El nuevo Jefe - James Maslow

Capítulo Treinta y uno: Atados. *Capítulo medio hot, leer bajo responsabilidad*

No te alteres, Dawrer. El solo esta jugando. Intentaba convencerme para no matarlo en cuento este desatada. Podía escucharlo en la otra habitación y eso solo lograba que forcejeara las sogas y cruce las piernas. Estaba odiandolo en este momento.

De repente la puerta se abrió y James apareció con una sonrisa bobalicona en la cara.

- Esto es injusto, James -él se arrodilló junto a la bañera y cogio una esponja-

- No es injusto si todas las partes reciben lo que quieren- cogió una de mis piernas y comenzó a pasar la esponja desde la punta del pie y subiendo- Yo tuve la mía y ahora recibirás la tuya.

Llego a mi muslo y cuando pensé que iba a tocarme la parte del cuerpo que mas deseaba paso a la otra pierna y lancé un gemido de frustración. Él sonrió victorioso y eso hizo que mi furia combinada con la excitación llene mi cuerpo.

Entonces idée un plan.

Él estaba completamente concentrado en tallar mi cuerpo con la esponja que no noto cuando milagrosamente logré desatar una de mis manos, tanto que cuando cogí de su camisa quedó completamente sorprendido.

De alguna manera, sin saber de dónde había sacado la fuerza lo tiré dentro de la bañera y me di la vuelta rápidamente, quedando encima de él.

- Veamos ahora quien ata a quien -Mientras me concentraba en desatar mi otra mano él me cogió de la cintura y levantó sus piernas clavándose entre mis piernas aún con la ropa entre nosotros- ¡No! Quieto, James.

- ¿Quién me lo va a impedir? - él volvió a hacerlo y tuve que apoyar mi mano en su pecho para no perder el equilibrio y caer hacia delante-

Lo miré detenidamente y diablos, estaba tan sexy. Con el pelo y toda la ropa mojada ya que lo había tirado a la bañera. Me encendía mucho que fuera tan gilipollas. Lo besé apasionadamente agarrando su pelo entre mis dedos y tirando de él. Fui bajando lentamente hacia sus manos y las levanté... atandolo.

- Se metió en un terreno inexplorado, señor Maslow - me senté sobre él y para mi satisfacción vi como apretaba la mandíbula- Creo que tendría que llevarlo a explorar la zona-me relami los labios y volví a besarlo-

Mis manos viajaron sobre su pecho, arrancando los botones de su camisa y vi el deseo reflejado en sus ojos. Aun no me acostumbraba a la perfección que era este hombre y las preguntas siempre estaban allí ¿Por qué el estaba aquí conmigo? ¿Cómo lo había logrado?...

- Dios -podía sentir como su pecho bajaba y subia mientras yo exploraba su abdomen con los labios- esta torturandome.

Yo sonreí y seguí bajando, utilizando la lengua en lugares claves para aumentar su excitación. Y vaya que lo conseguía. Podía sentir su prominente erección contra mi pelvis.

Me senté sobre sus muslos y comencé a bajar su boxer lentamente y con su ayuda lo mande a volar.

Lo miré con deseo. Lo deseaba dentro mio.

- Si sigues mirándome así llegaré antes de que reacciones -su advertencia me hizo reír. Esa risa pronto se convirtió en una más sexy- Santa mierda.

Nunca me había gustado hacer sexo oral... pero el me incitaba a hacerlo. Me incliné y chupe la punta de su falo y al instante supe que esta vez sería diferente. Su jadeo me advirtió que a él le gustaba y me provocó a seguir haciéndolo.

Use mi mano para sostener la base y lo introduci en mi boca hasta la mitad... retrocedí y rodée el glande con mi lengua, chupandolo como si fuese un helado para luego volver a arremeter. El empujó sus caderas hacia delante metiendo un poco mas de él pero yo retrocedí otra vez.