Solo tú

By pia_morgado

89.5K 4.9K 444

Jake y Ary son amigos de la infancia. Siempre juntos en toda circunstancia. Comparten secretos y los recuerdo... More

Solo tú.
Cuatro años atrás.
tres años después.
Uno
Dos.
Tres.
Cuatro.
Cinco.
Seis.
Siete.
Ocho.
Nueve.
Once.
Doce.
Trece.
Catorce.
Quince.
Dieciséis.
Diecisiete
Nota autora
Dieciocho.
Diecinueve.
Veinte.
Veintiuno.
Veintidós.
Veintitrés.
Epílogo.
Ary Stacy.
Agradecimientos.
Nota :D
Booktrailer©
Después de tanto tiempo.

Diez.

2.4K 152 21
By pia_morgado

–Sabes algo Arianna.

La voz de Jake es dura, y solo me llama por mi nombre completo cuando está bromeando o bien está enojado.

Ahora claramente está muy molesto.

–¿Qué, Jake?

–No sé qué diablos te sucede. Ni por qué mierda quieres irte sola, no es necesario que me andes con rodeos, solo puedes decirme que sales con alguien o no quieres que te lleve a casa.

¿Qué?

Me giro en el asiento a punto de explotar.

–Solo lo hago por ti, Jake Thomas, creyendo que es aburrido para ti esperarme la mayoría de los miércoles. Además, se supone que eres mi mejor amigo, por qué no te diría que salgo con alguien o qué sé yo. Pues no es así y no veo los motivos para no decírtelo si es que llega a suceder…y en cuanto a qué me sucede. ¡Qué rayos te pasa a ti! Desde cuando eres tan antipático con las personas. Es acaso te diste cuanta de lo poco modesto que fuiste recién allá arriba. Hiciste sentir horrible a Nick.

–Y eso a mí que me importa.

–¿Qué te importa? ¡QUÉ TE IMPORTA! ¡Nick es mi amigo! ¿Tienes idea de lo que significa ser una persona auténtica y que nadie lo reconozca nunca? ¿Sabes lo que es vivir siendo invisible para todos? Pues Nicholas es gay y le ha costado un mundo poder tener amigos, para que vengas tú y lo ignores como si no existiera otra vez.

Su mirada se ensombrece, como si lo que yo he dicho le hubiese cambiado el modo de ver las cosas pero no dice nada, ni siquiera una simple disculpa.

–No sé qué es lo que te pasó allá arriba, pero si fue porque creíste que él podía ser mejor amigo que tú entonces me decepcionarías mucho, Jake. No quiero pensar que eres egoísta.

<<Me has pedido que deje de hablar con Kent porque no es buena persona, y yo lo he hecho porque confío en ti. Sin embargo tú no quieres que yo me moleste porque te veo hablando con Megan siendo que te he advertido sobre el tipo de chica que es, Jake, te he dicho que te mantengas en distancia.

Sigue sin decir nada, tiene el semblante duro e inflexible, y la verdad es que esa actitud más que molestarme me hiere, me lastima mucho.

–Eres un desconsiderado.

Me pongo los auriculares cuando comprendo que él no dirá nada, y creo que nunca en mi vida me he sentido más incómoda que ahora. Verlo conducir siempre me ha parecido emocionante porque se concentra y puedo verle el perfil de su nariz recta o sus manos agarrando firmemente el volante. Sin embargo ahora tengo tanta ira que ni siquiera tengo deseos de mirarlo. Clavo mi vista en la carretera las luces que pasan efímeras me terminan pareciendo divertidas y no hago nada salvo tararear canciones en murmullos muy bajos hasta que Jake aparca frente a mi casa, pero sin apagar el motor ni las luces, lo que deja claro que no se bajará.

Cómo quiera. Él se pierde las omelette que tenía planeadas para hoy.

–Muchas gracias, Jake.

Espero un “no hay de qué”, “nos vemos mañana”, “que estés bien”, “que tengas una buena noche”, “sueña conmigo”…o cualquiera de sus típicas frases. Pero nada, ni siquiera un “adiós”.

Me siento tan estúpida, mientras lo miro porque solo mira al frente como esperando que me marche pronto.

