Capítulo seis.

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La alarma comenzó a sonar fuerte debajo de mi oreja. Metí la mano debajo de mi almohada y mire la hora "6:20" en diez minutos sonaría la alarma...porque demonios esta sonando ahora. Cuando acomodé mis neuronas escuche la canción "SexyBack" y me apresuré a atender. Se me cayó dos veces encima de la ropa y por fin conteste.

-¿Hola? -aparté el teléfono y bosteze-

- Hola hermana -me tiré en el colchón nuevamente-

- ¡Hey!... ¿Cómo fue? -la escuché reír como tonta al otro lado de la línea-

-¡Dios! Fue tan bueno -hablaba bajo por lo que supuse estaría aun con el- Fue tan excitante... ni te imaginas

-Claro que no, solo espero que sepas lo que haces...

-Lo sé... por cierto, no se a que hora llegaré -rió como colegiala- aun no terminó...

-Hermana ahorrate los detalles -dije riendo- Ahora debo colgarte. No quiero llegar tarde al trabajo y dar una mala impresión a mi jefe...

- Apuesto a que no lo harás, por dios si te trajo en su super auto a casa.

-Fue solo un favor. Él fue amable.

-Si aja -de repente se escucho un ruido de fondo, una voz y risas- debo irme. Solo digo que tarde o temprano te cobrará ese favor, adios hermana.

Corte y me quede en la cama. No tenía ganas de levantarme pero debía trabajar. Fui al baño y encendí la ducha,  me desnude y entre rápidamente. A estas horas de la mañana hacia un frio terrible. Me metí rapidamente y comencé a bañarme.

...

Merith me recibió otra vez con la mano en el botón del ascensor. Estaba por hablar cuando miro detras de mi y cerró la boca... en realidad todo el mundo allí se había callado. Mire hacia atrás y lo vi. Caminando seguro de si mismo. Tan atractivo y sexy... vi a todas las mujeres y lo estaban mirando con un charco de agua a sus pies,  incluidos Merith y varios hombres. Llego a nuestro lado y le sonrió a Merith. Su cara cambio al mirarme a mi.

-Buenos días señorita Dawrer -yo puse los ojos en blanco. Odiaba que me llamaran por mi apellido. Él soltó una risa- ¿Cómo amaneció?

- Bien señor Maslow -Merith carraspeo la garganta-

- Señor Maslow, él ascensor ya llego -él despegó su mirada de la mia y camino hacia el. El jefe tenía un ascensor que llegaba más rápido al piso más alto-

- ¿Señorita Dawrer -lo miré- quisiera acompañarme?

- Yo -sentí un codazo detras en mi espalda, Merith me estaba incitando a que lo acompañe- claro...

Al llegar a su lado el puso su mano de vuelta en mi espalda y yo me derreti al contacto. Entramos al ascensor y el apretó el botón del piso treinta,  que es donde trabajábamos los dos.

Me quede cerca de la puerta, mirando los espejos de la pequeña caja metálica. Y me encontré con su mirada llena de deseo y casi sentí desmayarme. Lo vi avanzar detrás de mi hasta quedar con su aliento en mi oreja.

Aun no me había tocado y tenía las bragas humedas de la anticipación ¡Diablos!

-Huele increíble esta mañana, señorita Dawrer -Dios este hombre me haría explotar. Me agarró del brazo y me dio la vuelta. Me empujo quedando contra la pared- ¿Que me hizo?

-¿Cómo? -no había entendido su pregunta-

- Desde que choco conmigo ayer, con el escote a la vista y brillante no pude dejar de pensar en usted.

Dios su erección se clavaba en mi estómago. Eso no ayudaba en nada a mi ya creciente excitación. Levante la mirada de su fuerte pecho para mirar sus ojos color miel verdosos ahora mas oscuros por el deseo. Él se apretó más contra mi. Gemi del placer que eso provocó en mi punto mas sensible.
-Dios... -sentí su boca en mi cuello y ladee la cabeza para darle espacio- Aun no...

Dicho esto se alejo de mi al tiempo que las puertas del ascensor se abrieron. Me miró por última vez y negó con la cabeza.

...

El nuevo Jefe - James MaslowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora