No te alteres, Dawrer. El solo esta jugando. Intentaba convencerme para no matarlo en cuento este desatada. Podía escucharlo en la otra habitación y eso solo lograba que forcejeara las sogas y cruce las piernas. Estaba odiandolo en este momento.
De repente la puerta se abrió y James apareció con una sonrisa bobalicona en la cara.
- Esto es injusto, James -él se arrodilló junto a la bañera y cogio una esponja-
- No es injusto si todas las partes reciben lo que quieren- cogió una de mis piernas y comenzó a pasar la esponja desde la punta del pie y subiendo- Yo tuve la mía y ahora recibirás la tuya.
Llego a mi muslo y cuando pensé que iba a tocarme la parte del cuerpo que mas deseaba paso a la otra pierna y lancé un gemido de frustración. Él sonrió victorioso y eso hizo que mi furia combinada con la excitación llene mi cuerpo.
Entonces idée un plan.
Él estaba completamente concentrado en tallar mi cuerpo con la esponja que no noto cuando milagrosamente logré desatar una de mis manos, tanto que cuando cogí de su camisa quedó completamente sorprendido.
De alguna manera, sin saber de dónde había sacado la fuerza lo tiré dentro de la bañera y me di la vuelta rápidamente, quedando encima de él.
- Veamos ahora quien ata a quien -Mientras me concentraba en desatar mi otra mano él me cogió de la cintura y levantó sus piernas clavándose entre mis piernas aún con la ropa entre nosotros- ¡No! Quieto, James.
- ¿Quién me lo va a impedir? - él volvió a hacerlo y tuve que apoyar mi mano en su pecho para no perder el equilibrio y caer hacia delante-
Lo miré detenidamente y diablos, estaba tan sexy. Con el pelo y toda la ropa mojada ya que lo había tirado a la bañera. Me encendía mucho que fuera tan gilipollas. Lo besé apasionadamente agarrando su pelo entre mis dedos y tirando de él. Fui bajando lentamente hacia sus manos y las levanté... atandolo.
- Se metió en un terreno inexplorado, señor Maslow - me senté sobre él y para mi satisfacción vi como apretaba la mandíbula- Creo que tendría que llevarlo a explorar la zona-me relami los labios y volví a besarlo-
Mis manos viajaron sobre su pecho, arrancando los botones de su camisa y vi el deseo reflejado en sus ojos. Aun no me acostumbraba a la perfección que era este hombre y las preguntas siempre estaban allí ¿Por qué el estaba aquí conmigo? ¿Cómo lo había logrado?...
- Dios -podía sentir como su pecho bajaba y subia mientras yo exploraba su abdomen con los labios- esta torturandome.
Yo sonreí y seguí bajando, utilizando la lengua en lugares claves para aumentar su excitación. Y vaya que lo conseguía. Podía sentir su prominente erección contra mi pelvis.
Me senté sobre sus muslos y comencé a bajar su boxer lentamente y con su ayuda lo mande a volar.
Lo miré con deseo. Lo deseaba dentro mio.
- Si sigues mirándome así llegaré antes de que reacciones -su advertencia me hizo reír. Esa risa pronto se convirtió en una más sexy- Santa mierda.
Nunca me había gustado hacer sexo oral... pero el me incitaba a hacerlo. Me incliné y chupe la punta de su falo y al instante supe que esta vez sería diferente. Su jadeo me advirtió que a él le gustaba y me provocó a seguir haciéndolo.
Use mi mano para sostener la base y lo introduci en mi boca hasta la mitad... retrocedí y rodée el glande con mi lengua, chupandolo como si fuese un helado para luego volver a arremeter. El empujó sus caderas hacia delante metiendo un poco mas de él pero yo retrocedí otra vez.
-Quieto, James. - apreté fuerte su falo y el tiro de su cabeza para atrás- O no acabaré con esto.
Él sacó el aire en sus pulmones como si estuviese haciendo fuerza para controlarse. Y entonces lo volví a meter en mi boca, hasta un poco más de la mitad. No quería atragantarme y hacer de esto una mala experiencia. Aumenté la velocidad, sus jadeos y gemidos resonaban en mis oídos provocando que lo haga mucho más rápido. Podía sentir como vibraba dentro de mi boca, sabía que ya estaba a punto porque estaba más duro. Lo saqué de mi boca y comencé a lamerlo, desde la base hasta el glande. Lo metí una vez más y al llegar a la punta sentí todo el líquido en la punta de mi lengua y tragué rápidamente para que nada se salga... y me di cuenta de que estaba ¿lloviendo? Caía agua encima de mi cabeza, gotas suaves.
James había roto el grifo de la bañera haciendo que moje todo a nuestro alrededor.
- ¡Rompiste el grifo! - me comencé a reír fuertemente. Él no pudo resistir esto con las manos atadas- James...
Sentí sus labios sobre los míos antes de poder terminar de decir "eres un desastre" y su lengua se adentro buscando la mía. Esto iba a terminar en la cama, debía pararlo... pero solo un poquito más.
-Repara esto y volvamos a la cama -sugerí dejandole un último beso-
...
- Puedes irte si quieres -me saqué el cinturón de seguridad y lo miré esperando que me diga "Esta bien, te espero aquí" o "¿Quieres que te recoja cuando termines? ¿O tienes dinero para tomar un taxi?"pero él se desabrochó el cinturón y supe que iba a bajar- James esto no es necesario.
- Si lo es. Me lo dejaste claro la otra noche al repetirme una y otra vez "Yo no hice esto sola"... pero debo aclarar que mi mente no pensaba en el embarazo -él sonrió. Pero se puso serio al instante - Yo fui responsable, entraré contigo.