¿Por qué demonios está tan enojado conmigo?

Pues, no me importa, que haga lo quiera.

Yo me voy.

Cierro la puerta de un solo portazo, me gustaría también darle un golpe a él, sin embargo mis músculos se frenan y mi boca grita antes de pensar lo que estoy diciendo.

–Eres un jodido, jodido, idiota, Jake. Eres un egoísta, celoso y… No quiero que me hables nunca más. ¡Te odio!

Por supuesto él no me mira, y lo que es peor, casi puedo vislumbrar un atisbo de sonrisa en sus labios ¿qué le pasa? Este chico no es él Jake que yo conozco, trago con fuerza aquel nudo amargo que acaba de subir hasta mi garganta.

–Gracias por traerme, Jake, esto…nada de esto volverá a pasar. Por favor olvida todo.

Jake.

¿Soy un jodido idiota?

¿No quiere que le habla nunca más?

¿Me odia?

Esto no me resulta divertido pero estoy nervioso y sonrío. De pronto ella se ha quedado en silencio y la oigo tragar muy fuerte, no es posible que esté llorando, pero sí que esté a punto de hacerlo, por eso la miro.

Mis manos están paralizadas sobre el volante, mientras sus ojos azules me miran con una expresión indescifrable tan llena de recelo que llego a sentir su odio.

Oh, no.

He escuchado las mismas palabras salir de cientos de chicas, que tenían sus buenas razones para hacerlo, pero nunca me importaron, o al menos no demasiado para hacerme sentir lo que siento ahora.

Ary, por favor no.

Mi corazón se oprime, realmente me siento herido.

Quiero pensar que no he oído eso último, que ella jamás ha dicho que lo olvide todo.

Quiero decir algo, debo decirle que lo siento, pero…

–Ary… –mascullo, porque ella sigue de pie en mitad del camino hacia su casa– yo…

–¡Te dije que no me hablaras! Estuviste todo el maldito viaje con la boca cerrada y ahora planeas abrir tu boca. Pues, en serio jódete, Jake. Yo no soy una de tus ex zorras que tenías antes y a mí no me puedes dejar hablando sola…

¿Qué? Yo… ¿Qué mierda le dijo Megan?

–…Si tanto te molestaba que yo te limitara a salir con chicas entonces pudiste decírmelo antes. Pudiste avisarme que sentías deseos de estar con Megan, ¡maldición creí que era tu mejor amiga! ¿Cómo diablos no me di cuenta que ya habías crecido? Por alguna razón habíamos dejado de hablarnos ¿no? Dios fui tan tonta.

Maldición, si pudiese caerme un rayo en este momento creo que se lo agradecería al cielo. Me siento horrible. Por no decirle y por hacerla sentir así, tan…devastada.

¿Estuvo callándose eso todo el camino?

Como sea, mataré a Megan por hablar cosas que no sabe.

–Ary, te equivocas yo…

–No te creo, Jake…no te creo nada.

–¡Ary!

Se gira mordiendo con tal fuerza el labio que tengo la impresión que va sangrar.

–Nunca me ha gustado Megan, ni siquiera tengo deseos de estar con ella. Y antes era un idiota sí, lo admito, pero ya no, ¿acaso eso no basta? Solo eres tú. Ary.

–Jake, solo vete ¿ya?

Ary.

Yo no espero más, si él quiere irse bien, si no también, pero no quiero seguir allí de pie reteniendo mi impulso de llorar. Corro hacia la puerta y la cierro con tal estrépito que apoca el sollozo que acaba de escaparse de mis labios.

Me quedo acurrucada a los pies de la puerta. Echa un ovillo con el rostro escondido entre las piernas, me siento horrible. Por alguna razón me siento devastada. Así como cuando Mike me dejó o como cuando Jake se fue hace cuatro años. Solo que esto duele más, ahora me siento traicionada.

“¿No te das cuenta que lo limitas? Jake no está con nadie porque teme herirte, eres un obstáculo en su vida. Eres tan jodidamente infantil que crees que por ser su mejor amiga es solo para ti. ¿Cuándo crecerás lo suficiente para darte cuenta que él es un idiota más entre muchos otros? Estoy casi segura que él no te ha dicho nada, cierto”

¿Por qué tenía que ser precisamente Megan la que me dijera eso?

