaba a ocultarse, no eran mas de las seis de la tarde. Aun me quedaba poco menos de dos horas para salvarla, evitando aquella trampa ganaríamos mucho mas tiempo.
Ella parecía dudar de mi, pero me siguió.
En el momento en el que llegamos lo vimos. El akumatizado estaba incendiando todas las salidas primero e iba extendiendo el fuego hacia arriba.
—Tu ve por él, yo me encargo de los niños —Advirtió ella soltándose.
El pánico explotó en mi y la retuve tal vez un poco mas fuerte de lo que esperaba, debido a ello se sobresaltó. Marinette no entendía que sucedería pero yo lo tenia bien claro.
—No —Dije severo —Tu encárgate de él, yo iré por los niños.
—Chat, tu los vas a espantar aun mas... —Volví a negar con la cabeza y la empuje en dirección del akumatizado antes de lanzarme en dirección del edificio en llamas.
—Llama a los bomberos, yo me encargo de los niños —Grité.
Visualicé una ventana que aun permanecía casi intacta y me arrojé contra ella, estallando los vidrios antes de caer sobre el duro suelo de la sala.
Dentro de ella no había nadie, gracias al cielo.
No me detuve ni un segundo, entre sala en sala descubriendo la mayoría vacías.
—¿Donde demonios están? —Susurré a medida que iba abriendo las puertas.
En cuanto llegue al gimnasio descubrí al mar de niños histéricos de todas las edades junto con sus maestros.
Los maestros intentaban contener a los pobres pequeños pero estaban aterrados... Tanto como yo, pero debía controlarme.
—¡Chat Noir! —Grito una de ellas aliviada.
—¡Tienen que salir ahora! —Dije serio, tanto que preocupe a la mayoría de los niños.
Una de ellas se acercó con preocupación.
—Están todas las salidas incendiadas —Dijo preocupada —Las escaleras también, los niños del ultimo piso están atrapados. No lograron huir antes de que ese desgraciado apareciera. Cada vez que intentamos huir por una ventana él aparecía.
Negué con la cabeza y visualice los ventanales del fondo, no había llamas en ellas y Ladybug ya debía estar encargándose del akumatizado.
—Olvídalo, están fijadas —Advirtió una maestra —Intentamos quebrarlas con diferentes objetos pero es imposible.
Podía ver las zonas donde el cristal estaba astillado pero no mas que ello.
—Necesito que todos se alejen lo suficiente —Advertí gritando —¿Solo queda un grupo arriba?
—S... Si, ya hicimos un registro de todos los demás niños —Asentí lentamente y me acerqué a las ventanas.
Solo tendría cinco minutos luego de esto, sería imposible. Pero no había otra forma, necesitaba utilizar mi Cataclysm en las ventanas o solo seguiría desperdiciando tiempo.
No podía sacar tantos niños por la pequeña ventana por la que ingrese sin perder demasiado tiempo.
—¡Cataclysm! —Grité mientras extendía mi mano al aire.
La bola negra se formó rápidamente y no dude antes de golpear el vidrio con esta. Solo fueron segundos antes de que se tornara de color oscuro y cayera desintegrado frente a mi.
—Una vez que todos estén afuera, revisen de nuevo que todos los niños estén —Advertí.
Esperé a que todos hubieran pasado por las ventanas, ayudando a los niños mas pequeños a salir.
Eso me restó tres minutos.
—Gracias Chat Noir—Dijo una de las maestras del otro lado de la ventana.
Me invadió un fuerte temblor, hacia demasiado tiempo que las personas no me miraban con gratitud y admiración. Sentía que si no lograba sobrevivir, por lo menos habría revivido ese sentimiento de orgullo de ser quien era por unos minutos.
—No... No fue nada —Me sentía extraño, ajeno a esa gratitud —Por favor, asegúrense de resguardarse hasta que los bomberos lleguen.
—Si —Dijo dándose la vuelta —Ten cuidado, a Ladybug no me hará gracia si te lastimas.
Para cuando dijo eso yo ya estaba corriendo en dirección opuesta, simplemente siendo feliz por estar ocupando el lugar de Marinette. No me importaba morir, pero si tenia la opción de evitarlo, la tomaría.
Tenía poco tiempo, tan solo me alcanzo para llegar hasta las escaleras antes de que mi transformación de deshiciera.
Plagg salio disparado del anillo y yo note el fuerte calor que me rodeaba sin mi traje, era difícil respirar y los ojos me lloraban debido al humo. Gracias a mis viejos hábitos, conocía lo que era estar en un incendio así que me lance al suelo y camine en cuclillas.
—Tu... Maldita rata mentirosa —Dije sujetándolo.