Ahora no estaba muy segura acerca de esto. No estaba segura acerca de nada.
James agarró mi mano.
-Estamos juntos en esto.
Yo asentí y abrí la puerta del auto, acto seguido de él. Los dos estábamos nerviosos y, aunque él no lo demostrará tanto como yo, entendía que quería ser el "fuerte" en algún sentido.
Llegamos al ala de maternidad y nos sentamos, esperando nuestro turno.
Allí había madres y embarazadas, en el fondo de la sala visualice a una chica joven, dos años mas joven que yo, con un niño correteando alrededor de sus piernas y una barriga enorme.
Intentaba imaginarme así, feliz o lo que fuese. Pero nada.
Solo miedo.
James no iba a quedarse conmigo y lo sabía. Y si estaba embarazada... no quería que mi bebe pase por lo que yo pasé con un padre ausente.
-¡Señorita Dawrer! - la doctora llamó y James se levantó-
-¡James! - medio grité... y luego susurre- Quiero entrar sola. -él negó con la cabeza.- Por favor.
-____... - Tragué en seco. -
-Te contaré que paso cuando salga. Estoy demasiado nerviosa como para que entres conmigo -hice una pausa. Porque lo que estaba diciendo no tenía mucho sentido- es decir, siento que si entras me agarrara un coma nervioso o algo así.
El suspiró, no muy contento con la idea.
-Esta bien -se volvió a sentar y paso las manos por sus rodillas en un gesto nervioso- Te espero aquí afuera.
Asentí y me acerqué al consultorio. La doctora me sonrió al entrar y luego desvío su mirada hacia James, lo miró mal o fue solo mi imaginación.
- Bien ¿Que tenemos aquí? ¿Cómo es su nombre, señorita Dawrer? - ella apretó el botón de la lapicera y espero-
-____, ____ Dawrer - respondí inquieta-
- Muy bien -ella lo escribió- A la camilla.
Eso me sorprendió.
- Eh... yo vengo a hacerme una prueba... solo -fui muy consciente de los test en mi bolso. Dos de ellos habían dado positivo.- vengo a...
- ¿ Cuándo sospechaste que podrías estar embarazada?
- Hace un día.
-¿Haz tenido la regla?
- Yo... el último mes no -Había tenido la regla una semana antes de acostarme con James en Francia- Pero soy irregular. Tal vez...
- ¿Te haz hecho pruebas de embarazo?
- Si... -las saqué de mi bolso. James no sabía de esto- Hice tres para estar segura.
-Dos positivas... ¿Ha tenido síntomas: mareos, vómitos, sensibilidad a algunos olores?
Se que ahora debía estar pareciendo una estúpida. Cómo no me había dado cuenta de esto.
-Pensé que solo era por el estrés del trabajo -susurre sintiéndome como una estúpida -
- ¿Quiere que comprobemos? Porque como usted dice puede que haya una posibilidad de que sea por el estrés que le causa trabajo -ella esperó tranquilamente por mi respuesta-
- Si -mientras me acercaba a la camilla pensé que James no iba a saberlo. -
...
- Haz estado callada desde que salimos del hospital -James piso el freno mientras esperábamos en la luz roja- ¿Estas segura de que esta todo bien?
- Si, solo que no puedo sacar de mi mente lo irresponsables que fuimos -mordí mi labio nerviosa- es eso.
Mi teléfono comenzó a sonar, espantandonos a ambos. Lo recogí sin mirar quien era hasta que oí su voz.
- Buenos días, Peta -James asintió quedando en completo silencio- Si ya eh salido...
- Necesito que venga ahora mismo -detrás se escuchaban ruidos- Urgente.
-Pensé que tendría el día libre- respondí suspirando. Lo que menos nrcesitaba era ir a trabajar-
- Si, lo sé... pero es que tu suplente temporal
-¿Mi suplente? -la interrumpí -¿Contrato a una suplente?...
- Si -podía percibir lo cabreada que estaba- Inservible suplente. Venga rápido.
-Esta bien. Voy enseguida -corte la llamada y miré a James- Debo volver al trabajo.
...
- Déjame aquí. Si te aproximas al edificio sabrán que no estas en Francia.
- ¿Tu piensas que ella en serio quiere que vayas al trabajo porque te necesita? -él rió incrédulo- Ella sabe que estoy aquí. Mejor voy y ahorro tu tormento.
- Pero... ella... ¿No podré quedarme contigo más tiempo? -pregunté con el ceño fruncido- Digo, ella sabrá que estas aquí y adelantará los temas de la boda.
- Tendré que casarme tarde o temprano... y lo sabes. Estoy atado como un perro de una correa por ella.
-¿Que pasaría si hay una solución? ¿Si encuentras la forma de librarte de ella?- Mi mente actuaba por segundo intentando buscar una solución desesperada. Y entonces tomé una respiración profunda antes de hacer la siguiente pregunta- ¿Te quedarías conmigo?
Silencio. Terrible, abrumador y feo silencio.
Sonreí para no llorar en frente de él y abrí la puerta del auto. Él se espantó porque estábamos en mitad de la calle en un semáforo en rojo, que automáticamente cambio a verde en un segundo. Lo oí maldecir pero eso no me importó. El avanzó hacia la otra manzana y entró al estacionamiento de la empresa.
Dios quería llorar, maldición. No entendía si era el procedimiento de esto o en serio me importaba que él no haya respondido a mi pregunta.
Pero de algo estaba segura: Me alegraba de no haberle dicho la verdad.
Así no se sentiría atado a mi de ninguna manera.
...
¿Alguien lo odia en este momento?
Levante la mano O-O/