Entre lastimosos y agudos lamentos que intentan salir de mi garganta camino echa un fantasma hasta mi habitación donde el silencio reina porque gracias al cielo todos en casa duermen.

La noche es fría, me siento enferma, y angustiada de modo que me visto con mi suave pijama de oso panda que uso solo cuando mi corazón está lastimado como ahora. Soy dramática tal vez, eso lo sé. Pero así soy, yo no puedo ser de otra manera.

Debatiendo con mi corazón y luchando contra el dolor que puja las lágrimas abro mi ventana y posicionándome sobre la baranda de esta caigo con un salto experto en el balcón de Christy. Por suerte el ventanal se encuentra abierto muy a pesar de que ella no está en el cuarto, pero yo no quiero dormir en mi pieza, no donde las fotos de Jake recubren las puertas de mi armario, así que me acomodo bajo el edredón de mi amiga en un rincón de su gran cama donde antes de darme cuenta estoy sumida en un sueño en el que se tejen las horrorosas pesadillas que me atormentan desde la infancia.

Horas o minutos, no tengo idea, unos brazos me zarandean sacándome del horrible laberinto por el que corría en el intento de salvar mi vida.

–¡Arianna!

Abro los ojos de golpe, ahí está Christy con sus cálidos ojos marrones preocupados.

–Oh dios mío, pensé que estabas muriéndote dormida –exclama al tiempo que me envuelve en sus delgados brazos–. ¿Estás bien? De pronto he llegado y tú estabas moviéndote como una posesa mientras gritabas ¡No! ¡José, por favor corre!

–Tenía una pesadilla –mascullo cuando una lágrima roda por mi mejilla–. Esa maldita perra de Megan me estaba persiguiendo…

–Oh, que sueño más horrible –chilla con una mueca de asco–. Pero ¿qué rayos haces aquí, Ary…?

De pronto sus ojos parecen entender, observa mis ojos rojos, mi cara salpicada de motas rosas que solo aparecen cuando lloro y…bueno mi pijama de panda deja claro que me sucede algo.

–¡OH NO! ¡OH NO! Espera aquí.

Sale corriendo como si acabaran decir que hay una explosión, y así tan rápido como se ha ido vuelve con una caja de helado y dos cucharas.

–¿Es necesario? –pregunta apenada.

Asiento echándome a llorar de nuevo, y agradezco a todos los ángeles por dejarme tener una amiga tan excelente como Christy.

En cuanto se sienta frente a mí con sus piernas cruzadas se lo cuento todo.

Jake.

–¿¡QUÉ!?

Oh no.

No puede ser.

No ahora.

–¿Hay algún problema? –pregunta mi madre cuando termina de contar una y otra vez todos los papeles que están sobre la cama.

–¿Por qué no puedo simplemente quedarme en casa?

Levanta la vista y me penetra con sus ojos verdes que dicen: Jake no me provoques.

–Porque tienes diecisiete, eres un chico y puedes hacer quién sabe qué diablos si yo no estoy. Te irás a la casa de Kate hasta que yo llegue de mi viaje, y no hay nada que cambie mi opinión, jovencito ¿entendido?

Estoy por abrir mi boca y decir que no estoy de acuerdo cuando levanta un solo dedo, sisea y dice fuerte que me calle.

Inmediatamente le hago caso.

–Te vas a casa de Kate por todo el fin de semana, la llamaré todos los días para saber si estás ahí y si por alguna razón me llego a enterar que nos has llegado…oh, Jake, juro por dios que no me vas a ver más enojada en tu vida que cuando vuelva a casa. ¿ENTEDISTE AHORA?

Asiento. Mi madre es la mujer más decida que conozco en este mundo, ella no retrocede jamás a su palabra.

–Bien, me voy –musito totalmente fastidiado y nervioso porque no sé cómo demonios veré la cara de Ary hoy en nuestra clase de Física que es una de la pocas que tenemos juntos.

–No, tu no vas ningún lado –dice.

–Pero tengo clases.