—Escucha niño, relájate —Advirtió —Lo que sea que este pasando o pase fue elección de Tikki. Ella eligió tu castigo.
Lo apreté y acerqué a mi rostro.
—¿Cuál es? —El kwami negó con la cabeza.
—No puedo decírtelo —Suspiró junto con un quejido —Realmente no puedo hasta que ella lo permita, esta prohibido para mi.
Apreté los dientes y lo dejé ir, rebusqué en mi bolsillo un trozo de queso y se lo entregué mientras ganábamos algunos metros en lo que el kwami se reponía.
El calor era agobiante, comenzaba a sentirme cada vez peor.
—Apúrate Plagg, me estoy ahogando aquí —Murmuré junto con un ataque de tos.
Él se trago el queso y me indicó que ya se encontraba en condiciones así que no reste mas tiempo y me transformé en Chat Noir, cubriéndome nuevamente con el traje resistente.
Corrí por los pasillos buscando a los niños restantes hasta que por fin los hallé por mera casualidad de que una de sus maestras acababa de salir del salón.
La recordaba bien, ella es la que se había torcido el tobillo, la que atrasó a Ladybug en un principio. Simplemente contuve la respiración, no podía culpar a todos por lo ocurrido.
—¡Oiga! —Grité a todo pulmón sobre el grito de las llamas —¡No se separe!
Cuando la mujer se volteó me sentí terrible por el recuerdo de ese día tan trágico. En aquel entonces yo la acuse , gritándole una y otra vez que todo había sido su culpa, que llevo a la tumba a la única heroína de Francia, nos había condenado a todos a la inseguridad y al desastre... Meses después la mujer tuvo un intento de suicidio. Hasta este momento no sentí tristeza y arrepentimiento de esas horribles palabras.
—¡Chat Noir! —Se acercó y la empujé al salón con el resto de los niños.
Me acerqué a la ventana y llamé a Ladybug con un fuerte silbido, ella no tardo en aparecer aunque aun lidiaba con el akumatizado.
—¡Ya casi acabó! —Grité y me respondió mostrándome el pulgar antes de proseguir con la batalla.
Las vigas comenzaron a quejarse y escuche varias ventanas explorar, no estábamos muy lejos del fin. Observé la distancia del suelo y rogué para que los niños no sintieran terror, saqué mi bastón y dejé que este se estire hasta tocar el suelo.
—Necesito que empiecen a descender... —Todos volteamos al oír una fuerte explosión en alguna parte del edificio —Ahora...
En cuanto los niños se fijaron en la distancia, ninguno quiso hacerlo, comenzaron a llorar y a gritar, negándose rotundamente a hacerlo.
Eso solo me dejaba la opción de hacerlo yo.
—Bien, bien —Exclame nervioso —Vamos a bajar de a dos, todos escojan una pareja y sera como ir de excursión —Anuncié velozmente.
Subí a los primeros dos a mi espalda y maldije por lo bajo, eran demasiado pesados y yo seguía confiado en una fuerza que ya no existía. Ahora era demasiado bajo, flacucho y desgarbado en comparación con antes pero no podía echarme atrás ahora.
Resistiendo el peso me sujete del bastón con mi brazo libre y baje.
En cuanto los deje en el césped les indique que se alejen del peligro y que busquen a un adulto.
Volví a subir, recoger otro par, bajé, les indique lo mismo. Aún me quedaban otros cinco viajes más y esto estaba yendo muy lento, lo volví a repetir hasta que solo quedo la maestra con dos niños. Mis brazos temblaban por el esfuerzo y estaba agotado, pero ya casi lo había conseguido.
Subí una vez mas y sujete a ambos niños antes de salir por la ventana, estaba a punto de bajar cuando el techo cedió provocando que pierda el equilibrio y caiga al vacío. Sin mi bastón no tenia forma de evitar la caída así que abrace al par de niños fuertemente sobre mi y recibí el impacto por completo en mi espalda.
El aire se escapo de mis pulmones de un tirón y el dolor me quemaba en cada parte de mi cuerpo. Habia olvidado que esa sala fue la primera en ceder, ahora la pobre mujer había quedado atrapada en las llamas y yo no podía moverme, siquiera hablar.
Los niños se alejaron de mi, por suerte ilesos.
Quería pedirles que fueran por Ladybug, pero no podía. Mi visión se enfocaba en el edificio consumido por las llamas y así fue hasta que mi cerebro se apago.
Este cap es muy cortito, para compensar subiré el siguiente muy pronto...
Gracias de nuevo por la paciencia, ya anuncie el porque de mi desaparición y seguirá asi por unas semanas mas (que kks los parciales).
En fin, espero que estén bien y sanitos.
Hasta la protsima.