–Necesito que vayas a dejarme al aeropuerto más tarde, Jake. Hoy puedes saltarte las clases.

Oh, bien, de lujo.

Ruedo los ojos, me cuesta tanto entender a esta mujer.

De no ser que llevo todas estas semanas entrenando basquetball con Josh, juro que no sé cómo diablos estaría cargando las maletas de mamá en este momento. Se supone que va a un viaje de negocios por cuatro días pero resulta que lleva dos maletas más grandes de lo que te puedes imaginar. ¿Es que tantas cosas necesita una mujer?

Digamos que yo podría echar toda mi ropa en una mochila y sobreviviría perfectamente una semana.

–OK, Jake, te lo agradezco, bebé –toma mi cara y me besa en ambas mejillas–. Por favor, cuídate, no hagas estupideces, ni llegues después de la siete a casa de Kate –la voz de una mujer suena en lo altavoces–… Sé un buen chico, es lo único que te pido. Trataré de comprarte algo si puedo, mi amor. Ahora debo irme, acaban de anunciar mi vuelo.

Y eso es todo, ella se va arrastrando su equipaje tan digna como siempre. Son casi las cuatro de la tarde y debería ir a la casa de Ary como mamá me dijo, pero no puedo hacerlo, y no lo haré hasta más tarde, hasta bastante más tarde.

Tengo cosas que hacer.

Algo que comprar

E ingeniar la manera perfecta de pedir perdón

Sí, eso es seguro.

Ary.

Por alguna razón me sentí muy agradecida, al descubrir que Jake no había asistido a clases, y aunque me mataba la curiosidad de saber por qué. Me porté de lo más indiferente como si no me importara en absoluto.

Pero tengo que admitirlo.

He esperado una llamada suya casi todo el día.

Hasta que salgo de clases y me doy cuenta que no lo hará, de modo que prefiero apagar el móvil.

Cuando entro a casa un aroma a fresas me golpea la nariz, tan intenso que poco menos me intoxico, las ventanas están abiertas y mamá asea toda la casa como loca, sin embargo como me siento tan cansada y molesta. Subo a mi habitación sin hacer el menor ruido, enciendo el equipo de música para que se reproduzca mi carpeta de canciones pero al instante que comienza a sonar secrets me arrepiento de haberlo hecho porque me siento así, como esa canción, quisiera decir todos mis secretos, quisiera decirlos antes de ahogarme en ellos, pero el orgullo y la inseguridad me frenan. Me detienen hasta al punto de hacerme sentir impotente.

Dejo caer mis prendas en el suelo, y pateo mi uniforme por primera vez, ahora solo necesito mi pijama de panda, el único fiel amigo que me hace sentir cómoda. Pienso meterme en mi cama sin embargo un pequeño amigo llama a mi puerta, siento sus garras en la madera pidiendo entrar igual que la mayoría de las veces que estoy en casa.

Alzo a Peter en brazos, lo llevo conmigo, aumento el sonido de la música me arropo bien a pesar de que son recién las seis, pero me siento cansada. Demasiado.

Bastantes horas más tarde y cuando digo bastantes es porque han pasado más de cuatro y yo no me he levantado de la cama mientras leo un libro. La puerta de la entrada suena y Peter se despierta como si alguien le hubiese pinchado y puesto en defensiva máxima.

–Hey –le digo a Peter que está ladrando como desesperado–. Deja de ladrar…¡Estoy leyendo! ¡Peter!

Salgo de mi cama a regañadientes, para abrir la puerta a Peter que sale disparado como una flecha al piso inferior.

¿Qué pasa?

La curiosidad me mata y me aproximo al bordillo de las escaleras donde escucho una voz cuya familiaridad me impacta.

Oh no.

–Ary, baja por favor –llama mi madre tan risueña como siempre.

Lo primero que pienso es entrar a mi cuarto, escabullirme por la ventana a la habitación de Christy y hacerme una grandísima tonta, pero entonces recuerdo la canción, la letra de secrets hace eco en mi cabeza y pienso que no puedo ser tan cobarde.

Digna como toda una dama bajo la escalera totalmente dispuesta a actuar.

No obstante, cuando veo a Jake de pie en el living de mi casa con una pequeña maleta en la mano y una sonrisa tan fingida como la mía, siento como todas las expresiones desaparecen de mi rostro.

Él no me saluda y yo tampoco a él. Recuerdo las últimas palabras que le dije y mi mente se vuelve nebulosa, pienso en mi pijama, en lo ridícula que debo verme y lo estúpida que soy por preocuparme de eso.

–Bueno chicos, ahí dejo que se arreglen ustedes con las camas.

Espera

¿QUÉ?

–Espero que no te moleste dormir en la habitación de Ary, Jake, pero si no, tendrás que hacerlo con José y estoy segura que no prefieres eso.

–Mamá no entiendo ¿Qué sucede? –me giro hacia ella sin comprender nada, con más terror del que he sentido hace mucho tiempo.

–Jake va quedarse unos días en casa –dice como si fuese obvio, pero evidentemente para mí no lo es–. ¿Qué no lo sabías? –exclama al ver mi expresión.

–Pues creo que se te olvidó avisarme –espeto.

–Pensé que…

–Pensaste mal, mamá.

Maldita sea, me siento muy molesta por…por todo. No tengo idea que hacer. Ni cómo comportarme, veo la cara lívida de Kate y el rostro apenado de Jake, claramente incómodo.

–Sabes qué, no importa, Kate. Casi siempre olvidas decirme cosas importantes ¿no? –sonrío y me siento hipócrita al sonreír cuando lo que quiero es estampar mi puño en algo. Ella asiente volviendo a la normalidad.

Ahora miro a Jake dirigiéndole la misma mirada cínica.

–Vamos, Jake, puedes subir a mi cuarto.

Le doy la espalda subiendo a zancadas, entro a mi cuarto y cuando él también lo hace, cierro mi puerta de un portazo.

Jake se estremece.

–Esto no fue asunto mío –se excusa.

–Y NO PLANEABAS DECIRMELO, IDIOTA.

–Créeme que hasta hoy era tan ajeno al tema como tú.

Me muevo por todo el cuarto hasta dejarme caer en la cama y suspirar. Esto será difícil para mí, más difícil de lo que crees.

–Puedo dormir en el sillón si te incómoda –dice.

Lo pienso un segundo, pero, eso es demasiado cruel.

–Está bien, mi cama es doble –digo señalando la que se encuentra abajo–. Me da lo mismo…solo…–veo sus ojos verdes que conozco de toda la vida, mi corazón se revuelve y quiero explotar así que miro hacia otro lado– nada. Solo quiero dormir porque son casi las diez y ayer prácticamente no pude cerrar los ojos por las malditas pesadillas. Ven ayúdame.

Muevo la mesa de noche a la otra esquina de mi cuarto, y le señalo a Jake que me mueva la cama que se encuentra debajo de la mía. Mientras tanto yo busco sábanas y mi colcha de mariposas favoritas.

Por un segundo planeo lanzárselas en la cara y que ordene la cama él, pero entonces me retracto y en silencio la terminó haciendo yo. Miro mi trabajo comprobando si ha quedado bien hecha, y así es de modo que no tengo nada más que hacer, me acurruco bajo mi edredón de algodón suave, y dejo el libro que estaba leyendo a un lado y que por cierto seguiré leyendo en cuanto Jake se duerma porque es extremadamente bueno. Pienso en Thomas corriendo por el laberinto, y una risa se me escapa, dios Maze runner realmente me atrapó.

–Buenas noches –susurra Jake luego de un buen rato en el que yo no he dejado de pensar con los ojos penetrados en la pared rosado pálido.

Sin moverme no respondo, con suerte creerá que estoy dormida y no descubrirá que estoy a punto de echarme a llorar porque no soporto estar así. Tan cerca el uno al otro pero al mismo tiempo tan lejos.

La luz se apaga cegando por completo mi visión. Escucho sus pasos caminar con suavidad en mi cuarto, esto se siente tan malditamente raro que tengo deseos de gritar. Pero sigo inmóvil evitando incluso respirar demasiado fuerte.

De pronto siento su respiración en mi nuca, cerca de mi oído y luego en la mejilla. Sus labios se estampan en mi piel de forma suave y sigilosa.

–Lo siento –susurra en un suspiro tan bajo que incluso es apenas audible para mí.

Mis brazos reaccionan envolviéndose en su cuello tomándolo totalmente por sorpresa, él parece en estado de shock pero yo no puedo dejar de abrazarlo, lo tengo ahí como presa entre mis brazos.

–Yo también lo siento, Jake.

Una risita nerviosa se escapa de su boca, pero entonces reacciona y me atrae hacia él con fuerza.

–No vuelvas a decirme que me odias –musita.

–Y tú no vuelvas a mentirme.

–Nunca te he mentido, Ary. A caso crees que alguien como Megan siquiera podría gustarme un poco. Por favor es completamente plástica.

Nos reímos a unísono, estoy apegada a su cuerpo, estamos tan cerca, me siento tan…

–Prométeme que nunca dejarás de ser mi amiga Ariana Stacy.

¿Amiga?

Sí claro, solo somos eso.

Me separo un poco, de él volviendo a la posición de antes.

–Te lo prometo, Jake Thomas.

–Puedes dormir –dice en tono juguetón–. Mañana tenemos clases.

–Sí, por supuesto –me recuesto sobre mi almohada y Jake me arropa hasta la barbilla como si fuera un bebé, me besa la sien y cuando va a retirarse yo le sostengo la muñeca–. Duerme conmigo –le susurro–. Antes cuando dormíamos juntos yo no tenía pesadillas.

Parece sorprendido.

–¿Sigues teniendo pesadillas? –pregunta.

–Últimamente más que nunca.

Jake.

A Ary le costó casi media hora rendirse al sueño. Pero yo…bueno no he podido siquiera cerrar los ojos. Estoy a su lado, su cabeza está en mi torso y siento su suave respiración cada vez que su pecho sube y baja con tranquilidad. Tengo mi brazo rodeando su delgada espalda y la sola idea de estar tan cerca de ella me tiene, sin exagerar, vuelto loco.

El reloj marca las tres de la madrugada.

Mañana me quedaré dormido en clase de historia antes de que profesor diga Buenos días.

Pero no puedo dormir, me siento muy inquieto, no entiendo cómo rayos está tan plácidamente dormida. Hace poco he abierto un poco la cortina para verla mejor de manera que la luz de luna llega directo a su rostro sombreando algunas partes que le da ese toque celestial.

Sus labios están apenas un poco entreabiertos, prácticamente nada, tentándome silenciosamente a que los bese. Entonces sin darme cuenta lo estoy haciendo, uno nuestros labios un par de segundos, ella no despierta ni se estremece, parece dormida bien lejos de esta dimensión. Tengo mi corazón acelerado, pero a pesar de eso creo que por fin puedo dormir. De hecho siento que podrían asesinarme justo ahora y no podría irme al cielo más feliz.

Cierro los ojos, el sueño llama a las puertas de mi mente y yo le sedo la pasada.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Lo siento por tardarme, pero ya está aquí el capítulo diez!! espero que les haya gustado, hubo tensión, problemas pero todo resultó bien, aquí es cuando empieza todo el drama romántico entre Ary y Jake, aun faltan muchos capítulos!!! Y por favor comenten que les parece hasta ahora y lo que piensen que pude suceder, en lo siguientes acontecen cosas importantes, especialmente divertidas y les recuerdo que el libro está completamente terminado!!!!!!! Besos a todos los que lo han leído y muchas gracias !! <3

Continue Reading

You'll Also Like

825K 50.1K 42
Paris Smith siempre ha sido una chica soñadora, talentosa, amante de todo lo que tuviera que ver con la astronomía: las estrellas, los planetas, las...
1.8K 150 20
Esta historia no es mía solo la comparto por qué me gustó derecho a la autora
2.5M 155K 52
Grace Collins es una chica de dieciocho años independiente, desde los dieciséis abandonó Miami y la casa de sus padres para seguir su sueño de estudi...
28.8K 3K 37
Alison Mendes se convertirá en la nueva niñera de los Rathbone con el propósito de poder ahorrar para sus estudios y así cumplir la promesa que le hi...